Acogido con alegría general por los profesionales de la cultura, al nuevo ministro José Guirao le esperan no pocos retos en su cartera ministerial. El primero es seguramente el más difícil: convencer al resto del gabinete de ministros que la cultura no es solo la guinda del pastel de los presupuestos, el capricho de una minoría egoista o un artículo de lujo. Después, que más allá de la bajada del IVA cultural, de la urgente Ley de Mecenazgo o una eficaz legislación para los derechos de autor, hay muchos sectores que demandan, con razón, pequeños cambios que pueden lograrse con inteligencia y voluntad. Las veinte personas que hoy vienen a nuestras páginas saben de lo que hablan y ponen el foco en alguna parcela de la cultura que puede ser mejorada. De la filosofía al cine, de las tablas al arte, de los libros a la música, el ministro Guirao tiene la posibilidad de favorecer el trabajo de creadores e instituciones. Nada menos.

Proyección internacional del pensamiento español

Javier Gomá, filósofo y director de la Fundación Juan March



Algo pocas veces hablado pero todavía pendiente dentro de los asuntos de Estado en materia de cultura es la proyección internacional del pensamiento español. De España se esperan pintores, cineastas, cocineros, novelistas o toreros, pero nunca filosofía. Al latino se le atribuye fuerza, raza, arte, poderío, imaginación, pero no concepto. El trabajo en el concepto es anglosajón, alemán, quizá francés, pero nunca español. En consecuencia, los libros de filosofía española no se traducen a otros idiomas. No se conocen, no se leen, no forman parte de la conversación global. Ni siquiera Ortega y Gasset o Unamuno han sido tan trasladados como merecen o como otros autores de pareja importancia de otros idiomas han sido traducidos al nuestro. En España se siente, se cocina, se poetiza, se baila, se festeja, pero no se piensa, según el estereotipo dominante. Ha habido algunas iniciativas en el pasado orientadas a dar a conocer fuera el pensar en español pero con poca continuidad. Sería un síntoma de un agudo sentido de Estado por parte del Ministerio si desarrollase un plan para difundir la filosofía española en otros idiomas favoreciendo las traducciones y propiciando que ésta se integre en la conversación internacional.




Sinergias entre museos grandes y pequeños

Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía



Arbitrar medidas que sirvan para repensar el sistema de museos y de centros de arte de modo que se retroalimenten y que se creen sinergias entre los más grandes y los más pequeños. Estamos en un momento en el que parece que la cultura sólo se genera en las grandes instituciones y deberíamos verla como un todo. También sería recomendable concebir la educación como el elemento troncal a partir del cual establecer las relaciones entre la institución y los públicos. La idea sería potenciar un sistema de educación no reglada para generar ciudadanos y no consumidores. Por último, pienso que estaría bien profundizar en la autonomía de las instituciones y potenciar el tejido internacional a través de residencias y de intercambios…




Mirar hacia las grandes instituciones

Ana Santos, directora de la Biblioteca Nacional



Una medida que considero importante, es volver la mirada a las grandes instituciones culturales de nuestro país. Como producto de la evolución histórica y de la inmensa riqueza cultural que desde hace cientos de años hemos sido capaces de crear, contamos con instituciones culturales de primera línea: Museo del Prado, Reina Sofía, el Teatro Real… y la propia Biblioteca Nacional. El valor de sus colecciones y la calidad de las actividades que se desarrollan, trasciende su significado para convertirse en centros de difusión cultural con gran capacidad pedagógica, que impulsan proyectos tecnológicos punteros, generan riqueza y pueden hacer una labor capaz de "crear país" a través de una cultura concebida como ese espacio común en el que todos nos sentimos identificados. Pero ello pasa por impulsar nuevas políticas en las que se cuente con las grandes instituciones culturales y se favorezca una mejor gestión. No hablamos sólo de recursos económicos, aunque es imprescindible una revisión de las dotaciones presupuestarias, hacen falta medidas de apoyo al sector desde el ministerio de Hacienda, para disponer de empleados públicos suficientes y evitar la dependencia de la externalizacion, agilizar la losa burocrática y encontrar nuevos modelos de gestión que permitan alcanzar mayores niveles de eficiencia.




