Michael Jackson lo tenía claro, desde muy temprana edad trabajó el show business musical a costa de infinitas horas, mucho sudor y de una niñez-adolescencia perdida entre miles de ensayos, coreografías y conciertos, pero a sus 24 años de edad tuvo una visión bien clara: quería convertirse en la mayor estrella global del pop mundial.

Y es que un año después de gestar junto a Quincy Jones ese perfecto artefacto de pop bailable e intensamente pegadizo llamado Thriller que estaba repleto de singles inolvidables y que le podía gustar tanto a tu cuñado como a tu sobrina bailonga, el bueno de Michael decidió relanzar el disco tras el estupendo recibimiento que habían tenido los videoclips anteriores de Billie Jean y Beat It.

Jacksón ideó una especie de cortometraje para su nuevo single que daba título al album, o mejor dicho, una mini-película de terror musical que permaneciese en la retina y sobre todo en las pesadillas de los espectadores en ese momento.

[10 años sin Michael Jackson: el genio y el monstruo]

Pero adelantemos un poco la historia y situémonos en la madrugada del 31 de diciembre de 1983 donde las familias de toda España estaban delante del televisor viendo la gala de Nochevieja que emitía TVE y que presentaban la incombustible Ana Obregón junto a los también incombustibles Martes y Trece.

Eso si, días antes, la televisión pública había echado el resto en distintos programas para convencernos de que no nos podíamos perder el estreno mundial del nuevo videoclip de Michael Jackson, el chico de oro de aquel año y el creador del álbum que había vuelto loco a todo el planeta. 

Pesadilla después de Navidad

Y como no podía ser de otra manera, el momento del estreno televisivo en nuestro país no tuvo ningún desperdicio, haciendo que esa entrada del nuevo año fuese inolvidable. 

Alguien tuvo la genial idea de que los cómicos Martes y Trece, cuando todavía eran tres (antes de la empanadilla de Móstoles) fueran los responsables de presentar el novedoso videoclip en el medio de la gala de nochevieja de TVE, con algunos confusos chascarrillos marca de la casa como: "A continuación tenemos una película cómica graciosisísima con un actor cómico que te mueres de la risa: Michael Jackson!", para después rematar con un glorioso "Que hora es?, Pues… Jack son las dos de la mañana!".

Así, al más puro estilo nacional de aquella época y sin que fuesen muy conscientes de lo que tenían entre manos, el trio cómico dio paso al producto audiovisual más revolucionario e impactante del momento como quien da paso a un reportero de calle en cualquier programa de tarde navideño. Y es que España es (era) así.

[Michael Jackson: 60 años del moonwalker]

Lo que vino después es historia costumbrista nacional. Y como, afortunadamente, todavía no existían las redes sociales, al día siguiente solo se hablaba de aquel extraño acontecimiento por todos lados, que si los zombis, que si el hombre lobo, que qué miedo he pasado, que no he podido dormir tranquilo, que qué bailes tan guays, etc. 

Para los que lo vimos por primera vez, esa noche sin duda fue uno de los hitos culturales de nuestra niñez y adolescencia. En mi caso particular recuerdo que, aparte de pasar mucho miedo, a mis casi diez años de edad estaba bastante confundido con el hecho de que Michael Jackson ‘reconociese’ sin ningún tapujo que sufría de licantropía y que también era un hombre-lobo peligroso y bailón. Además de ser el responsable de haber sacado el disco mas alucinante del año y que reproducía todos los días sin parar en el tocadiscos de mi hermano mayor.

No en vano, durante el estreno de Thriller alguna que otra madre asustada apagaría el televisor, otros adolescentes no pudieron dormir tranquilos aquella noche y a la vuelta de las vacaciones navideñas los niños recreábamos con pasión (y torpeza) la coreografía del videoclip en los recreos del colegio.

Esta y otras muchas más anécdotas nacionales que quedaron recopiladas unas décadas más tarde en un grupo de Facebook llamado ‘Yo de pequeño pasé miedo con Thriller de Michael Jackson’.

Pack completo

Todo surgió cuando Jacko se quedó impresionado al ver la película de John Landis Un hombre lobo americano en Londres y decidió que la idea de la transformación terrorífica del protagonista, junto con los pequeños toques de comedia que tenía el filme, se podían ajustar perfectamente al concepto que quería dar para el videoclip de su nuevo single

Tenía que ser algo diferente, no podía ser otro video más de los que se estrenaban a diario en la MTV, así que rápidamente se puso en contacto con Mr. Landis (Desmadre a la americana, Granujas a todo ritmo), que ya tenía probada experiencia en películas dirigidas al gran público, y comenzaron a idear la mítica pieza que forma parte de nuestra cultura pop desde entonces. 

