Un momento de Fidelio. Foto: Guillermo Mendo

José Carlos Plaza aparca de vez en cuando el teatro de texto y se embarca en el transatlántico de la ópera. El 24 de octubre abrirá la temporada del Teatro de La Maestranza con Fidelio. "Hemos trabajado en un concepto muy simple basándonos en la soledad y la represión. Dos enormes bloques de metal cercenan el paso de cualquier esperanza de vida", explica. "Damos el protagonismo absoluto a la interpretación, que tanto musical como dramáticamente está claramente reflejada en la partitura". Para Plaza, representar la ópera de Beethoven, la única que compuso, es muy necesario en la actualidad: "Desgraciadamente, su grito de libertad tiene cada vez más vigencia. Los derechos humanos están siendo menoscabados a ojos vista, ante nuestra terrible inacción. La libertad no es una entelequia, es una forma de vida, ¿y qué libertad tienen, por ejemplo, los millones de refugiados, los millones de parados...".



Dice Plaza que su manera afrontar una ópera no difiere de cuando hace teatro. "Siempre me baso en un análisis de texto profundo y vívido. La diferencia es que en la ópera el lenguaje musical refuerza y da vida a las palabras, mientras que en el teatro la música interna, que también la tiene, viene dada por los actores". En la Zarzuela, además, repondrán su versión de El gato montés, de Manuel Penella. "Para mí es una ópera ya que no hay ni una sola palabra hablada. Trata no sólo de las pasiones humanas, sino también de la represión social, de lo arcano y de lo mágico en nuestras vidas, de las asfixiantes relaciones materno-filiales, de la tentación del dinero, de la hipocresía de la religión, de los errores de la justicia, de la violencia... Su riqueza es inagotable".



@albertoojeda77