Beatriz de Moura con Antonio López Lamadrid. Foto: Santi Cogolludo

Fue hace escasamente dos años cuando Beatriz de Moura, propietaria de Tusquets, repetía con insistencia en El Cultural que todo seguiría igual y ella al mando. Ahora, el destino toma otro rumbo. Tusquets ha informado de que "dentro del proceso de asociación con Planeta Corporación iniciado en abril de 2012, prosigue su labor con el mismo equipo editorial, con De Moura, fundadora, nombrada presidenta de honor, y Juan Cerezo, como director editorial".



Tusquets Editores se integrará físicamente en el edificio corporativo del Grupo Planeta a partir del próximo 1 de septiembre y abandonará la planta que ocupaba desde septiembre de 2012. Durante esta etapa comenzaron las negociaciones con Planeta debido a que a Tusquets no le salían las cuentas desde hacía varias jornadas. La integración en Planeta, copropietaria de Tusquets, concluirá el próximo 1 de septiembre.



El popular sello independiente fundado a principios del año 1969 por Óscar Tusquets, tiene en su catálogo a Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Almudena Grandes, Luis Landero, Javier Cercas, Haruki Murakami o Henning Mankell. De Moura ya anunció, al dar a conocer la entrada de Planeta (de la familia Lara, a través de la sociedad Planeta Corporación), en su accionariado, que el objetivo era superar las limitaciones logísticas que tiene una editorial de tamaño mediano en un mercado cada vez más cambiante, revolucionado por las nuevas tecnologías y sacudido por la crisis del consumo.



Aunque el acuerdo se envolvió bajo un manto de secretismo, pues no se informó del porcentaje que adquiría Planeta, fuentes del sector calcularon que era cercano al 50%, lo que De Moura pareció ratificar al afirmar posteriormente que en el consejo de administración renovado hay "absoluta paridad".



De Moura aseguró en El Cultural que quedó impresionada por el sistema de distribución del Grupo Planeta, que contaba con una central logística en Madrid desde donde se gestiona todo, "a la manera de los alemanes y las farmacéuticas. Todo funciona de una manera impecable, hay que verlo para creerlo". Para Tusquets suponía un coste económico "enloquecido" el sistema de distribución que mantenía invariable desde sus comienzos en 1969. "Estaba obsoleto y era muy lento, con un constante vaivén de libros entre pedidos y devoluciones", comentó en su momento.