Lorena López y Jesús Noguero en Un tercer lugar. Foto: Sergio Parra

En una sociedad que sustituye las relaciones por conexiones, el concepto del ‘otro' cobra un nuevo significado. Denise Despeyroux reivindica el vínculo como algo necesario en Un tercer lugar, que podrá verse en el Español a partir del día 16.

Matilde, uno de los personajes de Un tercer lugar, señala que fue preparando su suicidio "a trompicones". Denise Despeyroux utiliza este símil para explicar la forma de escribir esta obra: "A retazos y a lo largo de mucho tiempo". El germen del texto que cobrará vida en el Teatro Español a partir del 16 de noviembre surgió en 2009 durante un taller con Alfredo Sanzol y forma parte del proyecto 3D, que integra a tres autores contemporáneos. A la autora de Carne viva le seguirán Sanchis Sinisterra y Josep Maria Miró.



"He disfrutado mucho con la escritura de esta pieza -señala Despeyroux a El Cultural-. La he abordado solo cuando he tenido la necesidad emocional de hacerlo, sin prisa ni ambición, y diría que he encontrado una calidad de escritura propia, muy personal, que me divierte y me inspira... Me refiero a que podría no parar de imaginarles escenas a estos personajes".



Jesús Noguero, Vanessa Rasero, Giovanni Bosso, Sara Torres, Pietro Olivera y Lorena López encarnan a los seis protagonistas de la obra. Se relacionan de dos en dos pero la autora y directora ha tratado la puesta en escena como si fuera coral, haciendo que estén la mayor parte del tiempo en las tablas. "No exactamente al ‘modo Veronese', donde unos actores (reales, que son ellos mismos) miran mientras otros hacen los personajes que toca en ese momento. Esto es algo distinto", matiza Despeyroux.



El título de la obra, y buena parte de su mensaje, viene inspirado por uno de sus libros favoritos, Ensayo sobre el cansancio, de Peter Handke: "Hay un pasaje conmovedor donde se habla del encuentro entre un hombre cansado y una mujer borracha. Incapaces de oponer resistencia, los dos se rinden y la rendición, la entrega al otro sin defensas, es un concepto clave en el enamoramiento y el encuentro erótico". El ‘tercer lugar' es, de esta manera, según Despeyroux, un sitio extraño y ajeno que ha de hallarse necesariamente antes de encontrarse. En palabras del escritor austríaco: "Parece ser una regla que hombre y mujer, antes de que por unas horas se conviertan en una pareja de ensueño, tienen que haber recorrido primero un camino largo y difícil y tienen que haberse encontrado en un tercer lugar, extraño a los dos, lo más lejano posible a cualquier tipo de patria o de confortabilidad doméstica". Los personajes de Un tercer lugar se caracterizan por su neurosis. Tratan de relacionarse entre sí lo mejor que pueden y también de amarse lo mejor que saben.



Avidez por el entendimiento

Para la dramaturga, la neurosis y el desarrollo del carácter van unidos: "Todos somos neuróticos, lo que pasa es que unos más que otros. Hay grados. También puede decirse que hay neurosis más amables, aptas para relacionarse en sociedad, y en cambio hay otras que dificultan mucho las relaciones. Los personajes de la obra tienen serias dificultades para las relaciones pero tienen también una gran avidez por entenderse, por encontrarse y una genuina necesidad del otro".



En cuanto a la particular neurosis de la sociedad actual la autora de Los dramáticos orígenes de las galaxias espirales considera que hay una trampa muy extendida, la que exige estar todo el tiempo atento a uno mismo: "No sólo no me parece sano sino que resulta más bien enfermizo. El verdadero reto, la verdadera cura, es estar atento al otro. El imperativo de la autenticidad es la forma neoliberal de la producción del yo, como explica el escritor surcoreano Byung-Chul Han, autor de urgente lectura en nuestros días". Quizás, y como dice Cordelia en las palabras finales de la obra ,"algún día, todo dolerá menos".



@ecolote