Portada de Billie Holiday de José Muñoz y Carlos Sampayo

Salamandra Graphic reedita la novela gráfica Billie Holiday de José Muñoz y Carlos Sampayo cuando se cumplen 100 años del nacimiento de la cantante. La obra nos introduce en la vida de la eterna Lady Day y refleja, con vibrante pulso noir, las desdichas de una dura existencia encarada intensamente.

Intensidad. Si algo definía a Billie Holiday, a la eterna Lady Day, la voz inigualable y la leyenda del jazz, pero también la adicta al polvo blanco y a los hombres violentos, era la pasión con la que encaraba cualquier aspecto de su existencia. "Yo he vivido canciones como éstas", decía sobre el escenario antes de interpretar Stormy Blues, Don't Explain, Lover Man o Left Alone y nadie se atrevía a dudarlo. Nació en 1915 en Filadelfia por lo que ya han pasado 100 años desde su advenimiento y desde entonces, su fieles no han parado de aumentar.



Los primeros fueron Benny Goodman, Duke Ellington, Teddy Wilson, Ben Webster o Roy Eldridge, en definitiva los grandes músicos de jazz de los años 30 y 40, que se rindieron a su talento. Después le siguieron Frank Sinatra, Janis Joplin, Nina Simone o Amy Winehouse. Todos ellos en algún momento sintieron la pasión de Billie Holiday, desconcertante por el hecho de que la persona de la vida horrible (violada, maltratada, encerrada, desterrada de los escenarios, discriminada por el color de su piel...) entregara momentos tan sublimes a la historia de la música.



Ahora Salamandra Graphic publica Billie Holiday, una novela gráfica en la que José Muñoz, uno de los historietistas más destacados de Argentina, y Carlos Sampayo, escritor, guionista y experto en jazz, nos introducen en la vida de la interprete desde el punto de vista de un periodista al que le encargan un reportaje por el 30 aniversario de su muerte. Desde su absoluto desconocimiento va descubriendo la vida, apasionante y turbulenta de una de las voces más influyentes de la historia del jazz.



El libro por tanto desgrana las difíciles relaciones de la cantante, tanto con la droga y con el alcohol, como con los hombres, sin olvidar a la policía, que entre vejación y vejación, arrestos sin motivos y falsos cargos de posesión de droga, lograron que le prohibieran actuar en los clubes de Nueva York los últimos doce años de su vida.



Una viñeta de Billie Holiday

El dibujo de José Muñoz, atento a los contrastes de la vida de la cantante, hace hincapié en los claroscuros, estableciendo fronteras impermeables entre el color blanco y el color negro que resultan similares a las existentes en la sociedad estadounidense de la primera mitad del siglo XX. La atmósfera noir de la obra, junto a los escenarios urbanos y las caracterizaciones grotescas de los personajes, ofrecen una inmersión incomoda y a la vez magnética en el Nueva York de la época. No hay que olvidar que ambos creadores, Muñoz y Sampayo, son los responsables de la configuración de uno de los personajes más importantes de la historia del cómic policial, Alack Sinner, que también aparece en las páginas de este libro.



Pero no todo fueron desgracias y Billie Holiday también conoció el amor, no un amor convencional pero si verdadero. Y lo encontró en un compañero de andanzas, el saxofonista Lester Young, otra de las figuras fundamentales de la historia del jazz. A pesar de que siempre hubo rumores acerca de la homosexualidad de Young (también de la bisexualidad de Holiday), una teoría en la que parece incidir esta novela gráfica, ambos formaron un verdadero dúo de amor sobre el escenario. Sin embargo, ésta fue la excepción que confirmo la regla.



El libro, publicado por primera vez en 1991, cuenta con una introducción de Francis Marmande, escritor, músico y periodista de Le Monde, y la impecable y muy cuidada edición de Salamandra Graphic añade al final una serie de ilustraciones que ponen de manifiesto el peculiar talento de José Muñoz como creador de atmósferas.



@JavierYusteTosi