Leña menuda

Marta Barrio

XVII Premio Tusquets. Barcelona, 2021. 320 páginas. 18,50 €. Ebook: 9,99 €

No son pocas las ocasiones en las que quien escribe sobre un asunto doloroso confiesa la necesidad de servirse de la escritura para contar su superación. No son menos las ocasiones en las que es la necesidad de encontrar una salida al dolor la que impulsa el fin de convertirlo en materia narrativa. En ambos casos es la literatura el camino para buscarse en el proceso de escribir persiguiendo cierto alivio y, en cierto sentido, buscando un final para una historia.



Desde este marco hay que asomarse a un libro como Leña menuda, segunda novela de Marta Barrio (New Haven, 1986), un estremecedor ejercicio narrativo que nos permite asistir al efecto catártico que representa la creación para quien se apoya en ella en un momento de extrema fragilidad emocional.



Premio Tusquets de Novela 2021, Leña menuda es, por encima de todo un relato que acierta en el tono envolvente y el estilo libre de artificios, en la sensibilidad desde la que aborda lo que comienza como el “cuaderno de bitácora” de una gestación y se vuelve, a su pesar, en un testimonio desgarrador.

'Leña menuda' es un relato que acierta en el tono envolvente y el estilo libre de artificios, en su sensibilidad

De la mano de Marguerite Duras y Maggie Nelson (entre otras acertadas referencias) que enriquecen y humanizan el discurso, la historia arranca con el inicio de un embarazo y el proceso que desencadena en la vida de una mujer joven: ilusión, proyecto, renuncias inevitables, nombres posibles. En medio de las paradojas del nuevo estado un accidente fortuito interrumpe brutalmente las expectativas: de no ser por el lamentable tropiezo con unos perros que la agreden y la tiran en la calle, no habría acudido al hospital y no se habría desencadenado el único futuro nunca imaginado entre los planes de la pareja.



Este accidente pone en marcha una travesía infernal y se convierte en el lamento de un dolor que alcanza a todo. Y nos mantiene en vilo mientras cuenta cómo se rompe el cuerpo, cómo se quiebra toda su relación con quienes le rodean, cómo la brecha con su realidad parece insalvable. Ella es la voz, la protagonista, la que detalla lo que siente en cada momento del proceso. La que confiesa escribir porque no puede dejar de hacerlo, la que carga con un secreto que solo encontrará alivio en la compañía de otras novelas, de otras voces, de otras vidas. La que no cejará en ese proceso de superar el dolor, el duelo, la tristeza… hasta encontrar una salida.



Leña menuda es el final que buscaba para su dolor, y cumple a la vez un doble cometido: poner voz a su historia y acompañar a otras muchas. Por eso la escribe: “por mí (dice) y por todas mis compañeras”. Emocionante final. Todo un logro de la escritura.