Alfonso León, director de la Fundación Miguel Delibes. Foto: Ical

Entre sus objetivos primeros: inaugurar sede y celebrar un congreso en Brasil para Noviembre | Parten con un presupuesto de 300.000 euros

Basta dejarse un grifo abierto para salir en el Telediario. Con humor se toma Alfonso León, director de la Fundación Miguel Delibes, el "incidente" que ayer dio fama a la neonata institución que lidera. Antes de que parte del manuscrito de El Hereje quedase dañado por una pequeña fuga -"no una inundación", distingue-, solo la prensa local se había hecho eco de su constitución y de sus primeros avances.



Para empezar, recuerda, el accidente doméstico que sólo ha afectado a este manuscrito de los 27 que se conservan se produjo la primavera pasada, aunque fue Elisa, una de las hijas del escritor y presidenta de la Fundación, la que lo hizo público, "con toda naturalidad", el lunes. "Simplemente, el domicilio de ella está comunicado con el del escritor y hubo una fuga de agua, como nos pasa a todos con nuestros vecinos", insiste León, que asegura que el original, del que se han dañado las primeras páginas de forma desigual, está ya en manos de los especialistas para su recuperación. Y añade: "No se trata de un documento inédito, pero tiene un valor patrimonial, objetual. No se ha perdido obra. Hay que atajar el tema desde el punto de vista de la conservación de papel". Quizá el propio Delibes, que fue una persona poco apegada a los elementos materiales y, sobre todo, muy poco fetichista de sí mismo, tuvo parte de la culpa de un accidente que, abunda León, es solucionable.



Aclarado esto, la Fundación quiere aprovechar el percance a modo de estímulo a sus quehaceres. De un lado, convertir el legado que él custodiaba con escaso esmero en material museístico y, además, digitalizarlo. Del otro, dar alas a esta nueva fundación de un escritor a sabiendas de que este tipo de instituciones padecen en la actualidad males mucho peores que una tubería rota (véanse: Alberti, Ángel González...).



En el segundo apartado, y aprovechando la visibilidad que ahora sí tienen, comenta León que la Fundación cuenta ya con un modelo de patrocinio que ha buscado el equilibrio entre lo público y lo privado. Además de las administraciones pertinentes, apoyarán la causa del Premio Cervantes El Norte de Castilla, la constructora Collosa, la Fundación Iberdrola y la Universidad de Valladolid a través de la Cátedra Miguel Delibes. El tercer pilar del patronato es la propia familia del escritor, con la que la Fundación se reunió por primera vez el pasado martes. ¿Es esta fecha tardía o temprana habiendo pasado un año y medio de su muerte? León responde: "Los plazos son los que son. Ha habido que consolidarla, incorporar las empresas que le den viabilidad y ubicar una sede estable, que es la Casa Revilla, edificio histórico situado en el centro de la ciudad, pared con pared con la casa de Zorrilla, y que actualmente alberga la Fundación Municipal de Cultura. Disfrutaremos de una de las alas, que actualmente se está acondicionando".



La elección del inmueble al que se trasladará el legado físico del escritor responde a las posibilidades que aporta: salón de actos, sala de exposiciones... aunque bien es cierto que Delibes nunca tuvo una vinculación especial con el espacio. En cuanto al presupuesto, parten con un total de 305.000 euros, de los que 200.000 se destinarán a futuras actividades. Las más inmediatas, la celebración de un congreso en noviembre en Río de Janeiro, en colaboración con la Real Academia Brasileña y la Universidad de Salamanca. "Uno de nuestros objetivos es trabajar con públicos potenciales y afines por carácter y proximidades del idioma y, además, no ser excesivamente monográficos", señala el presidente, que quiere hacer de la institución un agente emisor de cultura contemporánea más allá del ámbito del autor de Los santos inocentes: "Delibes es bandera, estímulo, marca y espejo en el que mirarnos, pero queremos ser mucho más". Un ejemplo, el proyecto en fase inicial por el que la Fundación Miguel Delibes reunirá a artistas contemporáneos en torno a la faceta de dibujante de Delibes, que comenzó su carrera publicando ilustraciones en el Norte de Castilla. "Lo que nos interesa es tender puentes", concluye.