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  • Hoy se engolosina al hablar de las estrellas de su catálogo, especialmente del poeta Tomas Tranströmer.

    Apasionado y libérrimo, hace cinco años que Diego Moreno (Madrid, 1976) abandonó sus estudios de Sociología para montar en su casa, con dos personas, una editorial artesanal, Nórdica, y apostar -antes del fenómeno Larsson- por los autores del Norte de Europa. Hoy se engolosina al hablar de las estrellas de su catálogo, especialmente del poeta Tomas Tranströmer, que el año pasado quedó a las puertas del Nobel, y tira de catálogo para demostrar cómo el tiempo le ha dado la razón. No se deja emborrachar por el éxito y sigue apostando por la "calidad literaria, el cuidado y respeto de los oficios del libro". Publica un mínimo de 20 títulos al año y su facturación asciende a 250.000 euros anuales, gracias a recuperaciones como El tercer policía, de Flann O'Brien, El festín de Babette, deDinesen, y Bartleby, el escribiente, de Melville.



    Conoce mejor que nadie cómo la crisis ha castigado al sector editorial, "aunque hayamos tardado más en notar sus efectos", pero eso no hace que decaiga ni su apuesta por autores desconocidos ni la recuperación de clásicos olvidados o la edición de libros ilustrados para adultos, pues "la mejor manera para luchar contra la crisis consiste en conseguir el libro imprescindible para muchos".



    Consciente del exceso de novedades, no quiere lograr un bestseller a cualquier precio: "Seguimos trabajando como artesanos, publicando lo que nos gusta y como nos gusta, pero hemos duplicado el número de novedades y hemos aprendido mucho".