Image: ¡Bravo, Enrique!

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Escenarios

¡Bravo, Enrique!

Centenares de personas, entre familiares, amigos y admiradores, despiden al cantaor en el Palacio de Longoria de la SGAE y lo jalean al grito de "¡El más grande!"

14 diciembre, 2010 01:00

El féretro de Enrique Morente a su llegada a la SGAE

La sala era un jardín de decenas de coronas. Y, en su centro, el féretro del cantaor Enrique Morente lucía flanqueado por dos sillas flamencas. Detrás, un piano y una foto con su imagen. Al otro lado, la familia. Aurora, su mujer, muy entera. Abrazando a los amigos, sus hijos, Estrella, Enrique y Soleá. Y durante toda la tarde el reguero de allegados y de admiradores que han querido presentar sus respetos al de Granada.

Desde las tres, cientos de ciudadanos guardaban cola a las puertas del suntuoso palacio que alberga la sede de la SGAE en Madrid, donde se ha instalado la capilla ardiente del artista. Una calle, la de Fernando VI, que ha quebrado el silencio pasadas las cuatro y media, cuando ha llegado el coche fúnebre con el cuerpo de Morente. Y entonces, los gritos y los aplausos: "¡Bravo Enrique!" "¡El más grande!". De fondo, un vecino de la SGAE hacía sonar en su balcón, a todo volumen, algún disco flamenco.

Arriba, en la sala Manuel de Falla, le aguardaban su familia y amigos como los flamencos Paco y Pepe de Lucía y Miguel Poveda, y los escritores Almudena Grandes, Luis García Montero y el también flamencólogo Félix Grande. Más de 30 coronas de flores de instituciones y organismos oficiales se habían recibido a lo largo de la mañana, y otras muchas más continuaron llegando. Como los amigos: Lolita y Rosario Flores, de las primeras, partieron muy afectadas. También pronto pasaron por allí Pilar Bardem, Kiko Veneno, que ha admitido que la de Morente es "una gran pérdida para el flamenco, la cultura y la vida del país", Alejandro Sanz, Joaquín Sabina, Javier Limón, Ian Gibson, Lola Dueñas, Antonio Orozco, Bibiana Fernández, Carlos Jean, Tico Medina y Enrique Ponce.

Especialmente emocionado, José Mercé ha manifestado la injusticia de que Morente se haya ido "demasiado joven", y ha añadido que el cantaor ha sido "una gran persona, un referente para los amigos y un hombre que cantaba como había que cantar", así como que "el flamenco está de luto". La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, también ha querido sumarse al arropo a la familia y, a su salida del palacio de Longoria, ha señalado que este cantaor "que tanto ha hecho por el flamenco" al menos "ha tenido la suerte de ver este arte convertido en patrimonio de la humanidad". Del mundo de la política también han pasado por allí Ángeles González Sinde, ministra de Cultura, Manuel Chávez, vicepresidente tercero del Gobierno, José Antonio Griñán, presidente de la Junta de Andalucía, y Bibiana Aído, secretaria de Estado de Igualdad, y Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid.

Conforme se echaba la noche, han subido a despedir al cantaor los miembros del dúo Amaral. De ellos, Eva se ha echado a llorar al hablar con la viuda de Morente, que le explicaba su sorpresa ante tantas muestras de afecto. También han visitado la capilla ardiente la familia Carmona, Tomatito, Niño Josele, Jorge Drexler, Javier Krahe, Juan Diego, Pitingo, Arcángel (uno de los que aupó el ataud), Víctor Ullate, Massiel y El Brujo, entre otras muchas personas del mundo de la cultura.

Ninguno de los asistentes ha querido pronunciarse en torno al supuesto caso de negligencia por el que la familia habría denunciado a la Clínica de la Luz. Como ha señalado Miguel Poveda, que ha definido esta muerte como "una pesadilla", "nosotros no somos médicos y aquí venimos a apoyar a la familia". Mientras que se velaba al cantaor, los doctores que lo operaron han remitido un comunicado en el que sostienen que "Enrique Morente ingresó para operarse de un cáncer de esófago de 4,5 cm de diámetro, localizado en el tercio medio, con metástasis linfáticas" y con el que también han querido transmitir sus condolencias a la familia. Por el momento se desconocen los resultados de la autopsia, aunque la familia ha pedido que "no se especule" con el caso.

En torno a las seis, y tras algún enfado por la larga espera, por fin pudo entrar el público que, desde las tres, esperaba en la calle, una fila que daba la vuelta al edificio. Gentes del flamenco, personas mayores y también muchos jóvenes subieron la escalera del palacio para despedir al cantante, que este miércoles será enterrado en Granada. En la acera de enfrente, en un cartel, la estampa de Camarón y una frase que rezaba: "Hola Enrique, bienvenido".