Seguridad jurídica y financiera para el cine

Mariano Barroso, cineasta y presidente de la Academia de Cine



El cine precisa de unas medidas urgentes que regulen su funcionamiento, como la orden ministerial que está pendiente de aprobación y que aportará la seguridad jurídica y financiera que precisamos. Esperamos una Ley de Mecenazgo efectiva y la instauración de incentivos fiscales que faciliten la actividad audiovisual y que atraigan proyectos nacionales e internacionales. Queremos potenciar un acuerdo que mantenga nuestra industria y nuestro sector al margen de la disputa política. También un pacto de estado por el Cine, que reconozca su valor artístico y de transformación social, que lo considere como instrumento de concordia, como valor histórico y de proyección internacional. Ha de ser industria estratégica. El sector ha asumido con lealtad su cuota de responsabilidad en los años de la crisis. Entendemos que es el momento de gestionar de forma recíproca esa lealtad. Y estamos a disposición del ministro para iniciar una etapa de colaboración.




Proteger nuestro género lírico

Daniel Bianco, director del Teatro de la Zarzuela



El ministro tiene sobre la mesa un asunto muy urgente: fusionar (o no) el Teatro de la Zarzuela al Teatro Real. Puede mantener el Real Decreto o retirarlo y repensar el proyecto con calma. Pero sobre todo debe decidir si quiere que el género lírico español siga siendo gestionado dentro de un modelo totalmente público que garantiza precios asequibles para todos los ciudadanos. La contundente oposición de tantas voces que se han pronunciado en contra, nos obliga a dialogar y a encontrar la fórmula más adecuada que cumpla con el objetivo primordial de este teatro: salvaguardar un servicio público que protege y difunde la música española y a sus artistas, un patrimonio cultural que es único en el mundo y que sigue vivo.




Autores en las aulas

Luis García Montero, escritor



Además de todas las reivindicaciones más conocidas y sonoras, me gustaría que se consolidara y aumentara el plan de colaboración del Ministerio con los centros públicos de Educación para llevar a autores a las aulas. Es un modo de apoyar al profesorado (que falta hace), de acercar a los jóvenes al mundo del libro y la lectura, de ayudar a jóvenes creadores y de señalar que la cultura es inseparable de la educación, que la cultura sirve para formar una conciencia activa y una imaginación moral imprescindibles en la sociedad democrática. Es una experiencia conmovedora ver cómo los jóvenes estudiantes se emocionan con un poema o con un relato. Ahora que las redes sociales han diluido la separación entre lo privado y lo público, es muy beneficioso mostrar un camino en el que son compatibles la dignidad y la confesión, el entretenimiento y la cultura, la sinceridad y el pudor. Y mucho más beneficioso, aprender que es posible dialogar desde la juventud con una tradición de siglos.




La verdadera valoración de la cultura

Olvido García Valdés, poeta



La medida más urgente sería que desde el Ministerio se valorase por fin de verdad eso que llamamos cultura. Si se cuidara -conociendo su valor para el patrimonio de un país-, los creadores mayores, por ejemplo, no tendrían que elegir entre seguir trabajando (es decir, enriqueciendo el capital simbólico que compartimos todos) y cobrar su pensión, los raperos no tendrían que exiliarse para no entrar en la cárcel, la igualdad entre hombres y mujeres en este ámbito sería real (es decir estadísticamente constatable, por ejemplo, en los museos de arte contemporáneo) y no solo nominal, y, por supuesto, la protección del cine, la música o la poesía se reflejaría en los presupuestos y en el trato que la producción en cada uno de estos ámbitos recibe.




