Especial: Lo mejor del año

Si, como decía el poeta, vivir es ver volver, 2018 supuso el regreso a la ficción en español de la novela de estirpe cervantina (Sur) pero también de la experimentación (Trilogía de la guerra) y de los ajustes con el pasado y con uno mismo (Ordesa). Un año de novelas amargas, de lecturas nada fáciles y desdichados finales.



- Las votaciones de nuestros críticos



1. Sur

Antonio Soler. Galaxia Gutenberg



Una abrasadora mañana de agosto aparece frente a una gasolinera el cuerpo agonizante, casi devorado por las hormigas, de un abogado de éxito. Su mujer, la doctora Ana Galán, será quien intente salvarlo en el hospital, mientras comienzan a asomar por las páginas de la novela decenas de tramas que van seduciendo al lector. Como explicaba Santos Sanz Villanueva al reseñar el libro, Soler procede "como quien lanza puñados de realidad con los que golpea al lector y le trasmite una impresión descoyuntada, o al menos fragmentada, de ella". No faltan buscavidas, drogadictos, locas de atar ni amantes desdichados. Tampoco trenes que no van a ninguna parte pero que son los que mejor llevan a los personajes, expulsados de sus jaulas para descubrir que les sobra espacio y vida y libertad.



2. Ordesa

Manuel Vilas. Alfaguara



Manual de supervivencia de sí mismo, Ordesa es la crónica desolada, emocionante y literaria, con la que su autor se despide de su padre, de su infancia y su pasado. En él, con una verdad sobrecogedora, se retrata también como padre, como bebedor compulsivo y como narrador suicida. Es, en palabras de Nadal Suau, "la comunicación desatada, paralela, salvaje, arracimada y tierna del fantasma futuro de Vilas". Y una novela de no ficción, más cerca de las memorias que del relato cervantino, que conmueve y asombra porque al iluminar sus zonas oscuras nos explica a todos.



3. Trilogía de la guerra

Agustín Fernández Mallo. Seix Barral



Unos versos de Carlos Oroza -"Es un error dar por hecho lo que fue contemplado"- dan la clave de uno de los relatos más fascinantes del año, galardonado con el premio Biblioteca Breve. A vueltas con la ciencia y el relato fractal Fernández Mallo arrastra al lector desde la Isla de San Simón a Nueva York, de Uruguay a la costa normanda, para descubrirle entre desvanecimientos y certezas que la red social más poderosa que existe no es internet sino la que une a lo largo de los tiempos a vivos y muertos, especialmente a las víctimas de las guerras con el presente.



4. Cara de pan

Sara Mesa. Anagrama



Tras los cuentos de Mala letra, Sara Mesa vuelve a la novela con un relato que narra la amistad entre dos personajes de vidas torcidas, unidos en una complicidad que no sabe de diferencias de edad o perversiones. En un escenario neutral, un parque público, se encuentran cada día una niña acosada en el colegio y Viejo, un desahuciado que le enseña todo lo que sabe sobre los pájaros y Nina Simone, sus dos grandes pasiones, hasta crear un mundo sutil de afectos y complicidades que sólo la mirada de los otros logra corromper.



5. Fractura

Andrés Neuman. Alfaguara



Al enterarse de la tragedia nuclear de Fukushima, un anciano superviviente de Hiroshima se sentirá obligado a viajar hacia la zona del desastre. Al tiempo, el lector irá descubriendo la vida del protagonista a través de las mujeres que le amaron y olvidaron en París, Nueva York, Buenos Aires y Madrid, mientras un periodista argentino intenta entrevistarle para un reportaje que prepara sobre los desastres nucleares, pero que se desborda y le arrastra consigo. Relato ambicioso, torrencial y seductor, la última novela de Neuman no deja prisioneros.



6. Lectura fácil

Cristina Morales. Anagrama



Quizá lo único fácil de esta novela se halle en el título. Como destacó Nadal Suau al reseñar el último premio Herralde, todo en este libro resulta incómodo, desde las protagonistas -cuatro discapacitadas- a las relaciones que mantienen con las instituciones y con el sexo. Demoledora, desbordante, "rotando de la intimidad pringosa al estallido de furia", Lectura fácil necesita cómplices que gocen de una trama difícil, tan seductora como incómoda.



7. Feliz final

Isaac Rosa. Seix Barral



Sin abandonar su línea característica de denuncia política y social, Isaac Rosa muestra en su última novela un aspecto inédito, el amoroso, desde su mismo arranque: "Nosotros íbamos a envejecer juntos". El relato, que viaja hacia atrás desde el desmantelamiento del hogar común a la primera certeza del amor romántico, se convierte en una suerte de autopsia desolada de los espejismos del amor contemporáneo.



8. Mudar de piel

Marcos Giralt Torrente. Anagrama



A vueltas con la culpa y los recuerdos (inventados o no), Marcos Giralt Torrente arroja en los cuentos de Mudar de piel una mirada nostágica pero implacable sobre la familia y sus tristezas. Adolescentes abandonados, maridos ausentes y aventuras frustradas son algunos de los protagonistas de unos relatos plenos de verdad y de compasión, en los que, como apunta el autor, "Las palabras suelen llegar más lejos de lo que el corazón se atreve".



9. El rey recibe

Eduardo Mendoza. Seix Barral



2018 fue el año del regreso del mejor Mendoza, con un protagonista descreído e infeliz, el joven plumilla Rufo Batalla, a la altura de sus grandes antihéroes. Enredado en mil líos por culpa del príncipe Tukuulo, heredero del trono de Livonia, Batalla intenta huir de la mediocridad, mientras su autor nos ofrece, en palabras de Nadal Suau, "el reverso escéptico y fatalista de la narrativa posmoderna que caracterizó aquellos mismos años en que está ambientado".



10. El asesino tímido

Clara Usón. Seix Barral



Un clásico literario, el descenso a los infiernos de una persona con graves conflictos íntimos, se convierte aquí, de la mano de Clara Usón, en algo completamente diferente. A partir del enigmático suicidio de Sandra Mozarovski, actriz de la época del destape enredada en escabrosos rumores, la novelista acaba poniendo el foco en sí misma, en la adolescente conflictiva que fue y que apuraba las noches en busca de libertad y transgresión.