Galaxia Gutenberg publica la última versión del libro que entregó Lorca, la que adquirió la familia del poeta en 2003 pensando en su publicación para cumplir su última voluntad | Sobre ella se celebra una gran muestra en Nueva York. Uno de sus comisarios, el hispanista Christopher Maurer, explicó en 2011 a El Cultural los pormenores del documento y de los autógrafos de importancia clave encontrados por él. El poeta no pudo recuperarlos a tiempo para esta versión que entregó a Bergamín poco antes de su muerte.

El camino tortuoso, casi detectivesco, que acompaña a la figura de Lorca -desde la búsqueda de sus restos al hallazgo con cuentagotas de sus volátiles manuscritos- cierra hoy un nuevo capítulo tras el anuncio de que Galaxia Gutenberg publicará la próxima semana la que se presenta como la edición más personal de Poeta en Nueva York, la que más se asemeja a la última voluntad del escritor en el momento en que la depositó en las oficinas de la editorial Cruz y Raya de Bergamín, en julio del 36, antes de marcharse a Granada, donde semanas después fue fusilado.

Este mismo manuscrito que adquirió la familia de Lorca para su publicación será el protagonista de una gran exposición organizada por Acción Cultural Española y dedicada al poeta en la New York Public Library. La muestra está comisariada por el hispanista Christopher Maurer, quien en 2011, en entrevista con El Cultural, ofreció datos pormenorizados de esta versión última, así como de un valioso autógrafo que halló en la Biblioteca de Washington del poema Oficina y denuncia y que el poeta habría querido recuperar para la versión que ahora se presenta.

En esa fecha, El Cultural ya habló de la compleja historia que acompañó a los versos que Lorca escribió bajo el impacto que le provocó la capital norteamericana, y en concreto de Oficina y Denuncia. La aventura textual del libro fue, según el hispanista, un cúmulo de visicitudes, en parte por el propio despiste del poeta: "García Lorca no escribía a máquina, y es probable que algún amigo suyo mecanografiara el autógrafo de Oficina y denuncia y de otros tres poemas neoyorquinos antes de enviarlos, y que, como hizo en otras ocasiones, le regalara los originales al mecanógrafo. Sospecho que en esta ocasión el copista fue Miguel Benítez Inglott (1890-1965), abogado y crítico musical canario: sabemos que Lorca le regaló el autógrafo", explicó Maurer a El Cultural.

En 1935, cuando preparaba la última versión antes de su muerte, el poeta escribió a Inglott para reclamarle aquellos poemas: "Queridísimo Miguel: Estoy poniendo a máquina mi libro de Nueva York para darlo a las prensas el próximo mes de octubre; te ruego encarecidamente me mandes a vuelta de correo el poema 'Crucifixión', puesto que tú eres el único que lo tienes y yo me quedé sin copia. Desde luego, irá en el libro dedicado a ti [...]". No se acordaba García Lorca de que, además del original de Crucifixión, había regalado a Benítez Inglott el del poema en prosa Amantes asesinados por una perdiz, y el autógrafo de Oficina y denuncia, cuyos cambios respecto a la versión conocida, los recogidos por Maurer, habrían modificado de forma sustancial el contenido de una de las composiciones capitales de la obra.

Aquellas cartas no dieron resultado y en 1936, poco antes de su muerte, cuando Lorca preparaba el manuscrito de Poeta en Nueva York para entregarlo a Bergamín, no disponía de ninguno de los autógrafos regalados a Benítez Inglott. En el caso de Oficina y denuncia y demás poemas publicados en la Revista de Occidente, el poeta no tenía a mano ni siquiera el número apropiado, y en vez de buscarlo incorporó al manuscrito del libro (esta versión que ahora se publica) un juego de pruebas, nuevamente corregidas, que le había enviado cinco años antes Fernando Vela. Las dos primeras ediciones de Poeta en Nueva York -la póstuma que editó Bergamín en su exilio mexicano en 1940 y la edición bilingüe de Rolfe Humphries publicada mes y medio antes en Nueva York- se basan, con algunas variantes, en el texto de la Revista de Occidente y en esas pruebas corregidas.

Laura García Lorca: "Este es el auténtico Poeta en Nueva York

Respecto a este deseo del poeta de recuperar las primeras versiones de varios poemas, su sobrina y presidenta de la Fundación, Laura García Lorca, comenta desde Nueva York que prefiere que sean los especialistas quienes discutan este asunto. "Lo importante es que al recuperar el manuscrito de Bergamín se demuestra que el editor publicó lo que Federico le entregó. Este es el auténtico Poeta en Nueva York". Sobre esos poemas de los que el granadino no tenía copia, comenta que los cambios que podrían haberse realizado de haber sobrevivido Lorca a la guerra y de haber recuperado aquellas versiones primeras habrían sido los propios de cualquier proceso editorial: "El proceso de una edición tiene su complejidad y el autor interviene hasta el último momento en que va a imprenta".

De vuelta a la obra que publica Galaxia Gutenberg, de cuya producción se ha encargado Jordi Doce y que edita el hispanista Andrew Anderson, sí puede decirse que sea la más fiel a la última intervención de Lorca pero no a lo que habría deseado y, posiblemente, modificado de no haber sido fusilado. Sobre esta que ahora ve la luz, el poeta dejó páginas mecanografiadas, correcciones a mano, problemas de erratas inglesas, poemas manuscritos... Este original, caótico y no paginado, contiene, además, algunas instrucciones: "Seguir la versión publicada por la Revista de Occidente", porque, como explicó El Cultural, él no disponía del original en el momento de la entrega y por eso remitió a aquellas versiones. La edición aporta, además, una lista de ilustraciones que él hubiese querido que figuraran en en el volumen pero que luego el editor no admitió.

Las fases de los manuscritos de Poeta en Nueva York

La obra maestra de la producción de García Lorca sufrió numerosas modificaciones durante su concepción. Sus manuscritos pueden dividirse en tres fases. La primera se corresponde con los borradores iniciales, los que escribe durante su estancia en Nueva York (1929-30). La segunda responde a las versiones intermedias, esto es, copias en limpio y publicaciones en revistas. Esta etapa se produce en torno a los años 1931 y 1934, aproximadamente. Finalmente, tenemos el original que Lorca comenzó a preparar en agosto de 1935 y que dejó para Bergamín probablemente en julio de 1936. Este es el que adquirió la familia del poeta y que ahora se publica por primera vez. Según el editor del volumen, Andrew Anderson, el principal valor del “original” es que es el texto que nos aproxima lo más cerca posible "a la última voluntad del poeta en cuanto al libro entero; no la última voluntad, en términos absolutos, porque sin duda él habría introducido cambios al corregir las pruebas. Tal vez quepa decir la penúltima voluntad".

El manuscrito que Christopher Maurer descubrió de New York (Oficina y

denuncia)
, pertenece a la primera etapa. "El autógrafo tiene mucho interés como documento, porque está de puño y letra de Lorca, y contiene versos que luego él cambiaría", recalca Anderson.