Daniele Finzi como clown. Foto: Andrea López

El director de Corteo, espectáculo que presenta en Madrid Cirque du Soleil el día 5 en la carpa instalada en la Puerta del Angel, es un célebre clown y profundo conocedor del circo. Daniele Finzi ha diseñado la más teatral de todas las producciones de la compañía.

Hace dos años se pudo ver en el Teatro Infanta Isabel de Madrid a un clown estupendo en un monólogo que hablaba de la imperiosa necesidad de huir de lo cotidiano que en ocasiones asalta al ser humano. Ícaro era el título de aquel soliloquio, el trabajo más personal del suizo Daniele Finzi Pasca (Lugano, 1964), un artista polifacético, también director y dramaturgo, con compañía propia desde hace tres décadas (Teatro Sunil) y profundo conocedor de circo, en el que trabajó como acróbata de jovencito.



Finzi Pasca tiene una actividad desbordante: hace tanto espectáculos íntimos como grandes producciones operísticas o circenses, además de impartir talleres de interpretación. En nuestro país ha presentado la trilogía que dirigió para Cirque Eloize (Nomade, Rain y Nebbia) y ahora vuelve con Corteo, la producción que le encargó Cirque du Soleil y que lleva representándose por Europa desde 2005. Ya la han visto cinco millones y medio de personas en los cuatro países por los que ha pasado.



-¿Sigue actuando con Ícaro? ¿Encuentra tiempo para representarlo con la gran actividad que parece tener?

-Ícaro es un monólogo para un solo espectador y a mi me sirve para mantenerme entrenado como actor. Pienso que un director tiene que conocer lo que es el miedo, porque el escenario es un lugar peligroso y el público es un dragón. Icaro tiene el mismo alma que Corteo, pero en pequeñito.



-¿Cómo surgió su colaboración con Cirque du Soleil?

-Hace muchos años me invitaron a dar talleres a acróbatas, en los que se me pedía que les ayudara a actuar.



-¿Y cómo es trabajar en una gran factoría teatral como ésta?

-Es muy interesante cómo un grupo de actores de teatro de calle se ha convertido en una poderosa y gran empresa de circo a nivel global [con 5000 empleados en 50 países diferentes, de los que 1300 son artistas]. En el terreno artístico, tienen un enfoque muy preciso de lo que quieren hacer. Son muy exigentes, mucho, pero para un creador es fantástico porque ponen a tu servicio las condiciones ideales para que tu equipo trabaje. Hay una gran presión porque hay que hacer un espectáculo que cumpla con las expectativas creadas, pero puedes experimentar y emplear las herramientas que se te ocurran. A diferencia de otros lugares en los que ya tienen un método y debes adaptarte a él, en el Cirque du Soleil se trabaja con libertad.



- En 2011 Cirque du Soleil tendrá 19 espectáculos por todo el mundo. Desde el punto de vista de sus dimensiones y de la innovación artística que exige ¿hay alguna compañía teatral parecida?

-No, no creo. Aquí siempre están intentando diseñar números de circo nunca vistos, insólitos, construir estructuras nuevas jamás empleadas. Por ejemplo, hay un número en Corteo en el que nuestros acróbatas se enganchan en unos candelabros que actúan como trapecios gigantes, y que están decorados con joyas y guirnaldas. Han sido diseñados espectíficamente para el espectáculo.



Funeral festivo

-¿Cómo se le ocurrió festejar la muerte de un payaso? Porque esa es la idea de la que parte Corteo ¿no? Los funerales no suelen ser motivos de fiesta, quizá en algunos lugares como México...

-...Viví en México diez años y conozco bien las fiestas que dedican a los muertos, son las más festivas y en las que más se canta y se llora. Cada vez menos, pero los humanos siempre han celebrado fiestas de iniciación, bautizos, bodas, entierros. Y un entierro también tiene algo de festivo porque hay implícita una celebración de la vida, del recuerdo que el fallecido deja en los amigos y familiares. Tiene una densidad diferente a las otras celebraciones, uno no se pone a bailar pero sí se tiene una visión festiva.



-Dicen que éste es el espectáculo más teatral de todos los de Cirque du Soleil.

-Que digan eso es para mi un halago. Conozco bien el circo, comencé haciendo acrobacias clownescas, y siento un gran amor por el circo clásico. Pero creo que en el escenario hay que contar historias y, en este caso, es lo que me propuse: que los acróbatas cuenten historias. Hemos escogido un elenco que son menos gimnastas y más acróbatas. La dramaturgia sigue la estructura de una historia contada como superposición de otras.



-Supongo que habrá sido una gran dificultad encontrar acróbatas actores.

-Hemos seleccionado actores que hacen acrobacias y les hemos exigido un virtuosismo físico que tuviera sentido dramático y para eso hemos necesitado entrenarlos.



Unos dieciséis meses empleó Finzi y todo el equipo implicado -la compañía la integran 160 empleados entre los que hay 68 artistas- en diseñar la creación y en los ensayos. La innovación, como ya ha dicho el director, es seña del Cirque du Soleil y dedicaron mucho tiempo a crear números originales y desarrollar la tecnología que exigen. Es el caso del "Paraíso", que aúna dos habilidades circenses que jamás antes se habían combinado: El bastidor coreano y el tramponet (unión de de trampolín y red). En Corteo se ofrecen 20 números y el protagonismo reacae en los payasos, que dan unidad al espectáculo. Como en todas las producciones de la casa, el vestuario es espectacular y la escenografía, original de Jean Rabasse, es una recreación de un teatro barroco con guiños a otros estilos modernos.

"La pista es un gigantesco corredor que divide el escenario en dos. A cada lado se sitúa el público, por lo que éste no solo ve el espectáculo, también a los espectadores de enfrente. Con estos diferentes ángulos de visibilidad se crea un espejismo muy extraño, metateatral".

-Como buen conocedor del circo ¿hay un antes y un después en su historia tras la aparición de esta gran empresa canadiense?



-Sí. Cirque du Soleil ha creado cosas que luego otros han copiado muchísimo. Ha sido una revolución que no debe ser entendida como un atentado a la tradición, sino que ha significado una renovación, algo que el mundo decadente del circo necesitaba. Eso no quiere decir que Cirque du Soleil sea el único modelo y que los circos tradicionales deban desaparecer. Renovarse es interrogarse sobre sí mismo y cada uno debe preguntarse qué necesita.



Clown mediterráneo

-Usted lleva muchos años dedicado al estudio y la interpretación del arte clown, pero ¿qué tipo de clown le interesa?

-Para mi el clown está cercano al polichinela italiano, al cómico que representa Dario Fo, Massimo Troisi, Roberto Begnini, clowns muy mediterráneos. La palabra payaso tiene en italiano una connotación negativa, también en español, y le ocurre lo mismo a la palabra cómico para referirse a los actores. Prefiero usar la palabra clown, en el sentido shakesperiano del término. Me considero un clown al que le gusta hacer llorar y por eso hago reír antes.



-¿Piensa volver a Madrid?

-Sí, claro, el próximo año volveré con un espectáculo que hice para el Festival Chejov de Moscú: Donka, en el que trato de explicar por qué a las gentes del teatro nos ha influido tanto Chejov. Antes dirigiré la ópera Aida en el teatro Mariinsky.