La formación de Hispania: 30 páginas. La España medieval: 42 páginas. El Imperio: 56 páginas. El siglo XVIII: 46 páginas. De la guerra de la Independencia al final de la guerra civil: 42 páginas. Dictadura y democracia: 42 páginas. Total: 258 páginas. Sumen cronología y bibliografía. Juan Pablo Fusi (San Sebastián, 1945) aceptó el reto de sintetizar nuestro pasado en menos de 300 páginas y el resultado, el libro Historia mínima de España (Turner, 2012) se ha presentado este miércoles en Madrid. Un compendio que bebe de los clásicos y también reducidos estudios de Pierre Vilar o Jaime Vicens Vives en el que el historiador español ha querido responder a la pregunta de "por qué tenemos esta historia y no otra".



La presentación del profesor Fusi ha regalado al público una acelerada y vibrante lección de cómo llegamos hasta aquí. Desde Roma, "sin la que no habría existido España" hasta "los 30 magníficos años" de nuestra democracia que van de 1976 a 2005. Con paradas urgentes en Al Andalus, la Reconquista, el nacimiento del Estado Moderno con los Reyes Católicos, el Imperio o la gravísima crisis del XIX. Y con una inexcusable imposición metodológica: mostrar "que la historia de España no estuvo nunca predeterminada y que nada de lo que sucedió en ella tuvo que ocurrir necesaria e inevitablemente".



¿Una historia mínima de España antes de que advenga una España "mínima"? La situación catalana actual ha motivado un animado debate entre Fusi y otos colegas de profesión presentes en la cita, como García de Cortázar, Santos Juliá o Jon Juaristi, pero el primero se ha excusado por no poder aventurar el futuro inmediato desde su disciplina. Sí ha recalcado Fusi que la reforma de la administración territorial del Estado que parte de 1975 sólo puede calificarse de éxito, aunque no eluda otras reformas. "Pero hay concesiones que son formas de integración y otras que sólo han servido para radicalizar el problema".



La Historia mínima de España de Fusi presenta así una aventura intelectual atrevidamente modesta. Porque "ningún historiador aceptaría hoy que nuestra historia es excepcional y todos llevamos en nuestra bolsa elementos múltiples y útiles, de la historia política, del marxismo, el género, la historia de las mentalidades, etc.". Y todas esas herramientas se enfrentan además al azar humano. Porque, como afirmó el inglés Taylor, citado por Juan Pablo Fusi: "a veces los historiadores creyeron ver causas profundas dónde sólo existía el error de un político".