Hola, amigos:

Podéis empezar a escribir sobre la bomba atómica.

El ganador de la semana pasada, dedicada a los deberes, ha sido…:

Nicolás

Desde que su madre falleció hay algunas tardes que le lleva flores y se queda un rato para hacer los deberes con ella.

Formidable la relación que establece el niño con su madre en el cementerio, una relación esotérica, del más allá, que nos habla de lo mucho y bien que se relacionan las madres con sus hijos y de que la tarea escolar forma parte crucial de ese vínculo. La ayuda o colaboración en los deberes escolares nunca es anecdótica, es un hito básico de la vida familiar que señala la calidad de cualquier relación maternofilial. Aquí se subraya ese vínculo, pero además se da una perspectiva peculiar a la narración. No se sabe, efectivamente, si la relación del niño con su madre muerta es imaginada o real, lo que nos sitúa en una suerte de realismo mágico al estilo Rulfo o García Márquez. Se señala, además, la huella que dejan las madres en sus hijos, que va mucho más allá de la pura biografía de la madre, como si el amor extendiera su influencia en el más allá. Enhorabuena, Nicolás Doncel Villegas, por el premio y por el relato, estupendo.

Otros micros pudieron haber ganado:

AlejMelguizo

El grafólogo jugaba con los deberes de los alumnos a vaticinar sus destinos.

Prado

Aunque su madre llegaba de trabajar cuando sus hijos ya estaban dormidos, al día siguiente tenían los deberes hechos.

Nuredduna

Revisando viejos papeles del colegio, entre unos deberes sin hacer, halló una carta de amor de aquella niña a la que nunca se declaró.

Octaedro

A punto de castigar al alumno con la regla por no traer la tarea hecha, el maestro se paralizó al ver sus manos encallecidas.

Saludos cordiales