Pablo Ferrández no recuerda la primera vez que acarició un violonchelo, pero no es capaz de volver al pasado sin verse tocándolo: "Estoy con él desde que tengo uso de razón". El chelista de 22 años, uno de nuestros músicos con mayor proyección, recibirá ahora uno de los Stradivarius más antiguos que se conservan, el Lord Aylesford, de 1696. Se trata de un préstamo de la Nippon Music Foundation, que concede instrumentos a solistas destacados. Violinistas como Julia Fischer, Vilde Frang, Arabella Steinbacher o Pichas Zukerman y el cellista Steven Isserlis recibieron o tocan en la actualidad instrumentos de esta Fundación. Hasta Japón tendrá que desplazarse Ferrández, el primer español en conseguirlo, para recoger una pieza que, recuerda emocionado, "ya existía antes de que nacieran Mozart y Beethoven".



Asegura el músico que este préstamo le impone un tremendo respeto, pero lo asume como un reto más de su impecable carrera: "Tendrá que pasar un tiempo hasta que nos acostumbremos, él a mí y yo a él, pero el hecho de poder tocar un instrumento como este es increíble". En el mundo se conservan alrededor de 600 violines Stradivarius pero tan sólo 63 violonchelos construidos por el maestro de Cremona. El Stradivarius otorgado a Pablo Ferrández es uno de los más antiguos que existen, ya que data de 1696, el mismo año que el violonchelo Stradivarius del Quinteto palatino del Palacio Real de Madrid, adquirido por el rey Felipe V.



Pablo Ferrández fue elegido por un jurado presidido por Lorin Maazel que reconoció la "excelente técnica y musicalidad" del joven cellista español haciéndole merecedor de dicha concesión. El violonchelo que tocará Pablo Ferrández es el Lord Aylesford, llamado así en honor al noble inglés que lo adquirió y en cuya familia se conservó durante más de cien años. Ese instrumento estuvo anteriormente en manos de dos de los grandes violonchelistas de la historia, Gregor Piatigorsky y Janos Starker, quien lo tocó entre 1950 y 1965, realizando con él numerosos conciertos y algunas de sus más afamadas grabaciones.



"Ha sido el mejor regalo de Navidad que podía imaginar y viene en un año en el que he trabajado muy duro, pero que me ha dado muchas alegrías", señala Pablo, que el próximo mes de febrero presentará en el Festival Sommets Musicaux de Gstaad (Suiza) su primer disco, grabado con la Filarmónica de Stuttgart (en el que interpreta los conciertos para chello y orquesta de Dvorak y Schumann), que publicará en breve un segundo disco, bajo la batuta del maestro Heinrich Schiff, con obras de Rossini y Menotti y que el pasado mes de abril recibió el segundo premio en el prestigioso concurso internacional para violonchelo Il Paulo, en Finlandia.



Pablo Ferrández, que reside actualmente en Frankfurt, este martes en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, interpretando el Concierto n 1 para cello y orquesta de Joseph Haydn. Después de este concierto, viajará a Japón, donde recogerá el preciado instrumento.