Wynton Marsalis. La matemática del swing

Foto: Frank Stewart

El Festival Jazz & Más Heineken de Canarias está de cumpleaños este verano: serán 30 años los que alcance. Y qué mejor que celebrarlo con un mascarón de proa del género como Wynton Marsalis, que se sube a los escenarios del Teatro Pérez Galdós de Gran Canaria (17 de julio) y del Auditorio de Tenerife (18) con su septeto Jazz at the Lincoln Center, una formación de amplios vuelos. Les escucharemos (también en Las Noches del Botánico de Madrid, día 13) expresando el swing con un sentido matemático que, lejos de transmitir frialdad, seduce como los artefactos bien engranados. Marsalis (Nueva Orleans, 1961) es una de las figuras jazzísticas con más impacto mediático en las últimas décadas y uno de los más prestigiosos trompetistas de la historia. Se alzó con el Pulitzer de música por su oratorio Blood on the Fields, aparte de acumular varios Grammy. Compromiso, precisión y hondura para revitalizar la amplia paleta de estilos del jazz orquestado. Imperdible.

Avishai Cohen. Dos rosas en un disco

Foto: Mark Rie

Otra ración de jazz orquestal en el aniversario canario será la que sirva Avishai Cohen (1970). El contrabajista, compositor y cantante israelí se rodea de la Sinfónica de Tenerife para interpretar su álbum Two Roses, que lanzó esta primavera. Llega pues calentito. Serán dos sesiones las que despliegue, el 1 de julio rompiendo el hielo de la programación jazzística en Gran Canaria y, al día siguiente, en el ‘calatraviano’ Auditorio de Tenerife. El disco, concebido como una celebración de la capacidad de la música para traspasar fronteras, es fruto de un proceso largo, que se inició en 2013. Cohen teje un tapiz en el que se entrelazan influencias, desde los ritmos caribeños hasta un combinado de tradiciones musicales hebreas: sefardí, asquezaní y yemení. Un guiño especialmente emotivo para el público español será el tema Morenika, con sus reminiscencias ladinas. Las dos rosas del título aluden a otra fórmula mestiza: la de imbricar la libertaria improvisación del jazz en el orden sinfónico.

Brad Mehldau. Eterna elegancia

Foto: Michael Wilson

En la Trinitate Plaza Keler trambién comparecerá el 25 de julio Brad Mehldau y su trío. Es decir, él al piano más Larry Grenadier al contrabajo y Jeff Ballard a la batería. Energía a raudales que no descompone su proverbial elegancia. Esa sería una posible lectura de su siempre innovador discurso jazzisístico. El suyo es un caso paralelo al de McLorin: sólida formación clásica en la niñez y adolescencia y salto al jazz con ambición exploradora y lúdica, que empezó a despuntar en la escena neoyorquina. Será la séptima vez que recale en San Sebastián, donde debutó allá por el año 1993. Mehldau (Jacksonville, Florida, 1970), que aparte de pianista es compositor, sobresale por su habilidad para conciliar la improvisación del directo con las arquitecturas formales que ‘sostienen’ la música. Un virtuoso en manejarse entre esas dos aguas que, asimismo, se dejará ver antes en el Festival Jazz en la Costa de Almuñécar, el día 24.

Cécile McLorin. Juego dialéctico

El Jazzaldia de San Sebastián cobra de nuevo dimensión internacional. Entre sus cabezas de cartel sobresale Cécile McLorin Salvant (Miami, 1989), que tras el buen sabor de boca que dejó en 2018 vuelve a los escenarios donostiarras por partida doble: en el Chillida Leku el día 18 julio y en la Trinitate Plaza Keler el 21. La cantante estadounidense viene con el pianista Sullivan Fortner con un objetivo definido: darnos a degustar su disco The Window. En él, exploran las infinitas variantes expresivas de la estructura dialéctica planteada entre la voz y las teclas. Se dedican así a jugar con las melodías, el tempo, las armonías, el fraseo… Un lúdico ejercicio de esta alumna aventajada que, estando todavía en el conservatorio, ganó la afamada Thelonious Monk Jazz Competition en 2010. McLorin, sí, fue una niña que se ‘fugó’ de la clásica al jazz y ha crecido deleitando multitudes. También estará en Las Noches del Botánico (8 de julio).

Paquito D’Rivera. En nombre de Chick Corea

Foto: Genaoy Pavon

Merecido homenaje al recientemente fallecido Chick Corea en el Fijazz de Alicante. Con él abrirá su ciclo de concierto los días 1 y 2 de julio. ADDA Simfónica, dirigida por su titular Josep Vicent, será la encargada de articular el guiño al pianista estadounidense que, a través de figuras como Paco de Lucía, tenía un vínculo muy estrecho con nuestro país. La colaboración estelar en estas dos veladas programadas en la ciudad levantina corre de cargo de Paquito D’Rivera (La Habana, 1948). El clarinetista y saxofonista cubano fue obsequiado en su día por Corea con una pieza compuesta ex profeso para él, Paquito, que a buen seguro sacará a relucir en su actuación. Aparte de D’Rivera, subirán al escenario una pléyade de músicos: el saxofonista Antonio Lizana, el trompetista David Pastor y el Emilio Solla Trio. Será emocionante, con la pérdida tan cercana.

