Estamos en el bordeCaroline Lamarche

Traducción de Raquel Vicedo. Tránsito, 2020. 155 páginas. 20,50 €

Hacía tiempo que no tenía la suerte de leer un libro de relatos tan delicado, de una belleza tan frágil y conmovedora como Estamos en el borde, de la novelista y poeta belga Caroline Lamarche (Lieja, 1955). Galardonado con el premio Goncourt de Relato 2019, el libro reúne nueve cuentos ecologistas y feministas sobre encuentros entre animales (un mirlo, una pata herida, una ardilla, un erizo…) y seres humanos (una niña, un voluntario animalista casi asocial, una anciana, una mujer enredada en una compleja situación sentimental), en los que los primeros actuán como espejos, como claves íntimas de los protagonistas humanos, ya sea para evidenciar sus contradicciones, o para descubrirles su momento vital, su nomadismo o su implacable soledad.

Así, en “Embuste”, una niña huye de la infidelidad de su madre y de la destrucción de su familia a lomos de un purasangre llamado así, “Embuste”, para acabar contemplando la destrucción de las caballerizas, sacrificadas por una moderna autopista; “Ulises” descubre cómo un erizo puede dar a una mujer sin rumbo la clave de su vida; “Horacio” es un divertido juego de espejos y “Tosco”, una historia que empieza con un timo y acaba en amistad, con gato dentro. Lentamente, la mirada de Lamarche va calando a golpes de sensibilidad, nostalgia y belleza. Un regalo.