Hola, amigos:

Podéis empezar a escribir sobre las terrazas.

El ganador de la semana pasada, dedicada a las farmacias, ha sido…:

gpm

El médico dejó una nota de suicidio. Sus familiares, consternados, visitaron una farmacia para que se la leyeran.

Ningún conflicto nos asusta tanto, ninguno nos interpela tanto como la muerte. Ese adiós definitivo tiene un misterio sobre el que se pueden escribir todas las palabras del mundo, pero las palabras nunca serán suficiente para resolverlo. Así que no queda otra que seguir escribiendo sobre la muerte y nada mejor que el humor para corregir la perplejidad. El humor negro casi siempre es benéfico. Aquí, los familiares del difunto médico, un suicida, acuden a la farmacia para que les descifren la nota de despedida. Entienden que esa caligrafía de médico, tópicamente infernal, solo es comprensible por los farmacéuticos que dependen de su eficaz desentrañamiento para su día a día laboral. El hallazgo es muy ingenioso. Se establece un vínculo entre médicos y farmacéuticos más allá de lo laboral, gracias al misterio de un tipo de caligrafía que tiene en los farmacéuticos a sus más genuinos exégetas. El narrador ha usado el lugar común para hacer este magnífico relato de humor negro.

Enhorabuena, Gabriel Pérez Martínez, por el relato, estupendo, y por el premio.

Otros micros pudieron haber ganado:

Magnifiqus

Reunió de urgencia a sus colegas farmacéuticos en la trastienda. Corría el rumor de que una banda de narcotraficantes operaba en el pueblo.

McEwan

Se dieron cuenta de que los medicamentos de mayor venta eran aquellos cuyos prospectos había redactado un poeta.

Benimar

Todas las noches el farmacéutico era visitado por fantasmas. Nunca sintió gemidos ni arrastre de cadenas, sólo el correteo de bebés nonatos.

AlonsoCuriel

En la habitación acolchada, sentado en el suelo con la camisa de fuerza, el farmacéutico repite sin cesar: "¡No puedo dárselo sin receta!".

Machango

Aunque escribía buenas novelas de terror, envidiaba secretamente la capacidad de amedrentar que tenían los prospectos de los medicamentos.

Marta

Desde que se sienta en la esquina de la farmacia, la salud del mendigo ha mejorado mucho.

Saludos cordiales.