Sorprendentemente, la discográfica CBS en un acto de ceguera industrial épica se negó a producir la cinta alegando que ya se habían vendido muchas copias y que no hacía falta tanto follón presupuestario, pero, afortunadamente, gracias a la MTV junto a la cadena de cable Showtime terminarían financiando la operación con un coste en torno al millón de dólares de la época.

Para ello, decidieron que el clip de Thriller debía tener sus propias reglas para convertirse en algo diferente. A partir de una duración bastante más larga de lo habitual, casi 14 minutos que comienzan con una película dentro de otra película,  protagonizada por la chica Playboy Ola Rey junto a nuestro querido Jacko en una suerte de parodia de serie B con el clásico toque romanticteen de instituto norteamericano de los años 50, y que acaba derivando en un terror al más puro estilo ochentero kitsch con bien de maquillaje y prótesis de látex.

Todo esto, claro, antes de que comience la canción, que fue reconstruida especialmente para la ocasión eliminando sus tres primeros estribillos, situando hacia la mitad el poema recitado por el gran Vincent Price y añadiendo una larga parte instrumental para la mítica coreografía con los zombis.

Además, también introdujo algunos elementos novedosos que hasta entonces no se usaban en este medio audiovisual, como añadir los sonidos reales que proporcionaban los pasos de baile en el suelo, el roce de la ropa, los gemidos, las palmadas y todo el repertorio habitual de Michael que con el tiempo acabó siendo uno de sus sellos más identificativos. El clip musical alcanzaba así su madurez como género pocos años después de su nacimiento.

El éxito fue abrumador y se convirtió en el hype del momento (se estrenó en Estados Unidos el 2 de diciembre de 1983, mientras que aquí llegó casi un mes mas tarde) por ser el videoclip más caro, el más largo y con los mejores efectos especiales de la época. Además, catapultó las ventas de su segundo disco en solitario hasta llegar a los 70 millones de copias. El visionario sentido del espectáculo de Michael había funcionado a la perfección. 

[El 'biopic' de Michael Jackson ya tiene protagonista: Jaafar Jackson, su sobrino]

No obstante, su estilo ligado al cine de terror clásico no estuvo exento de críticas; después de haber sido amenazado con su expulsión de los Testigos de Jehová por supuestamente promover la demonología, Michael tuvo que dejar claro por escrito que Thriller no respaldaba ninguna creencia en el ocultismo, tal y como aparece al comienzo del videoclip.

El vídeo se convertiría así en una obra maestra, que lograría incorporarse definitivamente a los fondos de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, junto a clásicos del calibre de Casablanca o Malas Tierras. Incluso el VHS que contenía el making of del vídeo rompió récords y vendió la sorprendente cantidad de nueve millones de unidades en todo el mundo.

En nuestro país, el impacto del clip fue enorme y a raíz de esta nueva tendencia, TVE decidió lanzar Disco Visto, el primer espacio exclusivamente de videoclips que se emitió en España. Uno de los encargados de aquel programa pionero fue el periodista musical Julio Ruiz, que recuerda con cariño la experiencia catódica: "El programa tenía la particularidad de que ordenaba los vídeos por temática, y no por estilo musical. A Thriller, por supuesto, lo metimos directamente en el género de terror’, explica Ruíz. 

Icono Fashion

Pero sin duda otro de los aspectos que acabó de convertir este corto de terror en todo un hito fue su vestuario tan característico. John Landis buscaba reflejar de alguna manera en la cinta los cambios que se producen en la pubertad, y su mujer Deborah Nadoolman consiguió crear un estilismo para Michael que forma parte de la historia de la moda y evidencia cómo la industria cinematográfica es capaz de incidir en los armarios de toda una generación.

En una entrevista para Vanity Fair, la diseñadora explicó que la icónica chaqueta de cuero roja y negra que luce Jackson se basaba en tres ideas: una forma que potencie su delgada figura, un color para hacerlo destacar y aportarle fuerza y masculinidad.

La chaqueta de Jackson exhibida en el 2012 en Tokio / Foto: Toshifumi Kitamura / AFP

Así, la forma y complexión de la mítica pieza, que llegó a alcanzar la exorbitante cifra en subasta de 1,27 millones de euros, respondía en realidad a la necesidad de potenciar a la estrella de Thriller. "Creo que pensé que podía convertirle en un superhéroe. Mira la chaqueta, en el fondo parece el uniforme de un superhéroe: crea una forma, aporta fuerza, y el estilo inconfundible que ayudó a destacar a Michael entre los demás", explicó Nadoolman en la misma entrevista del 2018.

Al igual que también dejó su propia huella la bomber de deporte coronada con una gran M de Michael que el artista luce en su caracterización como lobo. Replicada en el streetstyle hasta la saciedad, la pieza se ha consagrado como un artículo atemporal y sin etiquetas de género que no debe faltar en ningún armario ni en ninguna fiesta de Halloween con aire retro.