Durante 25 años vendedor de discos, la historia de Vernon Subutex, un hombre de 50 años que, sin verlo venir, pierde de repente su trabajo y su casa, conmovió a los lectores en 2015. Era también la historia de una generación que había crecido con la música y que, como su protagonista, se había dado cuenta de que, de alguna manera, el rock había terminado para ellos. Aquel era también el inicio de una trilogía que analizaba los traumas sociales y políticos de la sociedad francesa, el derrumbe del Estado del bienestar y el auge de la extrema derecha. Una historia, en palabras de su autora, Virginie Despentes, de “perdedores”, pero también un relato que ensalzaba la amistad y la empatía.

Llevada a la pequeña pantalla por Cathy Vernay y protagonizada por Romain Duris, la serie —disponible en Filmin—, fue todo un éxito de crítica y espectadores en Francia. Sin embargo, cuando la editorial propuso a la escritora publicar una nueva versión de su novela en cómic no le entusiasmó demasiado. “Al principio no me parecía buena idea, hemos vendido muchos libros, fue adaptada a una serie y no me gustó la experiencia. Me parecía que Vernon Subutex ya estaba hecho”, reconoce ahora Despentes. Aficionada a la lectura de cómics, fue entonces cuando pensó en Luz, al que recordaba por una publicación sobre feminismo que había hecho tiempo atrás. “Me parecía que era el apropiado, porque conoce la cultura rock de la que hablo y admiro mucho su forma de dibujar”.

Caricaturista y dibujante de cómics, Luz (Tours, 1972) fue uno de los pilares de la revista satírica Charlie Hebdo entre 1992 y 2015. Conocido especialmente por la publicación de su libro Catarsis —donde narraba los días que siguieron al famoso ataque de dos terroristas a la redacción de la revista—, el dibujante, para la sorpresa de Despentes, aceptó. “Era una locura adaptar tres noveles a cómic” pero el “muy loco” lo hizo, reconoce hoy la autora de Teoría King Kong. “Ha hecho un trabajo suyo, no es una adaptación, es un Vernon Subutex Deluxe”.

Ambos coinciden en que parte del éxito del proyecto conjunto ha sido la complicidad que se construyó entre los dos desde un inicio. Tres años les llevó terminar su adaptación. “No habría podido hacerlo si no hubiéramos tenido la conexión que tenemos —comparte Luz—. Es curioso porque lo que une de forma amistosa a los personajes por encima de todo es la música, y a nosotros dos lo que nos terminó de unir seguramente el vínculo musical y más allá del musical, el cultural”. Eso facilitó las cosas para poder adaptar la obra de Despentes, algo que, reconoce, es siempre un proceso complicado. “Supone una deformación del original y para poder hacer ese trabajo es necesario que haya una confianza total con la otra persona. Si no hubiéramos tenido un flechazo, no habría funcionado”.

Más Vernon Subutex que nunca

Pero, ¿cómo ha madurado Vernon Subutex? ¿Qué ha cambiado desde que su protagonista apareció en nuestras vidas? “Veo dos cosas diferentes —responde Despentes—. La primera es que hay más miedo porque la extrema derecha está escalando puestos con una fuerza que no esperábamos y para muchos de nosotros es una perspectiva mala. Al mismo tiempo tengo la sensación de que poco a poco mucha gente tiene otro tipo de mentalidad, se han acostumbrado a que Francia no es lo que era, no tienen la misma carga o energía de antes, y traen algo muy positivo. Siento algo nuevo desde los más jóvenes, más entusiasmo y más capacidad de adaptarse a la situación”, señala esperanzada. Eso sí, advierte la escritora, tras el Covid todo ha empeorado más. “El sentimiento de fracaso que compartimos tanto en Francia como en España no es menor que cuando la publiqué”, lamenta.

“En España tenéis la costumbre de sobrevivir desde hace más tiempo. En Francia tardamos más tiempo en tomar consciencia de la realidad", afirma Luz

En España, compara por su parte Luz, “tenéis la costumbre de sobrevivir desde hace más tiempo. Habéis pasado por periodos mucho más difíciles durante tiempos largos. Nosotros en Francia también, pero menos prolongados o igual tardamos más tiempo en tomar consciencia de la realidad”. En cualquier caso, en la actualidad, analiza “nos encontramos con una izquierda incapaz de aunar posiciones y una extrema derecha cada vez más fuerte, al menos en cantidad. Yo personalmente estoy buscando una nueva comunidad emocional. En los últimos años nos hemos visto privado de los espacios emocionales positivos comunes, como los conciertos. No sé qué pasará en el futuro, pero somos muchos los que buscamos esos espacios”.

Páginas interiores del cómic de Vernon Subutex

Espacios que, con el Covid, se hicieron más que evidentes. Fue precisamente cuando Luz estaba terminando el primer tomo del cómic cuando apareció la epidemia. “Me sorprendí dibujando a este tío que iba solo andando por la calle y sentí que, de repente, las cosas se invirtieron. Vernon es un individuo confinado en el exterior. Entonces comprendí hasta qué punto todos éramos Vernons potenciales. De la noche a la mañana podemos encontrarnos todos con una situación imposible, podemos perder el empleo o nuestra casa. Estamos en una sociedad capitalista en la que ya no nos protegen en absoluto. Y el Vernon de 2015 lo podemos encontrar en el 2021 perfectamente”, reflexiona el artista.

