Lee aquí el comienzo del relato Una vida prestada, de Berta Vias Mahou

Vivian Maier era alta, de huesos grandes y andares enérgicos, como si la vida le hubiera encargado una misión y ella fuera a cumplirla sin miramientos. Vestía abrigos amplios, faldas y vestidos que le tapaban las rodillas, sombreros de ala ancha y zapatos cómodos de tacón bajo.



Podemos imaginarla caminando por las calles de Nueva York o Chicago en los años sesenta del siglo pasado y llevando de la mano a unos niños porque la gran fotógrafa que ahora recibe el aplauso internacional de la prensa y del público, durante toda su vida fue una niñera, una mujer sin familia, sin hijos y sin casa propia.



Lo único que siempre sintió muy suyo era una máquina fotográfica que la acompañaba a todas partes, colgada del cuello o escondida en un bolsillo. Fue así cómo robó la sonrisa de unas niñas, la mueca ácida de una anciana o su propia mirada, cargada de preguntas. Miles de negativos descansaron durante mucho tiempo en viejas cajas, y solo después de su muerte alguien empezó a revelar al mundo el genio de su trabajo.



Vivian Maier: una mujer misteriosa que por fin habla gracias a la imaginación y el talento de Berta Vias, autora de La mirada de los Mahuad y premio Torrente Ballester por Yo soy El Otro, que le ha prestado una vida entera.

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