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Camarón no necesita efemérides para ser homenajeado. El desgarrado timbre de su voz nos sorprende a menudo: en un coche que pasa, en un bar con cierto gusto musical, en los patios de vecinos de los barrios populares (si la gentrificación aún no se los ha llevado por delante)... Poner sus discos e interpretar sus cantes también es rendirle culto.

Que se lo digan, si no, al guitarrista flamenco Yerai Cortés (Alicante, 1995) y a la cantante Judeline (Jerez de la Frontera, 2003), de nombre real Lara Fernández, que esta tarde conmemoran al cantaor en la madrileña Puerta del Sol con una canción original compuesta para la causa. El gitano valenciano y la paya gaditana, el millenial y la zeta, crecieron con el flamenco y, por extensión, con su joya más preciada.

Judeline recuerda llorar en el coche de su padre escuchándolo cuando era niña, mientras que el tocaor, protagonista del documental de C. Tangana (La guitarra flamenca de Yerai Cortés) que triunfó en los últimos Premios Goya, asegura que "Camarón ha estado en casa como si fuera uno más". Habla, por supuesto, en sentido figurado, pues nació dos años después de la muerte del cantaor.

Las efemérides, decíamos. Este año Camarón habría cumplido 75 años. El gitano rubio, natural de San Fernando (Cádiz), llegó al mundo el 5 de diciembre de 1950. Este miércoles, 2 de julio, se conmemora el 33º aniversario de su fallecimiento, a los 41 años, debido a un cáncer de pulmón. Entre tanto, construyó su propio mito. De cantar en la fragua de su padre los palos flamencos que aprendió de su madre, Juana, hasta ganar tres millones de pesetas en los festivales al final de su carrera.

Según recuerda Ricardo Pachón, productor de La leyenda del tiempo entre otros discos esenciales de la trayectoria de Camarón, los últimos años de su vida fueron los más boyantes. En 1989 tuvo lugar la grabación de Soy gitano, uno de los álbumes más vendidos de la historia del flamenco –Disco de Oro, entonces más de 50.000 copias–. Aunque las sesiones orquestales fueron grabadas en los míticos estudios de Abbey Road de Londres con la Royal Philharmonic, el inicio y el final de la producción fueron en Sevilla.

"Grabar un disco es mu' frío, pero, al mismo tiempo, si te sale bien, la gozas", relataba entonces Camarón en un reportaje para Canal Sur, la cadena de televisión autonómica andaluza recién aparecida. Tanto era el gozo que los descansos transcurrían entre "bocadillos y cerveza", según cuentan los implicados en el álbum.

Ricardo Pachón al mando de la producción, el arreglista y músico Jesús Bola, los guitarristas José María Heredia 'Josele', padre de Niño Josele, y Tomatito, eterno acompañante de Camarón, y Diego Carrasco, compositor, guitarrista y cantaor, relatan que, en uno de esos momentos de asueto, Camarón cantó una bulería antigua con la letra cambiada. "De la bebida no me quito, / de la bebida no me aparto / y los dineros que gano / cuando cobro, me los gasto", rezaba la versión antigua. Donde antes decía "bebida", luego dijo "Cruzcampo", en alusión a la cerveza que tomaban en esos momentos.

"De la Cruzcampo yo no me aparto", escuchamos en la grabación conservada desde entonces por Ricardo Pachón. Un gesto espontáneo del tímido cantaor, despojado en aquel momento de los corsés que imponían las producciones discográficas, ha quedado inmortalizado gracias a este rescate. La cervecera ha aprovechado la cesión del productor para conmemorar el 75º aniversario de su nacimiento. Además del documental que sirve como contexto a esta curiosa historia, esa brevísima grabación es la que ha motivado el tema de homenaje a cargo de Yerai Cortés y Judeline.

Quien se acerque esta noche, a partir de las 21:30 horas, al kilómetro cero de nuestro país, disfrutará de una canción bellísima que transita de las alegrías a las bulerías. En la primera parte Yerai no se atiene al rasgueo propio del palo más genuino de la Tacita de Plata, mientras que en las bulerías, también al estilo de Cádiz, sí se entrega al compás festivo que su naturaleza marca. Un coro de ocho mujeres interviene en el pegadizo estribillo, así como en la recta final de esta preciosa canción-homenaje.

Rueda de prensa del homenaje a Camarón organizada por Cruzcampo en el tablao Bulería

La rueda de prensa ha tenido lugar este martes en Bulería, un club privado emplazado en el Viso (Madrid) que, erigido en tablao, tuvo como parroquianos a Paco de Lucía, Lola Flores o Camarón, entre otras grandes figuras del flamenco. Su llamativa decoración, en la que predomina el barroquismo andaluz y, por supuesto, los motivos propios de la gitanería, era proclive al acto, en el que los artistas se han deshecho en elogios hacia el homenajeado. El encuentro ha sido moderado por Nano Barrera, profesor de Investigación y Análisis del Flamenco en la Universidad de Cádiz.

Judeline, que lo lleva tatuado en el brazo derecho, asume el reto con "mucha responsabilidad". Considera que "para un homenaje a Camarón harían falta cuatro vidas", así que se conforma con que esto sea "un guiño". Yerai se siente absolutamente honrado de que el cantaor, "el más moderno del mundo", abriera camino a artistas jóvenes como él que desean seguir experimentando con el flamenco. "Fue el más revolucionario y el más puro de su época", ha apostillado.

Para cerrar el acto, la intervención de la esposa de Camarón, Dolores Montoya 'La Chispa', que ha agradecido a Cruzcampo y a los artistas que hayan tratado a su marido "con tanto respeto".