“Es un superviviente”, interviene Despentes. “Todos los son, porque la mayoría de los personajes del libro tienen 40 o 50 años, todos han crecido y conocido otro mundo y ahora tienen que arreglarse en un mundo totalmente diferente”.

Perdedores y ¿marginales?

Respecto a los personajes, de hecho, Luz reconoce que siente predilección por Javier.  “Evidentemente he pasado buenos momentos con todos los personajes. Eso es algo básico —afirma—. Al dibujar tienes que disfrutar incluso con el más cabrón de ellos, encontrándote con él cada mañana. En algún momento es verdad que ha sido difícil y al mismo tiempo una oportunidad de encontrarme con muchos gilipollas —bromea—. Y yo quería retratar lo ridículo de este personaje, que es el más materialista, nostálgico, de derechas... Pero me gusta precisamente por eso, porque es un personaje antipático y complejo. Eso tiene que ver con la manera de escribir de Virginie respecto a Vernon. Cada personaje tiene su oportunidad, no hay ningún personaje que quede fuera. Les escuchamos aunque no es necesario que estemos de acuerdo con ellos. Por eso opino que es la novela más empática que Virginie ha escrito”.

"Estos personajes son supervivientes, todos han crecido en otro mundo y ahora tienen que arreglarse en uno totalmente diferente", explica Despentes

Una empatía de la que no se deshace su autora cuando tiene que salir en la defensa de sus criaturas. “Yo no pienso en los personajes como marginales —matiza—. En Vernon hay mucha gente rica con trabajo, no son todos marginales, son todos perdedores, en el sentido de que no están contentos con la vida que llevan. Lo que me interesaba cuando empecé el libro era que realmente cada persona se había encerrado en sus obsesiones y en su mundo. Me identifico personalmente con cada personaje y cada personaje tiene algo de mí que me gusta y que reconozco en mí como bueno. También intento que haya algo de humor, Luz lo ha respetado mucho en su trabajo. Cada uno tiene su locura pero esta locura no es solo intensa”.

Todo por el rock and roll

Cuestionado por la evolución del rock reconoce que ha perdido, en parte, su esencia. “Era un espacio de libertad total pero la industria musical terminó transformándolo”. Por suerte, desarrolla, lo que antes encontrábamos en el rock ahora lo encontramos en otros espacios, como el rap. “Aunque el rap ha vivido un proceso similar. Creo que todas las personas que hemos amado la música sentimos una nostalgia por esa libertad ficticia que encontrábamos en ella. Lo vivimos como algo muy valioso, —seguramente porque éramos más jóvenes y porque igual es una nostalgia vinculada al individuo, a nuestro ayer—, lo que hace que alberguemos una pequeña llama. Vernon es también un apasionado de la música, tanto que al mismo tiempo se ha convertido en lo que el mercado de la música se ha transformado. Se ha materializado. En este sentido, creo que uno de los objetivos del libro es hablar de esa llama que seguramente está al margen ya de la industria, una chispa que queda cuando todo ya se ha perdido, cuando la realidad te ha rechazado, queda cuando todo está materializado”.

"Todos los que hemos amado la música sentimos una nostalgia por esa libertad ficticia que encontrábamos en ella y que ya no existe", critica luz

Plagada de referencias musicales, Vernon Subutex es también un homenaje a la música y a su época dorada. El propio Luz trabajó durante un tiempo como DJ y confiesa que su adaptación tiene mucho que ver con su afición melómana. “Lo sorprendente es que cuando empecé Vernon yo ya no escuchaba música, estaba absolutamente bloqueado y había dejado de escucharla durante unos años. Creo que su historia fue una manera de volverme a sumergir en una discografía que pensaba que ya no volvería a escuchar. Para mí la música es como la respiración y a la hora de traducir la energía musical, intenté plasmar también todas las formas en las que la música me ha habitado”, comparte el ilustrador.

En el aspecto más técnico, Despentes comparte que para trabajar en su adaptación tuvieron que pasar mucho tiempo juntos, enseñarle cada lugar del libro y definir cada escena por completo. “Creo que hay un flujo complejo en cada personaje y yo quería explicar en qué Subutex se encuentra cada uno. Yo no sé si soy un buen lector. A veces leo cosas que no hay que leer en un libro, interpreto lo contrario, pero gracias a Despentes he podido entrar en estos personajes, en su Barcelona, e incluso gracias a ella he conocido un París que no conocía.

“La experiencia de leer el cómic es otra experiencia —concluye Despentes—. Fue una manera de volver a ver algo que escribí con más ternura de la que tengo por costumbre con mis textos. Con Luz me he ido pensando que lo que escribo no es tan malo” 

@mailouti