Potenciar el patrimonio sonoro español

Tomás Marco, músico



Podría hacer en el terreno de la música clásica lo que hace, por ejemplo, un ministro francés y que jamás ha hecho uno español: potenciar el patrimonio propio, tanto histórico como actual, haciendo que los compositores, pasados y presentes, y los intérpretes españoles tengan una presencia significativa. Que los lugares donde se ponga dinero público -teatros líricos, orquestas, festivales, ciclos, giras internacionales, etc- sean un verdadero altavoz de nuestro patrimonio. Que no pueda haber óperas que no programen ni una sola obra española, histórica o actual, orquestas donde la presencia de música española sea ínfima y se contrate a directores, incluso como titulares, e intérpretes extranjeros de segunda y tercera categoría ignorando a los españoles. Que se subvencionen giras internacionales y discos con música sólo extranjera. Que no se trate a la música española de manera distinta al cine, el libro o el arte. En definitiva, que la música y músicos españoles dejen ya de ser, no el último mono, sino el mono que va después del último.




El valor de la literatura

Elvira Navarro, escritora



Pido que Cultura y Educación colaboren para que el estudio de la literatura y la comprensión lectora de las disciplinas del campo de las Humanidades sean, junto con las Ciencias, plato fuerte en la educación (¿cómo puede ser que haya ingenieros que no sepan nada de literatura, o filólogos que ignoren la economía?). De poco sirve que desde Cultura se den becas para creadores o subvenciones a editoriales si la sociedad no ha aprendido a calibrar el valor de la literatura, o del arte. Si no se modifica el sistema por el que se accede a la cultura, débil por la mala calidad de la enseñanza y por una especialización que nos convierte en ignorantes, la ayuda directa a creadores y la promoción no dejarán de ser parches.




Implicación ciudadana

Rosina Gómez Baeza, gestora cultural



Es importante implicar a la ciudadanía y al sector privado en el impulso de la cultura en general y de las artes visuales en particular para paliar la falta de recursos económicos de centros de arte y museos. Como parte de esta asunción de responsabilidades se podría contemplar la creación de una lotería nacional. En el Reino Unido existe ya desde hace años un programa del Arts Council, National Lottery, que distribuye el 60% de sus recaudaciones entre la cultura y el deporte. Son tiempos de cultura, así que se pide al nuevo ministro potenciar este sector, el de las industrias culturales y creativas, que produce un 5,4% de nuestro PIB, un 8,2 en el Reino Unido.




Saldar deudas con el sector de producción

Manuel Gutiérrez Aragón, cineasta y escritor



Lo fundamental es pagar las deudas de la Administración con el sector de producción. Esa tardanza crea un gran quebranto. Luego, claro está, el aumento del fondo de protección. Eso es difícil, porque depende de las disponibilidades presupuestarias. Más al alcance está el darle un poco de aire a los estrenos y a los festivales. El nuevo ministro es un excelente profesional y conoce el terreno que pisa. Y no hay que olvidar la enseñanza del lenguaje audiovisual en colegios e institutos. Son los espectadores del futuro. En este sentido, la enseñanza del cine debería realizarse como la lengua o las matemáticas, algo muy habitual en otros países de Europa. Esto es capital, aunque ahora ya cae en otro ministerio...




Reconstruir el INAEM

Magüi Mira, directora y actriz



Tenemos ministerio y ministro de Cultura. Como prioridad, desde el área de teatro, le aconsejaría sanear un pozo negro que persiste en el tiempo dentro de la institución: el INAEM. Es urgente reconstruir el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, un organismo injusto y decadente. Empezando por crear una agencia que agilice todos los trámites legales, como corresponde a una administración del siglo XXI. Un organismo que permita realizar producciones en tiempos razonables, eliminando burocracia caduca, con autonomía para producir, coproducir y exhibir fuera de Madrid de manera sostenible dentro del mercado.




Independencia, libertad y respeto

Dora García, artista



Como en el cuento, yo tengo tres deseos:

1. Que se independice la gestión cultural de la política. Que directores de instituciones sean elegidos según el código de buenas prácticas, que se les deje trabajar con libertad respetando su competencia profesional, agotar sus contratos y que no se cambie de arriba abajo la política cultural en proyectos y personas cada vez que cambia el gobierno: independencia, cualificación, libertad y respeto por los profesionales de la cultura.

