Una arquitecta recibe el encargo de construir un espacio capaz de generar alegría. Tras un exhaustivo acopio de información, comprueba que el conocimiento teórico no es suficiente para conocer sus diferentes facetas. Decide entonces poner en marcha un experimento para observar cómo opera este sentimiento en la vida de más de una veintena de personajes...

Así, por utópico que parezca, Alegría Station, la historia ideada por Natalia Menéndez y los componentes del Teatro Azul de Colombia Ximena Escobar y Leonardo Echeverri llega a las Naves del Español bajo la autoría de Elena María Sánchez.

Tras un proceso de cinco años de talleres e intercambio de ideas, el montaje, dirigido por Menéndez, llega a España (ya pasó por el Teatro Azul de Armenia y el Julio Mario Santo Domingo de Bogotá) atravesado por diversos lenguajes escénicos. “Creo que puede tener guiños al café teatro al estar estructurado con escenas que se suceden, que bailan al son del humor con toques de poesía e ironía”, explica la también directora del Teatro Español.

Buster Keaton y los paisajes y las gentes de la región colombiana de Quindio fueron algunas “técnicas” para llevar la alegría al espectador

El eclecticismo no solo se cuenta entre los géneros que componen Alegría Station. También el equipo participa de esa diversidad al estar formado por profesionales españoles y colombianos. La pandemia ha hecho que Alegría Station tardase en llegar a Madrid pero el equipo de Menéndez, que ha renunciado recientemente a seguir al frente del Teatro Español, ha aprovechado el impasse para afinar los detalles de la función: “Al final, puede decirse que la obra está viva. Según pasa el tiempo es susceptible de crecer. El público participará de un juego divertido, fácil y sencillo, donde el respeto hacia los espectadores colaboradores es primordial. Lo pasarán muy bien”.

La alegría, pues, es el nexo de unión de todo cuanto ocurre en el escenario y el motivo de las interpretaciones de Echeverri y Escobar. “Nos encontramos con personas que no habían conocido apenas la alegría. Comprobar lo que sintieron al ver la obra fue asombroso”, explica a El Cultural Menéndez, que prepara otro proyecto cargado de “sensaciones” llamado Dream junto a Israel Galván. Con Alegría Station el equipo se encontró con técnicas para que el público experiemente sensaciones de alegría: “Es como un músculo. De nosotros depende ponerlo a funcionar para tener otro tipo de calidad de vida”.

[Natalia Menéndez renuncia a seguir en el Teatro Español]

Entre las “técnicas” para conseguir el efecto deseado se encuentran un homenaje a Buster Keaton con su mediometraje de 1921 El gran espectáculo, en el que realiza un gran despligue de montaje y de interpretación. También el reflejo del paisaje y las gentes de Quindio, una región colombiana que se encuentra dentro del ‘eje cafetero’.

“Hemos jugado con el humor y con todas sus variantes para encontrar las diferentes formas en las que se muestra la alegría, desde la que se considera verdadera y hermosa hasta la más falsa y malsana”, señala la directora, que destaca en todo el proceso de elaboración y montaje la complicidad de todo el equipo, en especial con Echeverri, Escobar y Sánchez. “Ha sido toda una aventura de años”.