Taylor Swift durante su actuación en la gala.

La noche iba a ser un duelo entre dos rostros que expresan de distintas maneras pero con igual potencia la fuerza de la música americana: el pop de Taylor Swift y el rap de Kendrick Lamar. Y ambos resultaron ganadores. La primera se llevó el Grammy al mejor album del año, mejor ábum de pop vocal y el de mejor vídeo, por Bad Blood, canción que canta con el propio Kendrick Lamar. Fue Swift, por cierto, quien abrió la gala con la espectacular interpretación de Into The Woods. Es impresionante que en una figura tan diminuta y en apariencia frágil quepa tanto talento y tanta fuerza. Bravo por Swift y esas mujeres a la que animó a no dejar que otros se cuelguen sus medallas cuando triunfan. Y Lamar incendió literalmente el Staples Center de Los Angeles con una explosiva actuación cargada de contenido político en la que apareció atado con unas cadenas para denunciar el racismo en Estados Unidos. Después se llevó cinco premios de los once a que estaba nominado: mejor disco de rap, canción (Alright), colaboración (These Walls) y performance (Alright) además del compartido con Swift.







En el duelo Swift/Lamar se coló un tercero en discordia, Bruno Mars, que se llevó el Grammy a la mejor grabación del año por la frenética Uptown Funk, grabada en colaboración con Mark Ronson, el productor que saltó a la fama cuando convirtió a Amy Winehouse en una estrella (el documental dedicado a la malograda estrella del soul se llevó el premio a la mejor película). Suyo fue también el Grammy para el mejor dúo de pop. Otro de los grandes triunfadores de la noche fue The Weeknd, que después de haber despachado cientos de miles de copias de su último disco, Beauty Behind the Madness, fue agraciado con el premio al mejor disco de "urbano contemporáneo" y a la mejor performance de r&b por Earned It, la canción de 50 sombras de Grey. Y si hablamos de r&b, el veterano D'Angelo se llevó dos Grammys al mejor disco del género (el espectacular Black Messiah) y mejor canción r&b por la bellísima Really Love. Y Ed Sheeran se llevó a casa dos galardones: la mejor performance de pop en solitario por la canción Thinking Out Loud y el premio a la canción del año por el mismo título.



De estos Grammy's emergen nuevas estrellas a las que habrá que estar atento. Por ejemplo, la artista pop Meghan Trainor, que con su debut, Title, proporciona un poderoso álbum de pop al estilo de la propia Swift. O el productor de Missisippi Diplo, que con su particular sonido electrónico que mezcla el trap con el EDM arrasó consiguiendo el premio al mejor disco de baile y la mejor canción, Where Are U Now, al alimón con Justin Bieber. Gran éxito también para los Alabama Shakes, que han conquistado el mundo con un disco fabuloso como Sound&Color, en el que llevan las raíces del soul, el rock y el blues hacia una nueva dimensión. Ganaron tres premios: mejor disco de música alternativa, canción de rock (Don't Wanna Fight) y performance (ídem). El premio al mejor disco de rock fue para los británicos Muse por Drones.



En los Grammy cuenta quien gana pero también quienes actúan. Lady Gaga brindó una brillante interpretación de algunos clásicos de David Bowie con una escenografía y vestuario que rememoraba los hitos del genio del pop. Otro momento emblemático lo proporcionó Adele, gran perdedora de la noche, con su interpretación de All I Ask, canción compuesta por Bruno Mars. Adele también lanzó un elogio a Lamar desde el escenario: "Te quiero Kendrick, eres increíble" dijo a voz en grito ante de arrancar a cantar.