Image: Desconcierto en Granada: música, voz y palabra

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Desconcierto en Granada: música, voz y palabra

29 junio, 2016 02:00

Rosa Torres-Pardo, Luis García Montero y Rocío Márquez

El Patio de los Arrayanes de la Alhamabra acoge, en el marco del Festival de Granada, el espectáculo Desconcierto, en el que Luis García Montero, Rocío Márquez y Rosa Torres-Pardo fusionan poesía, flamenco y música clásica.

La poesía, el cante jondo y la escuela pianística española se hacen uno esta noche en el Patio de los Arrayanes de la Alhambra en un espectáculo que unirá a la pianista madrileña Rosa Torres-Pardo con el poeta Luis García Montero y la cantaora Rocío Márquez. Bajo el título de Desconcierto, los versos de Lorca y García Montero, recitados por el propio poeta, se combinarán con las interpretaciones de Rosa Torres-Pardo y Rocío Márquez de célebres obras y composiciones pianísticas de reconocidos autores de la primera mitad del siglo XX como Albéniz, Falla, Turina y Enrique Granados, al que se le dedica un apartado especial en conmemoración del centenario de su trágico fallecimiento.

El germen de este espectáculo a tres bandas, que ya han interpretado en anteriores ocasiones, como en los jardines de Sabatini de Madrid, surgió a raíz de una colaboración iniciada entre la pianista y la cantaora sobre unas tonadillas de Granados. "Al principio me parecía imposible hacer algo que encajara con el trabajo de Rosa", recuerda Márquez, "pero el espectáculo ha ido surgiendo y evolucionando de manera muy fluida. Desde el planteamiento teórico hasta que se hizo realidad ha sido un proceso muy orgánico y natural". Según Torres-Pardo, comenzaron a surgir muchas sinergias creativas entre lo popular y lo culto, entre el flamenco y la música clásica. Poco después fue García Montero quien se añadió al grupo. "Fue por amistad. Cuando estás al lado de un gran artista como él, propones cosas y todo es sencillo. Le comenté lo de Granados y él se ofreció a incluir algunos poemas en torno a ciertos compositores".

El programa mantiene una estructura básica que combina tonadillas Goyescas con el cancionero popular de la música de Albéniz y Falla, o con las coplillas populares lorquianas en una reivindicación de los elementos comunes que unen lo culto y lo popular. "Buscamos ese punto en el que convergen la música clásica y las coplas populares, en donde se encuentran Lorca y los maestros como Falla, Granados o Albéniz", afirma Torres-Pardo. "Lo que a mí siempre me interesó de la música española es ir a la esencia, y la esencia es lo popular. Uno va quitando y quitando y se queda con el canto, la línea melódica que es el cante popular". Como ejemplo cita el Corpus Christi de Albéniz, que está basado en La tarara, "pero claro, trabajada por Albéniz se convierte en un maremágnum, en una locura de notas". "Parece que la tarara se ha vuelto loca, me decía Rosa en los ensayos", apunta Márquez. "Buceando en las piezas es muy evidente donde se inspiraban estos grandes compositores a la hora de inspirarse. Es claramente recurrente la melodía de La tarara, pero como Albéniz la va transformando y evolucionando es increíble".

Pero la combinación de música popular y música culta encuentra un aliado indispensable en la palabra, que le aporta la fuerza de la voz hablada. "La poesía también tiene su ritmo. Por ejemplo, hay tango en el que la parte recitada va medida como un cante, la poesía y la música se funden completamente y parece más cantada que recitada. Y puedo asegurar que Luis no canta", asegura entre risas Torres-Pardo. Pero no solo importa el tono y la voz en sí, sino también lo que se dice, el significado. "La palabra en sí ya tiene un sonido que puede ser precioso, pero si además se le añade un significado, como en el caso de la poesía, eso nos puede emocionar verdaderamente". Un significado que también es clave en la composición del programa, porque el modo en que se teje este diálogo entre estas tres fuerzas, el cante, la música y la poesía; no tiene nada de casual. "Si queremos analizar el espectáculo de modo más conceptual, todo tiene un sentido y un porqué, pero puede tener distintas lecturas", detalla Márquez. "Si tienes más conocimientos puedes hilar todos los detalles, pero si no, el sentido estético de la música va enlazando una pieza con otra y disfrutas a nivel sensorial".

Y que como buen ente creativo vivo va evolucionando con cada espectáculo, porque cada uno de estos conciertos es diferente al anterior. "Cada vez que nos juntamos todos tenemos nuevas ideas para incluir, y vamos probando las cosas y añadiendo y quitando elementos", cuenta la cantaora. "Escuchando grabaciones de otros ensayos se ve como hay cosas que hacíamos que ya no están, otras que ahora sí hemos incluido, y es bonito ver como el espectáculo tiene vida". En esta ocasión, la gran novedad del programa nace del homenaje a Enrique Granados. "Luis incorpora un poema dedicado a Madrid, a Lavapiés, debido a la fascinación del compositor con Goya, que incluimos dentro de las Goyescas", adelanta la pianista. "Estos cambios y elementos nuevos son lo que hace que nosotros mismos mantengamos el interés, el que no hay dos actuaciones iguales las hace únicas".

Especialmente única se presenta esta actuación debido al escenario de excepción que la acoge. El Patio de los Arrayanes de la Alhambra es el lugar idóneo para celebrar este concierto debido al fuerte vínculo creativo que mantenían los creadores de las obras protagonistas. "El entorno siempre es clave para que todo fluya de la mejor manera posible. El culmen es que el escenario tenga sentido con el espectáculo, y en este caso no puede estar más conectado, no podríamos pedir un sitio mejor para interpretar las obras de Falla, Lorca, Turina o Granados", asegura Márquez. Estamos en una nube, es un lujo. El lugar es mágico y hacer un concierto ahí, y en especial este concierto, es increíble", valora Torres-Pardo. "Además Luis, que es de Granada, tiene varias dedicatorias a la ciudad, así que esta noche sonará la palabra Granada más de una vez".