Carles Castrillo (en primer plano) como Toni Carreras en Por los pelos. Foto: Jordi Pla

L'Om Imprebís presenta en los Teatros del Canal Por los pelos, un texto que ha pulverizado todos los récords de permanencia en la cartelera estadounidense y que Santiago Sánchez ha actualizado para conectar con el público español.

No es la comedia, pese a lo que pueda parecer, un género fácil. Conectar con los resortes del humor en el público es una tarea complicada y escurridiza. Lo saben bien Santiago Sánchez y L'Om Imprebís, que se han asociado con el valenciano Enrique Fayos y Olympia Metropolitana -responsable de éxitos como La cena de los idiotas, La ratonera y Taxi- para subir al escenario Por los pelos (Shear Madness), un clásico de la comedia escrito por el alemán Paul Pörtner (Elberfeld, 1925-Múnich, 1984) que se ha hecho popular por haber entrado en el Libro Guinness de los Récords como la comedia no musical que más tiempo se ha estado representando en Estados Unidos (37 años en cartel).



Por los pelos -que empezó su andadura en el Teatro Talía de Valencia- llega a los Teatros del Canal el próximo día 25 con un reparto integrado ahora por Rafa Alarcón, Carles Castillo, Marta Chiner, Juan Gea, Lola Moltó y Carles Montoliu. "He mantenido contacto con Bob Lorhmann, director artístico del montaje estadounidense, porque quería contar de primera mano con su experiencia. A partir de ahí he querido hacer una versión propia, situada en medio de las referencias y situaciones de la sociedad española, para que el público la sienta como algo suyo", explica Sánchez a El Cultural.



"Los espectadores eligen al asesino. El final es diferente en cada representación". Santiago Sánchez

Cambios de registro y sorpresas constantes, Por los pelos arranca como una comedia alocada para llevarnos después al terreno del suspense, a la comedia policíaca. Según el director, recuerda a un cluedo singular con la particularidad de que es el público quien guía la investigación: "Finalmente son los espectadores los que deciden cada día quién es el asesino, por lo que el final es diferente en cada representación". No puede evitarse en este punto conectar el título de Pörtner con la tradición que L'Om Imprebís viene desarrollando desde los noventa, con títulos como el propio Imprebís -con más de 20 años en cartel- o MusiCall, realizado en coproducción con Yllana.



Por los pelos viene a sumarse así a un grupo de obras que aspiran a perpetuarse en la cartelera. Ya se han mencionado algunas, pero fuera de la órbita de la compañía de Santiago Sánchez están los ejemplos de Burundanga (de Jordi Galcerán y Gabriel Olivares) y Toc toc (de Laurent Baffie y Esteve Ferrer), estrenada en 2009 con versión cinematográfica posterior.



"Las múltiples temporadas en cartel de una obra es señal de que tanto la carpintería y el ingenio teatral como el contenido han conectado con el interés y el gusto del público. Muy parecido a lo ocurrido con Shear Madness. Demuestra que algo tiene el agua cuando la bendicen", sentencia Santiago Sánchez, que prepara también para la próxima temporada la reposición de Imprebís para celebrar los veinticico años que cumple en escena. Habrá un doblete muy especial: de octubre a diciembre los martes estará en el Talía de Valencia y los jueves en el Alfil de Madrid (sin contar con que de viernes a domingo continuará la gira nacional de Por los pelos). "Creo que durante un tiempo vamos a vivir en el AVE", anticipa el director.



L'Om Imprebís, además de su registro humorístico -en el que destaca también Los mejores sketches de Monty Python- ha trabajado con títulos del teatro universal como el Galileo de Brecht o el Tío Vania de Chéjov y obras más actuales como La mujer invisible de Kay Adshead o Un obús en el corazón, de Wajdi Mouawad.



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