El rey Felipe VI y Mauricio Macri presiden la inauguración del CILE. Foto: RAE

El Congreso Internacional de la Lengua Española, ese gran foro en el que se celebra el patrimonio común que permite comunicarse a 550 millones de hablantes, comenzó este miércoles en la Córdoba argentina, donde se reúnen estos días 250 expertos en el idioma, entre escritores, académicos y filólogos.



El acto de inauguración del evento, donde se congregaban mandatarios y escritores de primer nivel, arrojó una imagen de cohesión del mundo hispano contrapuesta a la gran polémica del día anterior protagonizada por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, que dijo haber enviado una carta al rey Felipe VI y al papa Francisco exigiendo que España y la iglesia católica pidieran perdón oficialmente por la conquista de su país y los "agravios" cometidos contra la población indígena.



A las numerosas réplicas de historiadores, personajes públicos y ciudadanos a la pretensión del presidente mexicano se sumó de manera implícita Felipe VI, sin aludir directamente al asunto pero subrayando el valor de la lengua común, principal herencia española en el continente. El monarca definió el español como "el instrumento indispensable de cohesión interna de cada comunidad y de fortalecimiento de los vínculos de relación entre ellas".



Al señalar los retos del español, el rey declaró: "El porvenir del español es un compromiso de todos, de las instituciones públicas y privadas y de la sociedad civil, cuyo dinamismo alumbra cada día nuevas iniciativas colaborativas en torno a nuestra lengua común, que mostrará este congreso".



El último discurso del acto de inauguración fue el del escritor Mario Vargas Llosa, que sí lanzó un reproche directo a López Obrador: "Debió enviarse la carta a él mismo y responder a la pregunta de por qué México tiene todavía tantos miles de indios marginados y explotados". También declaró: "Los historiadores, lingüistas y sociólogos no se ponen de acuerdo sobre cuántas lenguas y dialectos existían en América a la llegada de los españoles y los portugueses. América era una torre de Babel bañada en sangre, pero las controversias que ha generado la conquista desaparecen cuando se habla de la lengua. Nadie discute la importancia que significó para América el unir en una sola voluntad de expresión, en una sola lengua la extraordinaria diversidad que caracterizaba a este continente".



El presidente de la República Argentina, Mauricio Macri, recordó "la primera vuelta al mundo, de Juan Sebastián Elcano, una hazaña española que fue el principio de lo que hoy llamamos globalización". Desde entonces, "la lengua española ha hecho mucho más que permitir comunicarnos: pensamos, soñamos, educamos a nuestros hijos, creamos en nuestra lengua. La lengua es nuestra casa y nuestra tarea es hacerla valer", declaró.



Diversidad enriquecida

Las primeras palabras de la espinó de apertura fueron de Juan Schiaretti, gobernador de Córdoba, que se mostró orgulloso y feliz por recibir un congreso que muestra "la diversidad del español enriquecida por raíces culturales". También la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, hizo hincapié en la diversidad: "Convivir no es otra cosa que vivir en la diversidad, ha señalado, y el español nos ha permitido ser diferentemente iguales".



El congreso está coorganizado conjuntamente por el Instituto Cervantes, la Real Academia Española (RAE), la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) y el Gobierno de Argentina, país anfitrión. Las sesiones seguirán en Córdoba hasta el 30 de marzo.



"La tarea -señaló Grynspan- no es ser parte del mundo digital, eso ya lo estamos haciendo, tenemos que ser más decisivos. No podemos contentarnos con que nos escriban el futuro, tenemos que escribirlo nosotros también".



La misma idea fue el centro del discurso del director de la RAE, Santiago Muñoz Machado: "Estamos en la mayor revolución de la historia de la humanidad: hablan español y hablarán más millones de máquinas que de hombres. Aprenden nuestra lengua y son capaces de crear variables semánticas. La lengua de la inteligencia artificial tiende a diversificarse y hay que tomar medidas".



Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, señaló: "Que la palabra pierda su profundidad poética es tan peligroso como que la tecnología caiga en la tentación de separar sus progresos de la dignidad humana". "La poesía y la lengua materna son el sedimento de la experiencia donde los seres humanos pueden reconciliarse sin mentiras con la palabra verdad. Y ese es el reto cultural más importante de la cultura y la tecnología en nuestro tiempo: la reconciliación con la utopía modesta y ética de la palabra verdad", explicó el poeta.



La académica Carme Riera recordó que fue la palabra 'canoa' la primera en introducirse en el español peninsular. Una palabra, ha dicho, "de origen taíno, lengua del grupo lingüístico arauhaco, que hablaban los habitantes de Guanahaní, la primera isla a la que llega Colón, precisamente porque comporta el significado de nave que surca el mar y pone en contacto y en relación".



"Me consta que actualmente en Chile, Costa Rica, Cuba, México, Nicaragua, Perú y República Dominicana se entiende por canoa un canal para conducir agua. Bienvenidas sean todas las canoas, las que surcan el mar y las que nos permiten seguir estableciendo canales que nos unan", expresó como deseo la académica. También hizo un llamamiento: "Juntos debemos mirar hacia el futuro para fortalecer nuestra lengua común, para ello las nuevas tecnologías suponen un reto que hay que saber aprovechar. Pero sobre todo hay que primar la educación. Sin educación no hay futuro".



Santiago Kovadloff hizo una declaración de principios: "Los americanos de lengua castellana no somos, como tantas veces se dice, herederos de España. Si bien es incontable lo que hemos recibido y seguiremos recibiendo, puesto que España no ha muerto, nunca seremos sus herederos sino sus contemporáneos en el orden espiritual al que aportamos lo que somos".



También resaltó la importancia de los escritores y de la fe en la literatura: "En estos días, la violencia nutre su impulso en un miedo más poderoso que el miedo a la guerra: el miedo a la paz". Y, por eso, declaró, "este es un tiempo que convoca al escritor, que lo solicita desde su más íntima indigencia".