Image: El hedonismo mediterráneo de Sergio DeCopete

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Letras

El hedonismo mediterráneo de Sergio DeCopete

Ganar el Premio Loewe de Creación joven le ha permitido publicar en Visor su primer libro, La ciudad de las delicias, un canto epigramático a los gozos de la vida

31 marzo, 2010 02:00

Sergio DeCopete. Foto: Fundación Loewe. Archivo Residencia de Estudiantes

Alberto Ojeda
"Por encima de las apariencias siempre anduve:/ a los premiados no admiré, jamás desprecié la derrota". Han leído dos versos del libro La ciudad de las delicias, de Sergio DeCopete y García, poeta mallorquín de 20 años. Aunque no admire a los premiados, él pertenece ya a ese gremio, al menos en el ámbito literario. Ganó el pasado noviembre el Premio Loewe Creación Joven. Las derrotas, de momento, tendrán que esperar.

Presentó su original al premio sin tener una conciencia muy clara de su importancia. "Yo tenía un trabajo poético y no sabía muy bien qué hacer con él. Miré premios a los que podía presentarlo, y vi que el Loewe de Creación Joven era al que mejor se adaptaba lo que tenía escrito, poemas breves y un tanto atrevidos", explica. La relevancia del galardón pudo calibrarla más tarde, cuando Víctor García de la Concha le llamó para comunicarle la buena nueva, y al día siguiente se encontró comiendo entre la crema de la poesía nacional y la ministra de Cultura.

Lo de "atrevidos" lo dice por el alto voltaje homoerótico que rezuman sus versos, empapados en las fuentes clásicas más traviesas, como Cátulo y Marcial, y en la sensualidad mediterránea de Kavafis. De este último, cuenta, "he aprendido que el poema debe ser una unidad concreta, muy determinada, en la que no puede sobrar nada. También mi concepción del erotismo es muy kavafiana".

Al fin y al cabo es un hombre esencialmente mediterráneo. Nació en Mallorca, pero con 18 años desembarcó en Barcelona, para estudiar Filología Clásica, una carrera que no se impartía en Baleares. La llegada a la ciudad de las delicias (el título es un homenaje a la urbe en la que tanto ha disfrutado) es un hito clave en su corta biografía. "Mallorca es aburrida, hasta en verano, cuando está llena de alemanes con los que es tan difícil comunicarse. Barcelona es otra cosa, mucho más cosmopolita, una ciudad que favorece las delicias".

Su libro da cuenta de sus andanzas por la ciudad condal, entre 2007 y 2009. Las clases en la universidad, las noches festivas, los lances amatorios en habitaciones propias y ajenas, las dudas que sobrevienen tras el gozo físico... Aunque aclara que no se trata de un diario, reconoce que "según se va avanzando en la lectura se aprecia un proceso de madurez, algo que he hecho conscientemente, empezar, por así decirlo, muy marcialesco, resaltando los aspectos lúdicos, para luego ir evolucionando hacia una mayor profundidad".

Sergio DeCopete piensa que el poemario todavía no está completo. Tiene la intención de ampliarlo con nuevas composiciones, porque, explica, "no quiero que mi retrato de la ciudad quede así fijado, para siempre". Aparte de esto, le rondan por la cabeza otros proyectos: "Quiero profundizar en otros géneros. En realidad, siempre he escrito prosa. Mi primer intento en poesía ha sido La ciudad de las delicias". Y también pretende explorar nuevas delicias, en otras ciudades. Y Madrid asoma ya en su horizonte. "Allí la gente es más abierta y seguro que me dará las experiencias que necesito, pero para dentro de dos o tres años, cuando haya gastado Barcelona. O Barcelona me haya gastado a mí".