La comedia de Plauto Anfitrión ha regresado al Festival de Teatro Clásico de Mérida ambientada en una típica estampa española de los 80. El humor se ha adueñado de la escena de la mano de una marcada estética 'kitsch', con la presencia de camisetas de lunares, pelos cardados y chaquetas de cuero, una explosiva combinación en la que el director Juan Carlos Pérez de la Fuente ha sabido respetar el texto original y convertir a sus actrices en auténticas 'chicas Almodóvar'.



El lío de faldas, protagonizado por el dios Júpiter y sus ansias de lujuria, se ha escenificado de la mano de una cornamenta de grandes dimensiones que ha ocupado el escenario (siete metros, según destaca el director de la obra).



A esta arriesgada puesta en escena, le acompaña la silueta de un ciervo conformado por tubos, una figura testigo de los escarceos amorosos de Júpiter, que en la historia de Plauto adopta la figura humana del general Anfitrión para seducir a su mujer, Alcmena.



El escenario se completa con de dos andamios de grandes dimensiones, enmarcados por decenas de bombillas en forma de 'A', que parecen aportar ambiente de cabaret, o la típica escena de revista de los años del 'destape'.



Juan Carlos Pérez de la Fuente ha reconocido que Anfitrión, una comedia escrita hace más de 2.000 años, representa una metáfora de aquellas altas esferas que, como Júpiter, seducen desde el engaño.



Por su parte, Jorge Roelas (Mercurio y Blefarón), que ha recibido el cariño de todos con su cómico personaje, ha reconocido que su vuelta a la arena de Mérida ha supuesto una "emoción", un espacio en que actuó por primera vez en 1983.



Anfitrión, una coproducción de Secuencia 3, Pérez de la Fuente Producciones, Arteatro y Palacio de Festivales de Santander, así como el Gobierno de Cantabria y el Festival de Mérida, podrá verse en el Teatro Romano de Mérida hasta este domingo, 15 de julio.