Emilio Sagi. Fernando Ruso

Antes de que el Liceo de Barcelona fuera devorado por las llamas de un soplete, el Teatro Arriaga de Bilbao cerraba sus puertas por los estragos de una inundación que llegó hasta la segunda planta. El 1986, tras varios años en obras de rehabilitación, volvía a levantar el telón y desde entonces han desfilado por su escenario grandes nombres del teatro, la ópera, la zarzuela y el ballet, además de leyendas del jazz y estrellas del rock. Para celebrar los 25 años desde la reinauguración, Iker Sánchez dirigirá esta tarde a la Orquesta Sinfónica de Bilbao en un concierto en el que participarán varias figuras ligadas muy vinculadas a su programación habitual, tales como Andeka Gorrotxategi, Naroa Intxausti, Mikeldi Atxalandabaso, Marifé Nogales, Itziar de Unda, Santos Ariño, Itxaro Mentxka, Marta Ubieta, Ainhoa Zuazua, Javier Tomé y Olatz Saitua. "He intentado que la pluralidad sea una marca de la casa", asegura a elcultural.es Emilio Sagi, su director artístico desde 2008. "Queremos que el Teatro Arriaga siga siendo un actor importante en la vida de la ciudad".



Pregunta.- ¿Qué significan estos 25 años de actividad?

Respuesta.- Estos 25 años demuestran que el Teatro Arriaga está más vivo que nunca y que tiene un público fiel como pocos teatros en el mundo.



P.- ¿Qué papel desempeña el teatro hoy en la vida de la ciudad?

R.- Es una institución y un actor fundamental en el curso cultural de la ciudad, un centro neurálgico de Bilbao, pues todo acaba o empieza en la plaza del teatro.



P.- Inició su carrera como director de escena con una Traviata en 1980, precisamente el mismo año en que comenzaron las labores de restauración. ¿Cómo era el teatro entonces y cómo es hoy?

R.- El Teatro de entonces correspondía a las circunstancias del momento. Hoy en día el Arriaga es mucho más abierto y plural. Es lo que nos mueve y nos inspira.



P.- Antes de su reapertura en 1986, hubo grandes estrenos de ópera y zarzuela, un incendio, también una inundación y hasta funcionó como cine durante un tiempo. ¿Cuáles diría que han sido los grandes momentos del teatro en este último cuarto de siglo?

R.- A todos nos consta que ha habido y seguirá habiendo grandes momentos en el Teatro Arriaga. Rescatar uno sólo de estos 25 años sería injusto. Pero sí le puedo contar una anécdota familiar que me pasó mientras hacía inventario en el archivo. Al elaborar la lista de las grandes estrellas del teatro y de la lírica que pasaron por los camerinos del Arriaga, de repente me di cuenta de que uno de ellos había sido mi abuelo el barítono Emilio Sagi-Barba. No está mal...



P.- ¿Qué diría que tiene en común el Teatro Arriaga con el Liceo, el Teatro Real, el Teatro Campoamor y el Palau de les Arts y qué le hace único respecto de los anteriores?

R.- Tiene en común que es un teatro y que palpita alrededor de un escenario. De particular, su afán de pluralidad y de organizar una programación en donde todos los públicos pueden encontrar su rincón.



P.- ¿Tanto vale una zarzuela como un concierto de pop, una ópera barroca o un cuarteto de jazz?

R.- Por supuesto, hay diferencias de géneros, pero en cada género hay que buscar la excelencia.