2. Que se fomente la internacionalización del arte español por el simple método de crear una política de becas ágil, suficiente, y honesta, en colaboración con instituciones educativas de reconocido prestigio de otros países.

3. Que las presentaciones en el pabellón español de la Bienal de Venecia sean coordinadas y gestionadas por una institución artística, como un museo, y no por el ministerio de Asuntos Exteriores.




Fuera los complejos

Manolo Borrás, editor de pre-textos



No estoy seguro de si los políticos se toman en serio la cultura. Si saben que leer poesía, narrativa o ensayos de calidad nos hace mejores ciudadanos. Este año las ventas en la Feria han descendido un 7 %, merma atribuida a los agentes atmosféricos. Tal vez, pero no sólo. El libro nunca fue responsable de nuestra sequía. Todos tenemos, y más quienes nos dedicamos a la edición, alguna responsabilidad en ello. Viva la bibliodiversidad, sí, aunque no hace que compre hoy más libros que quince años atrás. ¿Qué nos ha ocurrido a los agentes culturales para insistir tanto en lo mediocre? Hagamos autocrítica. No me gusta aconsejar a nadie y menos a un ministro. Lo que sí deseo es que se convenza de que la cultura escrita en las lenguas de la península Ibérica, y en el español de ambas orillas, es esencial para esos ciudadanos a quienes se apela constantemente. Sé que hoy está escribiéndose en nuestra lengua mucha de la mejor literatura universal. Fuera los complejos. Aunque sabemos que de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno, vayan mis mejores deseos para el nuevo ministro.




Desbloquear la financiación al cine

Ángeles González-Sinde, guionista



En cine, desbloquear la financiación. Acabar con el estrangulamiento económico y la pérdida de diversidad en las películas que se producen y apoyan las televisiones. En artes escénicas y música, desactivar la absorción de la Zarzuela por el Teatro Real. Recuperar los concursos de Buenas Prácticas en los nombramientos de directores de compañías nacionales y centros dependientes. Reactivar el Consejo para que el sector participe. En el Libro, recuperar la Dirección General y el plan de compra de libros para bibliotecas públicas en colaboración con las CCAA. Potenciar ayudas a traducciones del español a lenguas extranjeras para permitir que nuestra literatura viaje fuera. En Bellas Artes, recuperar los planes estratégicos y recuperar los concursos de Buenas Prácticas en los nombramientos de directores de museos y otros organismos. En Propiedad intelectual, crear una figura expresa para hacerse cargo de la materia, un delegado que supervise las entidades de gestión y reforzar el departamento en recursos humanos y materiales. Recuperaría también el convenio de colaboración con el Ministerio de Exteriores para trabajar juntos y coordinadamente en instituciones estratégicas como Instituto Cervantes y Aecid. RTVE debe de ser la gran aliada del cine y la cultura, incrementar mejor su presupuesto para que pueda hacerlo.




Un teatro para la danza

José Carlos Martínez, director de la CND



Llevamos años reclamando un teatro para la danza. Tanto la Compañía Nacional de Danza como el Ballet Nacional de España necesitan un espacio propio donde poder programar temporadas estables. De esta forma podríamos adaptarnos a los calendarios europeos, puesto que los grandes coreógrafos cierran sus agendas con 2-3 años de antelación. No tener un teatro nos cierra muchas puertas, y priva a los espectadores de disfrutar tanto de las piezas de repertorio como de las nuevas creaciones. Además, un espacio de este tipo favorecería la creación de nuevos públicos y permitiría a muchas compañías mostrar su trabajo, suponiendo una mejora para un sector que necesita lugares de difusión. Un teatro de danza genera un público fiel, que sigue y conoce a los bailarines, que tiene un gusto y un criterio propio y que se muestra respetuoso y abierto a nuevas propuestas.




