Miguel Rellán protagoniza Novecento.

Raúl Fuertes, Miguel Rellán y Alessandro Baricco firman una de las propuestas escénicas más interesantes de esta primavera. Será en el Teatro Español con mucho ritmo. Vuelve Novecento.

"El más grande. Lo era de verdad. Nosotros tocábamos música, él era algo distinto. Él tocaba... Aquello no existía antes de que él lo tocara, ¿de acuerdo?, no estaba escrito en ningún sitio. Y cuando él se levantaba del piano, ya no estaba... y ya no estaba para siempre... Danny Boodmann T.D. Lemon Novecento. La última vez que lo vi estaba sentado sobre una caja de dinamita. En serio. Es una larga historia..." Con estas palabras, un trompetista interpretado por Miguel Rellán recuerda uno de sus primeros encuentros con Novecento, "el más grande pianista del mundo" cuya vida recrea Alessadro Baricco en este monólogo que lleva la firma (dirección y versión) de Raúl Fuertes (León, 1978).



El "flechazo" con la obra surge en noviembre de 2012 tras diez años en el cajón del director. Fuertes y Rellán se descubren en marzo de ese año en el montaje de Luces de Bohemia, en el CDN, en el que el primero ejercería de ayudante de dirección y el segundo realizaba un triplete que le llevaría a ser reconocido con el Premio Ceres al Mejor Actor. Fuertes le dijo a Rellán: "Si te gusta mucho, no. Si te parece de lo mejor que se ha escrito jamás, tampoco. Sólo si sientes la irremediable necesidad de contar esta historia nos ponemos a hablar". Un año y medio después estará en el escenario del Teatro Español. A partir del próximo 13 de mayo.



El texto de Baricco ha sido celebrado también por el cine, en la versión que en 1998 hizo Giuseppe Tornatore en La leyenda del pianista en el océano con Tim Roth como protagonista. De la superproducción cinematográfica pasamos ahora al monólogo que Fuertes nos presenta en Madrid. "Aunque Baricco escribió Novecento específicamente para un actor y un director -explica a El Cultural-, para que fuera montado como espectáculo teatral, él mismo es consciente de que lo que escribió está a caballo entre un texto teatral y un relato para ser narrado en voz alta".



También el sencillo formato sedujo a Fuertes, que venía de dirigir en el Teatro Nacional de Islandia y en el Festival de Edimburgo un macroespectáculo muy visual: "Me pedía el cuerpo ir al extremo opuesto, quería ir hacia la esencia del teatro: el actor, la palabra como creadora de imágenes y la imaginación del espectador. Nada más y nada menos. Ese fue el reto, traducir su complejidad al trabajo íntimo con el actor".



De esta forma nos encontramos con la historia del trompetista de jazz que, a través de sus recuerdos, narra la historia del que fuera su mejor amigo, un pianista excepcional nacido en uno de esos barcos que recorrían las rutas entre Europa y América a principios del siglo XX, en los que se mezclaban ricachones, golfos, emigrantes y, por supuesto, turistas. Nunca había pisado tierra. Sin patria, sin familia, sin fecha de nacimiento, un día decide bajar...



"Dije adiós a la música, a mi música, el día que conseguí tocarla toda en una sola nota. He desmontado la infelicidad".