Con el lema de "Tradición y vanguardia" se inicia Suma Flamenca, el festival de la Comunidad de Madrid, una de las citas ineludibles en la programación flamenca.
Lo que no sabemos es si dicho eslogan está o no relacionado con el símbolo que se ha escogido para representar la vigésima edición, que se inicia el 14 de octubre y finaliza el 2 de noviembre, porque lo que vemos es una imagen de Enrique Morente portando en su mano derecha un martillo amenazador a punto de golpear un reloj de pared que sostiene en su mano izquierda.
Claro que, dada la distancia que existe entre el rotundo mazo y el inocente marcador del tiempo, ignoramos si se producirá el estropicio.
En último caso, y como ya hemos anotado en otras ocasiones, es la diversidad la que actualmente impera en estas muestras, y no solo por los criterios que se emplean para su diseño, sino por la realidad de un arte que se manifiesta con una dinámica compleja, de fluida variedad y empleando diferentes conceptos, tanto musicales como interpretativos, en un imparable proceso evolutivo.
Tres Premios Nacionales de Danza: Olga Pericet, que presenta La Materia; Rafaela Carrasco, que anuncia Creaviva; y Manuel Liñán, que estrena Bailaor@, un título que así escrito ya indica la dualidad mostrada por el artista granadino en sus últimos espectáculos: ¡Viva!, Pie de hierro y Muerta de amor.
"Lo que pretendo, por un lado, es celebrar esas características que definen mi personalidad y, por otro, la necesidad de subirme a un escenario sin tener que contar una historia, sino hacer un recital de baile flamenco".
Liñán, en un proceso que de alguna forma le ha servido de terapia, ha revelado su facilidad para el travestismo, que ha exhibido por medio del vestuario con el mantón y la bata de cola. "Estoy muy contento con ese recorrido, pero ahora mismo no quiero quedarme con ninguno de esos extremos para deambular por mis distintas identidades".
El bailaor Manuel Liñán. Foto: MarcosGpunto
Cuatro amigas alrededor de una alegoría tópica del flamenco: una mesa con bebidas. Bailan, cantan, hablan. Sin embargo, lo que va a ocurrir está lejos de los estereotipos. "La idea es hacer algo sin poner límites a la expresividad y atendiendo al lenguaje que necesitamos en cada parte de la escena", dice Sara Calero, autora, bailaora principal y directora escénica de Taberna Femme.
"Es como si una cámara se introdujera en esa reunión en la que cada una es su propio personaje, con sus obsesiones, arrastrando sus heridas emocionales, con su bagaje y, a través de ellas, descubro mi mundo interior".
"La idea es hacer algo sin poner límites a la expresividad y atendiendo al lenguaje que necesitamos en cada parte de la escena". Sara Calero
Es una exposición de la verdad por medio de la danza, el cante y la palabra, como resultado del intercambio abierto, de donde han surgido los textos. "Incluso uno que he sacado de mezclar la física cuántica y un análisis sobre Romeo y Julieta". Una aventura para Sara Calero porque, dice, "he abierto vías interesantes hacia la que dirijo mi modelo de creación".
El bailaor y coreógrafo Kelian Jiménez, con una extensa trayectoria profesional de treinta años y perteneciente a una familia de músicos gitanos procedentes del barrio madrileño de Caño Roto, tiene a Charles Chaplin como modelo, tanto es así que el discurso final de la película El gran dictador lo baila por seguiriya.
"Me enamoré de Chaplin porque supe que era gitano". Kelian Jiménez
"Me enamoré de él porque supe que era gitano, y a partir de ahí comencé a estudiar su obra y su filosofía de la vida. Gipsy Dream-Todos somos Chaplin, el espectáculo que presento en Suma Flamenca, es un homenaje a él y al pueblo gitano". Kelian lo ha estructurado con el fondo de la historia de su gente, dividido en cinco escenas o paradas: el camino, el nomadismo y los movimientos migratorios, con el argumento dancístico y musical de la farruca; los asentamientos en los distintos puntos de España, con la música de la zambra.
Sigue con la soleá por bulerías para el capítulo de las pragmáticas reales o leyes persecutorias en contra de los gitanos; la seguiriya cuenta el exterminio, y al final, un vídeo establece el resumen de todo el proceso. "Basándonos en el lema de que un día sin sonrisa es un día perdido, hemos diseñado el espectáculo, siempre inspirado en Chaplin, que sueña con un mundo mejor y el amor es su mensaje".
El piano flamenco, cada vez con más protagonismo en ciclos y festivales, estará representado por Scarlattianas, de Dorantes, y De Utrera a Chamberí, de Andrés Barrios, y las guitarras solistas de Óscar Herrero, Amir John Haddad, Pino Losada, Daniel Casares o Juan Carmona, a los que podemos sumar Benavent, Di Geraldo y Jorge Pardo con su concierto Trío.
Y las innumerables voces de La Macanita, Mayte Martín, José Mercé, El Pele, Esperanza Fernández, David Carpio, Arcángel, David Palomar, Guadiana o Ángeles Toledano.
La cantante Sandra Carrasco y el guitarrista David de Arahal. Foto: SUMA
Sandra Carrasco dirige su mirada hacia la poesía de autor con su concierto Poesía culta y popular, acompañada de su inseparable guitarrista David de Arahal, y aproximándose a los versos de Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Alberti o Miguel Hernández. "Es un recital flamenco con un contenido de poesía con firma, alternándola con letras populares, de autoría colectiva, cuando no se conoce el autor y llegan más directamente a todo el mundo".
Y la cantaora y pianista María Toledo, que propone Dos pianos y dos palmas: "Un concierto rigurosamente flamenco, aunque con nuestra visión personal, a dos pianos, el de Pablo Rubén Maldonado y el mío. No hacemos canción sino que abordaremos al flamenco según sus características, su identidad estructural y su propio lenguaje musical".
