Clara Sanchis en el papel de Virginia Woolf en Una habitación propia

Era 1929 cuando Virginia Woolf publicó uno de sus libros más importantes, un ensayo en el que aborda el asunto de la literatura y la mujer. Aún hoy ese libro sigue siendo un símbolo del feminismo y ella una figura clave tanto de la literatura como del movimiento. La obra no es una novela de ficción sino un ensayo en el que la escritora reúne las conferencias que había impartido en dos escuelas británicas femeninas el año anterior, el mismo en el que las mujeres habían obtenido el derecho a la ciudadanía en el Reino Unido. Las conferencias fueron tituladas Mujeres y Ficción y una vez recopiladas les dio el nombre de Una habitación propia. Basándose en esas oratorias que impartió en Cambridge la dramaturga María Ruiz ha adaptado el texto para recrearlo en el Teatro Español.



El lenguaje de su aguda pluma ha sido cuidado para "conservar a Virginia Woolf y a su texto intactos", señala Ruiz. "He seguido los vericuetos de la acción, como si fuera yo quien se mueve, percibe y comprende, eligiendo lo que me parecía más acorde para la escena", anota. Un escenario, por cierto, "sencillo", requerimiento que lleva intrínseco el texto de la escritora, unas líneas que "de manera muy rica hablan de la pobreza de las mujeres a lo largo de la historia".



"Les dije suavemente que bebieran vino y tuvieran una habitación propia", escribe Woolf en el diario que lleva a cabo durante esos días. A él, en ocasiones, ha recurrido la dramaturga para crear el perfil que interpreta Clara Sanchís en las tablas. "No ha habido investigación ninguna, todo son evidencias, si acaso sus diarios que arrojan cierta luz sobre las decisiones formales del texto", dice. Tanto la intérprete como la directora de escena estuvieron de acuerdo en que el texto de Woolf podía y debía ser dicho en un escenario. Tirando del hilo vieron que recuperar una conferencia de la escritora sería el punto de partida. En 1928 la escritora ofrece una conferencia con palabras afiladas e irónicas y se ha dado cuenta de que una mujer necesita dinero y una habitación propia. "Todo va en el tratamiento, en el modo, en asumir y desplegar una vivencia, un cierto punto de vista", opina Ruiz.



Considera, por otro lado, que "es del todo imposible hacer pensar o recapacitar a nadie. Pero sí es un lugar estupendo -el teatro- para expresar el pensamiento que surge en los escollos de la peripecia humana". Y, sin embargo, el texto de Woolf sigue siendo un símbolo del feminismo que sigue dando que hablar y del que nutrirse. Incluso ella misma se ha convertido en imagen de la lucha por los derechos de las mujeres. Y es que algunas de las frases que se pueden extraer de su Habitación propia dice cosas como: "Una mujer, en cualquier tiempo anterior a nosotras, habría necesitado un valor extraordinario para resistir el ataque del desprecio, la censura y las recompensas prometidas. Tener algo de incendiaria para decirse: no podéis apoderaros también de la literatura. La literatura está abierta a todos....", o "no hay verja, ni cerradura, ni candado que puedas imponer a mi libertad de pensamiento".



Aunque, según Ruiz, los paralelismos entre su época y la nuestra "ni la propia Virginia podría establecerlas. La sociedad humana se mueve hacia la equivalencia -la igualdad es imposible-, y no sólo entre hombres y mujeres. No sin escollos, desde luego". De todos modos para Woolf "se produjo la mayor liberación de todas, que es la libertad de pensar en las cosas tal como son". Sigue siendo época de pensar.



@scamarzana