Trío Geraldo-Benavent-Pardo. Late el corazón español

Foto: Dani Wallwork

Chick Corea también está en la memoria y el corazón del trío formado por Carles Benavent (bajo eléctrico), Jorge Pardo (saxofones y flauta) y Tino di Geraldo (batería). De su amor por Corea darán cuenta en varios festivales (el Jazzaldia el 23 de julio, en San Javier el 1 de agosto y Veranos de la Villa…). La formación será oportunamente reforzada por el Niño Josele, algo muy justo y certero ya que el guitarrista fue parte de la Spanish Heart Band liderada por Corea. Asimismo, entra en liza el joven pianista José de Josele y la percusión de Jonathan Cortés. En el repertorio algunos grandes clásicos de Corea como "Ceremonia Procession", "Yellow Nimbus" y temas propios que dedican al maestro.

Alana Sinkëy. La fusión de terciopelo

San Javier se rinde, por otro lado, a los encantos mestizos de esta cantante y guitarrista portuguesa cuyos orígenes africanos se localizan en Guinea-Bissau. Su residencia actual, en cualquier caso, es Madrid, una ciudad en la que empezó a foguearse. Un viaje geográfico y emocional el suyo que salpimenta su manera de acercarse al soul, estilo que borda al frente de bandas como Patax y Cosmosoul. También sobresale en sus excursiones por el folk, acompañada de cuerdas guitarreras. En la localidad murciana ya dejó huella de su talento en 2017, donde cantó con Patax, una formación que hilvana el jazz con el flamenco, así como el funk con la sugerente rítmica afrocubana. Así que en San Javier la han vuelto a reclutar para que ponga de largo su melting pot estilístico de voz aterciopelada. Una fusión desacomplejada que ha bebido de Chick Corea (presente, siempre), Frank Zappa, Wayne Shorter… Y así.

Thumbscrew. Al tocar se hace camino

La guitarrista de Massachussets Mary Halvorson (1980) desembarca en el Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz luciendo 20 años de sugerente carrera. Un tiempo en el que se ha convertido en uno de los exponentes más embelesantes del jazz contemporáneo. Curtida en la escena underground neoyorquina y habitual cómplice de iconos como John Zorn o Marc Ribot, estará flanqueada en España por el contrabajo de Michael Formanek y el baterista Tomas Fujiwara. Es decir, la formación Thumbscrew al completo. Radical, inquieta, extraña… Son algunos de los epítetos que la crítica le ha estampado. Aunque ella avanza sin prestar mucha atención a los entomólogos del jazz. Lo suyo es subvertir estereotipos y hacer camino al tocar, más amiga de los procesos creativos que de los ‘productos’ envueltos con un lazo. En el Iradier Arena el 15 de julio.

Kenny Barron. Imaginación expandida

Foto: Philippe Levy

Ha llovido mucho desde que este pianista de Filadelfia, representante eximio del post bop, entró en la banda de Dizzy Gillespie en 1963. Pero él sigue trasfundiendo vida a las teclas como si no hubiera un mañana. Este verano, Kenny Barron (1943) se adentra en nuestra geografía acompañado del All Star Quartet, un nombre que es toda una declaración de intenciones. Lo mejor de cada casa, vamos. Steve Nelson (vibráfono), Peter Washington (bajo) y Jonathan Blake (batería) serán sus compañeros de correrías en el Festival Jazz en la Costa de Almuñécar (21 de julio) y en el Jazzaldia de San Sebastián (23). Gran ocasión para disfrutar de nuevo de su técnica impecable y refinada, así como de su expansiva imaginación, que tanto juego da en directo. Resonancias de Thelonious Monk, Art Tatum y McCoy Turner flotarán en el ambiente.

Chano Domínguez. Va por Bola de Nieve

Nacer en Cádiz es nacer mirando a Cuba. Es lo que le pasó a Chano Domínguez (1960) que, con esa perspectiva transoceánica, terminó adorando al gran pianista Bola de Nieve, un referente en la candente biodiversidad musical de la isla caribeña. Junto a su amiga Martirio, con la que había grabado Coplas de la madrugá y Acoplados, le rindió tributo en un disco a finales de 2019. Con la maldita pandemia no pudieron lucirlo en directo todo lo que les hubiera gustado. La espinita se la quitan este verano, con conciertos como el previsto el día 3 de julio en Getxo Jazz. ¿Ingredientes? Fatigas de amor, comicidad autoparódica y sones de ida y vuelta. Porque el carismático músico cubano, homosexual aunque cercano al régimen de Castro, tenía la querencia inversa a la Domínguez y Martirio: nacer en La Habana es nacer mirando a Cádiz. Juego de espejos evidenciado en el gusto de Bola por el romance español, como el de El conde de Olmedo.

@alberojeda77