Especial: Lo mejor del año

El futuro del pianista ruso Daniil Trifonov apunta a glorioso. Este año lo hemos degustado con frecuencia en España, citado por la OCNE y La Filarmónica. Nuestros críticos también destacan el 20 aniversario del Cuarteto Casals, la batuta ‘cantante' de Thielemann, el excelso Billy Budd del Teatro Real y la inmersión de Leticia Moreno en Piazzolla.

Daniil Trifonov

Varios conciertos y recitales. Dos discos con DG



Este pianista ruso (Nizhny, Novgorod, 1991) es un artista original, imaginativo, de insólitas propuestas. Posee un sentido especial de la construcción de la frase, una diferenciación de ataques y un criterio musical de altura. Dedos ágiles los suyos, seguros y precisos, capacidad para acentuar con firmeza y exactitud y de expansionarse en súbitos arrebatos. Su sonido, que aún ha de madurar, tiene carne y densidad, en espera del poso que dan los años y la posibilidad de concentrarse en mayor medida. Esta temporada ha visitado mucho nuestro país. Su recital para La Filarmónica, su actuación con la Nacional (Burleske de Strauss), su colaboración con la Staatskapelle de Dresde y Thielemann (Ravel), sus conciertos en la periferia y sus recientes CDs para DG (Evocaciones chopinianas, La trucha de Schubert) dan cuenta de su relevancia.



Cuarteto Casals

Integral de Beethoven. 20 aniversario



Llevan tiempo asentados en uno de los puestos más elevados en el panorama camerístico europeo, que ya es decir. Se han aupado a esa cumbre combinando talento y un esfuerzo sostenido durante años. Este 2017 han celebrado el 20 aniversario de su nacimiento. Su alianza empezó a gestarse en las fértiles aulas de la Escuela Reina Sofía. Y cuajó. Se convirtieron en uno de los cuartetos profesionales pioneros de la eclosión de este tipo de ensemble que vendría después. Fueron creciendo cada temporada, ganando progresivamente prestigio, sintonía y madurez. Abel Tomàs (violín), Vera Martínez (violín), Jonathan Brown (viola) y Arnau Tomàs (violonchelo) se enfrentaron para celebrarlo a un desafío mayúsculo: interpretar la integral de cuartetos de Beethoven. Lo solventaron (en Madrid, Vilabertrán y Barcelona) con una maestría plena de matices.



Christian Thielemann

Staatskapelle de Dresde. Ibermúsica



Nos ha visitado varias veces en los últimos años gracias a Ibermúsica y nos ha dado numerosas pruebas de sus valores, usualmente en el podio de la orquesta de la que es titular, la fabulosa Staatskapelle de Dresde. Es un músico curioso y convincente, que revela un talento musical poco común. Canta con naturalidad, a lo que se presta agradecida su magnífica centuria. Los dos conciertos de mayo de este año, con obras de la enjundia de Pelleas und Melisande de Schönberg y la Sinfonía Alpina de Strauss quedarán para la historia de la filarmonía madrileña.



Billy Budd

Teatro Real. Britten/Deborah Warner/Ivor Bolton



Fascinante el periplo en el que nos embarcó Joan Matabosch este año. Todo funcionó excelsamente en el montaje de la ópera de Britten, compuesta a partir de la novela de Melville. Fue, por cierto, la primera vez que se escenificaba en Madrid. La puesta en escena de Deborah Warner, con profusión de cabos y velamen, era de un realismo austero e hipnótico. Ivor Bolton, desde el podio, exprimió la riqueza tímbrica y la magistral orquestación de la partitura, una síntesis perfecta entre modernidad y clasicismo. De fondo, el conflicto eterno que enfrenta al bien y el mal.



Leticia Moreno

Piazzolla. Deutsche Grammophon



Artista cálida, esta violinista madrileña (1985) ha ido perfeccionando poco a poco su técnica con maestros como Bron, Vengerov y Rostropovich. Este disco monográfico de Astor Piazolla, que incluye las famosas Cuatro estaciones de Buenos Aires, es modélico. La comprensión profunda que evidencia Leticia Moreno de los pentagramas del creador argentino le da pie para solventar cualquier dificultad técnica y para dejarse mecer por los aires de danza, entregarse al disfrute del fraseo más efusivo y aplicar, sobre el ritmo implacable, un empleo ejemplar del rubato.



Moisés P. Sánchez

Hace ya años que el talento de nuestro jazz no tiene bridas ni fronteras. Este año, sin ir más lejos, tenemos claros testimonios en el quehacer discográfico del saxofonista Perico Sambeat (Plays Frank Zappa) y Guillermo McGill (Es hora de caminar). No obstante, ahora que cerramos capítulo, en el recuerdo más sublimado hoy lo que nos queda es la colosal revisión jazzística de La consagración de la primavera de Igor Stravinski que realizó el Moisés P. Sánchez Ensemble en un único concierto el pasado mes de marzo en el Festival de Arte Sacro en los Teatros del Canal; por los intérpretes convocados, por sus complejas orquestaciones y por sus audaces arreglos, sólo al alcance de músicos y creadores privilegiados. Una obra mayor, total, que jamás podremos olvidar.



Carmen Linares

Carmen Linares es la gran maestra del cante de nuestra época y una referencia viva para las más jóvenes generaciones, que ven en ella un molde para perfilar su futuro. Su espléndida obra Verso a verso. Carmen Linares canta a Miguel Hernández muestra una lúcida capacidad para abrir nuevos caminos de expresión musical y un renovado talento con el fin de elaborar un trabajo de altísima calidad artística, por un lado, y, por otro, apasionado y luminoso en el que ha llevado los versos del poeta de Orihuela a una impensable y vigorosa dimensión flamenca. El disco libro es un paradigma de trabajo tan exquisito como categórico, donde Carmen Linares vuelve a descubrirnos que es posible unir la mejor poesía y el más cálido flamenco en un abrazo común y sonoro.