El director Santiago Serrate. Foto: Guillermo Mendo

El compositor madrileño presenta en el Festival de El Escorial su ópera de cámara Tenorio, una ecléctica versión del mito que combina diversas fuentes: Tirso, Molière, Byron, Sor Juana Inés de la Cruz, Da Ponte... Será el viernes, 28. Además, esta semana 'el núcleo lírico' del certamen arrancará con Las bodas de Fígaro.

Un cierto regusto mozartiano envuelve las próximas y más importantes manifestaciones del Festival de Verano de San Lorenzo de El Escorial, dependiente de la Comumunidad de Madrid. Digamos que constituyen lo que podíamos denominar 'el núcleo operístico'. Por un lado tenemos Las bodas de Fígaro, del propio Mozart (jueves 20 y sábado 22); por otro, y es la gran novedad, Tenorio, de Tomás Marco (viernes 28). El acercamiento del músico madrileño es, naturalmente, muy diferente del que su genial antecesor realizara en torno a la personalidad del licencioso caballero, un auténtico mito de la literatura, el teatro y la música occidental. Las fuentes de Lorenzo da Ponte eran muy variadas. Las de Marco, que es el autor de su propio libreto, parten de Zorrilla pero aparecen combinadas con otras derivadas de diversos textos teatrales o poéticos basados en el personaje: Tirso, Molière, Byron, Sor Juana Inés de la Cruz y el mismo Da Ponte; lo que lleva a desarrollar un tratamiento donde la representación teatral se inserta en una reflexión más general sobre el mito. Un juego inteligente a los que tan aficionado es el compositor.



Este proyecto operístico se presentó al programa de ayudas de la Fundación BBVA. Había sido fruto de un encargo del X Estío Musical Burgalés del 2009 y de su director, el maestro Rafael Frühbeck de Burgos. La crisis económica impidió su estreno, que se produce ahora. Tiene sólo tres solistas vocales protagonistas: una soprano, un tenor y un barítono, un pequeño coro de cuatro voces y una orquesta de diez músicos. Se cuenta con la gentil soprano lírico-ligera Carmen Gutiarán (Lucía, Doña Ana, Doña Inés), el tenor ligero Juan Antonio Sanabria (La Narración, Don Luis Mejía) y el barítono lírico Alfredo García (Don Juan), gran conocedor de la música de Marco, ya que ha sido servidor, desde su lejano estreno albaceteño de El caballero de la triste figura, precedente ópera del autor, también representada años más tarde en el Teatro Auditorio de El Escorial, entre otros lugares. El director musical será el competente y estudioso Santiago Serrate, elegido en tiempos para el nonato estreno burgalés y solicitante de la ayuda al BBVA.



La habilidad de Marco, actor de primera línea en las corrientes más vanguardistas de nuestra música, quedará de nuevo reflejada sobre las tablas. Aunque la partitura, como se ha dicho, tenga ya algún tiempo, suponemos que en ella se tenderá a la síntesis, a la sencillez, al empleo de ritmos y de ostinati reconocibles y a la elaboración de delgadas líneas temáticas de signo muy climático, junto con, quizá, citas de músicas populares pretéritas. El compositor sabe ordenar con disciplina, con fácil inspiración, algunas de las líneas maestras que han alimentado sus aventuras líricas.



Será sin duda interesante y provechoso escuchar esta operita de nuevo cuño tras haber disfrutado, una semana antes, con Le nozze di Figaro, de la pasmosa riqueza melódica, el equilibrio soberano, la pintura de caracteres, el humanismo costumbrista, y la atmósfera impregnada de sensuales aromas nocturnos, combinado todo ello con un certero estudio de caracteres y la mirada suavemente crítica sobre la comunidad del palacio sevillano de Aguasclaras, que es donde asientan sus reales el casquivo Conde de Almaviva, su sufridora -sólo hasta cierto punto- esposa, Rossina, la habilidosa muchacha Susanna, el despierto barbero Fígaro o el jovencito conquistador Cherubino, un Don Giovani en ciernes. Intrigas ocultas y descubiertas, amores frustrados, biglietti que cambian de manos, citas nocturnas, sospechas... De todo hay en esta obra maravillosa de 1786.



La producción que podrá verse en El Escorial -y semanas más tade en la Quincena Donostiarra- viene del Festival de Dos Mundos de Spoletto y está realizada por la Fondazione Teatro Coccia di Novara en colaboración con el Festival Internacional de Música de Cartagena, Colombia. El reparto no deja de tener su relevancia. Citemos a los principales. Como Almaviva se anuncia al bien timbrado barítono norteamericano Lucas Meachem, a quien ya se ha visto más de una vez en el Real. La Condesa es Carmela Remigio, una lírica que entiende bien a Mozart. El eficaz y animoso Simón Orfila será Fígaro -asimismo visto en el Real-; Susanna Katerina Tretyakova, de rico timbre, ganadora del Viñas 2013; y Cherubino la dotada Clara Mouritz. Giorgio Ferrara es el regista y moverá al equipo sobre fantasiosa y evocadora escenografía de los imaginativos Dante Ferretti y Francesa Lo Schiavo. Yi Chen Lin, joven y dinámica directora taiwanesa, que ya dirigiera hace un par de años la Carmen española de la Zarzuela, se situará en el foso.