¿Qué libro tiene entre manos?
Leonera, de Fernando León de Aranoa.
¿Cuál es el libro que más le ha ‘autoayudado’?
La plenitud de la vida, de Simone de Beauvoir.
Si no hubiera podido dedicarse a la música, ¿qué hubiera querido ser?
Escritora.
Un acontecimiento histórico que le habría gustado vivir in situ.
El famoso concurso de Cante Jondo que en 1922 organizaron Federico García Lorca y Manuel de Falla en Granada.
Su nuevo álbum, Sirio B, es una atrevida fusión entre rumba, electrónica, flamenco y pop. ¿Cómo cree que coexisten estos géneros entre ellos?
El hecho de beber de tantas fuentes ha potenciado la idea principal del disco: un encuentro entre compañeros que se juntan para intercambiar conocimientos, aprender uno del otro y viajar juntos a otras esferas donde antes no hemos estado.
En la canción Azalea, dice no encontrar el punto medio entre la paz y la bohemia. ¿Son incompatibles?
Mientras la bohemia no te quite la paz, no lo son. Si lo hace, entonces habrá que elegir.
En Mercurio y Seda recupera la voz de su padre, Enrique Morente, recitando Omega. ¿Qué sintió al escucharse por primera vez junto a él en una canción propia?
Fue una experiencia tan emocionante que rozó lo místico y lo onírico. Pura adrenalina.
En el álbum también colaboran su hermano Kiki Morente a la guitarra y su madre, Aurora Carbonell, en los coros. ¿Cómo es esa complicidad familiar trasladada a la música?
Es una suerte poder compartir oficio con la familia. Siempre es divertido y hay una conexión que no necesita explicación.
Aun viviendo en Madrid, Granada sigue muy presente en sus letras. ¿Ha cambiado su forma de ver la ciudad? ¿Qué significa para usted en esta etapa de su vida?
Llevo cuatro años viviendo en Madrid, pero nunca he desconectado de Granada. Cada vez disfruto más de volver. Ahora la vivo desde un lugar de madurez, y es como reencontrarme con una amiga de la infancia con la que tienes tanto que compartir, y que también tiene mucho que contarte a ti.
Su conexión con el productor Guille Milkyway (La Casa Azul) ha sido clave en este disco. ¿Qué mirada ha aportado él al proceso creativo y a su manera de entender la música?
Le ha aportado su riquísimo universo sonoro, repleto de una infinidad de referencias musicales: electrónica, bachata, cumbia, reguetón, flamenco, rock, punk, canción francesa, pop… Al llevarlas a su terreno y mezclarlas con su manera tan personal de escribir y componer, consigue generar emociones muy potentes y casi adictivas.
Un disco/canción que se ponga en bucle estos días.
OK Computer, de Radiohead. Me estoy poniendo a punto para ir a verles cuando vengan a Madrid.
¿En qué película se quedaría a vivir y en cuál no aguantaría ni un minuto?
Me quedaría en Lost in Translation y no aguantaría ni un minuto en El resplandor.
No se muerda la lengua, díganos algo que ya no soporte del mundillo cultural.
Quizá el elitismo.
¿Ha experimentado alguna vez síndrome de Stendhal? ¿Ante qué?
Creo que sí, y fue en uno de los bosques de la Alhambra de Granada. Parecen encantados de tanta belleza.
¿La inteligencia artificial matará la creación artística?
Si no dejamos de leer, no la matará.
España es un país...
Que tiene una luz mágica, y en el que gran parte de las personas que lo habitan son gente buena y con arte.