Redefinir el ICAA

Ramón Colom, productor cinematográfico



1. Las fronteras entre cine y televisión se han diluido y ya no es posible un ICAA que solo sepa de cine.

2. La política del ICAA está sustentada sobre la producción y se ignora la distribución, tanto nacional como internacional, y la exhibición.

3. La coexistencia entre cine de gran presupuesto con producciones medias y pequeñas no puede hacerse a costa de los productores medios y pequeños. Hay que marcar los límites en las ayudas.

4. Es necesario sanear las relaciones entre la industria cinematográfica y la televisiva, en especial con las cadenas privadas. Es un hecho que algunas de ellas han abusado de su posición de dominio.

5. Hacer crecer un mercado unificado en lengua española para así potenciar las industrias nacionales.




Dinamizar el mercado desde fuera

Sabrina Amrani, galerista y presidenta de ArteMadrid



Las galerías de arte son el lugar donde se gesta el arte del mañana, se reflexiona sobre nuestra historia y se imagina otros futuros posibles. Desde ArteMadrid nos esforzamos en dar a conocer nuestro programa dentro y fuera de nuestras fronteras participando en ferias de arte y organizando exposiciones y actividades en nuestra ciudad. Existe una estrecha relación entre la proyección de nuestros artistas fuera y el peso que tienen en el mercado, por lo que creo esencial dar las herramientas a las galerías para garantizar la visibilidad de su proyecto y la dinamización del mercado.




Reforzar las escuelas de música

Pablo Heras-Casado, director de orquesta



Debería haber un pacto de Cultura con Educación para fomentar la formación musical en la enseñanza obligatoria, especialmente desde primaria. Es fundamental reforzar en general el estudio de las artes donde la música se ha venido eliminando. Debemos prestigiar la música para equipararla con otras artes. Entenderla como elemento educador que forja una identidad cultural, un gusto, no reducirla al estudio de un instrumento o de la música en si. Deben reforzarse y protegerse las escuelas de música y conservatorios, dotándolos de más estructuras, y equiparar definitivamente la enseñanza superior de música con las enseñanzas universitarias de grado. Todo esto encaminado a situar a la música entre los valores fundamentales en la educación y a que nos identifiquemos también con la música a nivel patrimonial y cultural. Además de los músicos que tienen la oportunidad y el privilegio de tener una posición fija -sea en una orquesta, casa de ópera, coro, etc.- o músicos solistas que ya tienen carreras consolidadas, la mayor parte de los músicos que trabajan son "freelance". No existe un estatuto, al igual que para actores y otros artistas, que los protejan y brinden condiciones laborales de calidad y más flexibles como ocurre en Francia, Alemania u otros países.




Modernizar el INAEM

Cristina Rota, directora del CNC/Sala Mirador



El nuevo ministro o ministra de Cultura debe colocar en su agenda la modernización INAEM. Es una institución dentro del Ministerio que funciona muy bien, con mucha transparencia; sin embargo se ha quedado anclada en los años 80. Es necesario terminar de adaptarlo al Estado de las Autonomías. Sus Centros de Producción trabajan con demasiada intensidad en Madrid capital, haciendo competencia indirecta al pequeño y mediano formato. No solamente a los espacios escénicos sino también a las compañías; colapsan la exhibición de las estructuras madrileñas. Es difícil desarrollar nuestro trabajo cuando tenemos grandes estructuras a pie de calle y centralizadas en Madrid. Deberían existir Centros de Producción en otras capitales de provincia para descongestionar la actividad escénica madrileña. Se trataría de tener una lógica de Estado federal, es decir, un centro base y diferentes centros satélite. Además de esto, son muy importantes los nombramientos de los cargos por designación. El perfil es muy concreto y deben ser buenos gestores. El nuevo Ministro de Cultura se debe rodear de personas con experiencia en cada una de las disciplinas que atiende el INAEM, no sólo con perfil administrativo. Y por supuesto, mantener un diálogo permanente con el gremio.