Rinaldo Alesandrini y el grupo Concerto Italiano

El CNDM nos viene obsequiando con algunas óperas y oratorios casi nunca escuchados en nuestro país, al menos en tiempos modernos. Es el turno ahora del oratorio Cain, overo il primo omicidio de Alesandro Scarlatti, el verdadero antecesor de la ópera seria, el que abrió brecha a Haendel y compañía. Dominaba como nadie el arte del recitativo y de la calibración de voces. Sus finali crearon escuela. La obra, con texto según parece del cardenal Ottovoni, recrea, como es lógico, la muerte de Abel a manos de su hermano. La refinada escritura, el manejo del da capo, la inclusión de dúos, un trío y varios intermezzi instrumentales son otros tantos atractivos de la composición, estrenada en Venecia en 1707.



Como es costumbre el protagonismo lo tienen intérpretes avezados y especialistas. En el podio directorial, Rinaldo Alesandrini, uno de los músicos que mejor ha entendido el barroco italiano, un gran dominador de la estética y un gran conocedor de Monteverdi. A sus órdenes, su grupo desde hace más de treinta años, Concerto Italiano. Como solistas, las ya muy habituales entre nosotros Roberta Invernizzi, soprano (Eva) y Sonia Prina, mezzo (Caín). Con sus limitaciones son cantantes seguras. Junto a ellas el tenor Carlo Allemano (Adán), la soprano Monica Piccinnini (Abel), el contratenor Aurelio Schiavoni (Dios) y el bajo Salvo Vitale (Lucifer).