La imagen del cardenal Cisneros preside la exposición

Fue la primera edición impresa de una biblia escrita en varias lenguas. La denominada Biblia Políglota Complutense es hoy considerada uno de los testimonios más relevantes del humanismo cristiano del Renacimiento y el mayor monumento tipográfico de la imprenta española de la época. Una aventura personal del cardenal Cisneros que actúo de mecenas y patrocinador de este gran proyecto que comenzó a principios del siglo XVI en la recién nacida Universidad de Alcalá de Henares.



Ahora, la Universidad Complutense de Madrid celebra los 500 años de esta joya bibliográfica con una exposición, V Centenario de la Biblia Políglota Complutense. La Universidad del Renacimiento. El Renacimiento de la Universidad. Más de un centenar de piezas para sumergirnos en la historia de un libro y de una universidad. A nosotros nos acompaña en este viaje José Luis Gonzalo Sánchez-Molero. Un lujo. Filólogo y bibliófilo empedernido (premio de Bibliografía de la Biblioteca Nacional en 1997 y premio Bartolomé José Gallardo de investigación bibliográfica en 2002), es el comisario de la muestra y organizador de las diversas actividades que, como nos cuenta, vienen desarrollándose desde hace un año en torno a la Biblia Complutense.



Gonzalo ha hecho lo posible por acercar la biblia de Cisneros al espectador. Consciente de la dificultad de la exhibición del libro como objeto ha optado por poner a disposición del público que visite la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla de Madrid todo tipo de herramientas actuales a su alcance. Hay códigos qr insertados en paneles y cartelas, descargas de vídeos con explicaciones de los especialistas, audios con los textos bíblicos en su idioma original e incluso la música de la época para amenizar el recorrido. "Todo un proyecto sobre la Biblia Políglota y sobre cómo se concibió la educación en Alcalá de Henares en la primera mitad del siglo XVI: una universidad nueva, renacentista, basada en el humanismo cristiano. Cisneros se dio cuenta de que el sistema pedagógico de la baja edad media quedaba atrás, de que el modelo del siglo XIII queda antiguo en el siglo XVI", explica.



Un sueño científico

Y es que el Cardenal quería una educación nueva y con unos objetivos concretos: formar a una generación de teólogos y políticos que llevaran a cabo una reforma de la sociedad, de la religión, del gobierno y de la monarquía y para eso creó un plan de estudios donde primaba la teología y el humanismo. "La Biblia Políglota es la unión de estas dos disciplinas, humanismo y crítica filológica y puso todo lo que estaba en su mano para conseguir el texto más depurado y más verídico". No se trataba por tanto de hacer una biblia más. "Era un sueño científico. En aquel momento la biblia era la fuente de todo saber de modo que un texto bíblico que respondiera en su contenido al texto original era un trabajo científico en toda regla".



Vista de la exposición

Pero es que, además, Alcalá de Henares era una universidad nueva y desconocida en ese momento. En 1498 era una villa de paso entre Madrid y el Reino de Aragón y Cisneros la convirtió en un centro cultural de referencia. "En 1502 empieza allí el proyecto de la Políglota; en 1508 comienzan las clases; en 1511 se instala en Alcalá el impresor Arnau Guillen de Brocar; en 1514 sale el primer volumen y en 1517 el último, el mismo año de la muerte de Cisneros". Una breve y clara cronología que da cuenta de la importancia que en muy poco tiempo tomó este enclave académico.



Allí iniciaron los trabajos preparatorios, la búsqueda de los textos sagrados, para lo cual el cardenal Cisneros compró o pidió prestados antiguos y valiosos códices latinos, caldeos, hebreos y griegos. Algunos de estos códices han sobrevivido y están hoy en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid. Cotejar manuscritos en diferentes idiomas no era tarea fácil por lo que el siguiente paso fue reunir a un grupo de sabios colaboradores, muchos de los cuales serían también profesores en Alcalá. Destacaron los hebraístas Alfonso de Zamora, Pablo Coronel y Alfonso de Alcalá, los helenistas Demetrio Ducas, Hernán Núñez de Guzmán, Diego López de Zúñiga y Juan de Vergara, y, entre otros latinistas, llegó a trabajar algún tiempo Antonio de Nebrija.



La Políglota como modelo

Asombra, por otro lado, que este proyecto no tuviera lugar en Italia o en Francia, centros del Humanismo renacentista. Para Gonzalo, además del empeño de Cisneros hay una causa directa: "La relación y el intercambio cultural con los judíos era algo propio de España y teniendo en cuenta que el 75 por ciento de la biblia es Antiguo Testamento y que su lengua original es el hebreo, el cotejo científico del texto latino que se conocía con sus anteriores versiones en hebreo y arameo se podía hacer en España mejor que en ningún sitio".



Primera página de la Biblia Políglota Complutense

También el diseño, la maquetación y la tipología empleados son dignos de estudio. Brocar, el impresor, tuvo que hacer algo que era muy difícil entonces: publicar un libro en cuatro idiomas, aunque no todos los tomos están en cuatro, los hay en tres y en dos. "Brocar tuvo que hacer cosas tan complejas como que cada línea en cada idioma se correspondiera. El trabajo de composición era impresionante. Él supo hacerlo con la suficiente calidad, y empleando unas letras que emplea son de las más bellas que se han utilizado en imprenta".



Así, no es de extrañar que la influencia de la Políglota haya sido total en ediciones posteriores. El libro se convirtió en el modelo absoluto. "El trabajo de Cisneros fue tan largo y laborioso que Erasmo de Rotterdam se adelantó y realizó una impresión bilingüe, en griego y en latín poco antes. Pero cuando Erasmo conoce en 1522- 23 el texto de la Academia Complutense, hace una crítica excelente del trabajo cisneriano y escribe: 'A la Universidad de Alcalá no hay que llamarla complutum sino pamplotum', que significa el lugar donde todos los saberes residen. En 1596, Felipe II publica la de Amberes realizada por un alumno de Alcalá que sigue el modelo para hacer una versión mejorada. La siguiente importante será la Walton en Londres a mediados del siglo XVII y el editor se retrata con una estantería con libros detrás y entre ellos se distingue la Biblia Complutense...". Entre ambas, las de Heidelberg (1586), Hamburgo (1596) y París (1645), todas con la de Cisneros como referencia.



La investigación

Quizá la mayor sorpresa de esta investigación de años ha sido saber que existen unos 500 ejemplares de la Biblia Políglota. El Cardenal mandó imprimir 600 ejemplares, que era una edición muy importante, teniendo en cuenta que cada biblia constaba de 6 volúmenes tamaño folio de 400 páginas cada uno. "Pues bien, se pensaba que gran parte de la edición se envió a Roma y naufragó pero esto no debió de ser así. Creemos que solo unos 100 ejemplares viajaban en aquel barco, de modo que las otras 500 están hoy en manos de propietarios de todo el mundo. Durante un viaje a Buenos Aires, visitando una biblioteca ¡me encontré un ejemplar!", nos cuenta el comisario. 500 ejemplares por tanto de uno de los mejores ejemplos del humanismo cristiano cuya importancia pone hoy de relieve esta exposición.