Fachada de la Academia Sueca

Se venía rumiando desde hace varias semanas y finalmente el rumor se ha convertido en realidad. La Academia Sueca ha anunciado este viernes que no concederá el Premio Nobel de Literatura en 2018 tras los escándalos de filtraciones y supuestos abusos sexuales que han propiciado la salida de cinco miembros de sus filas. Sin embargo, el Nobel de Literatura de 2018 no quedará desierto sino que se entregará en 2019, junto al correspondiente a ese año.



"Durante las últimas semanas hemos mantenido un diálogo continuo con la Academia Sueca y apoyamos la decisión adoptada este jueves", ha explicado en un comunicado el presidente de la Fundación Nobel Carl-Henrik Heldin, "En principio, el Premio Nobel debe entregarse cada año, pero las deliberaciones se han pospuesto en varias ocasiones durante la historia de estos premios. Una de las circunstancias que pueden justificar una excepción como esta se produce cuando surge una situación tan grave que la decisión del premio no se percibiría como creíble".



El Nobel de Literatura ha sido declarado desierto en diversas ocasiones, como en los periodos de las guerras mundiales del siglo pasado o por no haber encontrado al candidato adecuado, pero nunca por otros motivos. El escándalo que ha propiciado esta decisión de la Academia Sueca estalló en noviembre, cuando el diario Dagens Nyheter publicó la denuncia anónima de 18 mujeres por abusos y vejaciones sexuales contra el dramaturgo Jean-Claude Arnault, muy vinculado a la academia a través de su club literario y esposo de una de sus miembros, Katarina Frostenson.



La academia cortó la relación con Arnault y encargó una auditoría sobre sus relaciones con la institución, pero desacuerdos internos en las medidas a tomar provocaron renuncias, acusaciones y las salidas, entre otros, de la secretaria, Sara Danius, y Frostenson. La Academia Sueca decidió el pasado jueves publicar dicha auditoría y entregarla a las autoridades, además de anunciar reformas.



El informe descarta que Arnault haya influido en decisiones sobre premios y ayudas, aunque el apoyo económico recibido incumple las reglas de imparcialidad al ser su esposa copropietaria de la sociedad que controla el club; y confirma que la confidencialidad sobre el ganador del Nobel fue violada en varias ocasiones. Entre los cambios en el funcionamiento de la institución se enmarca la reforma de los estatutos propuesta por el rey Carlos XVI Gustavo, protector de la academia, para permitir la renuncia real de sus miembros, por deseo propio o tras dos años sin participar activamente, y la posibilidad de que sean reemplazados.



Las renuncias son simbólicas y solo se traducen en no participar en votaciones y actividades, ya que la pertenencia a la institución es de por vida y solo se eligen nuevos miembros cuando muere alguno. Las últimas salidas han dejado a la academia con solo 11 de 18 asientos ocupados, uno menos de los necesarios para elegir nuevos miembros y tomar decisiones, como las relativas al Nobel.