El concierto del pianista Keith Jarrett en Colonia en 1975 es uno de los discos de jazz más vendidos del mundo. Su historia, que cumple 50 años, es de sobra conocida: un piano inservible y virtuosismo en estado puro.
Algo más desconocida resulta la artífice de aquel milagro, Vera Brandes, una jovencita alemana de 18 años que, jugando a ser promotora de conciertos, se erigió como una de las figuras más relevantes de la industria musical de los 70 en Alemania. Jarrett, uno de los últimos pianistas de Miles Davis, tocó esa gélida noche de enero en la Ópera de Colonia gracias al empeño y a la visión de Brandes, para quien el jazz siempre fue mucho más que música de museo.
Afortunadamente, Köln 75, dirigida por el cineasta Ido Fluk (Israel, 1980) no se limita a retratar el mítico concierto, sino que narra la vida de esta joven descarada (interpretada con frescura por Mala Emde), símbolo de la rebeldía pos Mayo del 68 en un país que se enfrentaba a los fantasmas del nazismo, y cuya historia es digna de biopic.
La película, que se estrena este viernes en España, arranca en el 50 cumpleaños de Brandes (de adulta, Susanne Wolff), cuando su tiránico padre le reprocha, una vez más, que ha sido una de las grandes decepciones de su vida.
La protagonista, que rompe la cuarta pared con el desparpajo de Fleabag (2016) durante la cinta, embiste al espectador en un flashback para relatar cómo pasó de promotora clandestina en la consulta de su padre dentista a ser “la loba del jazz”, capaz de organizar giras a tótems del género, como el saxofonista Ronnie Scott o el propio Jarrett (un sobrio John Magaro).
El destino de ambos personajes acaba unido por el arte de la improvisación: la de Jarrett para tocar y la de Brandes para salir victoriosa de cualquier embrollo.
La película está filmada a ritmo de jazz, desde el frenesí de los numerosos planos cámara en mano, con los que vemos a la protagonista y a sus amigos adentrándose en la Alemania contracultural a golpe de krautrock, hasta el montaje original y fragmentado (Anja Siemens, premiada en el BCN Film Festival), que incluye escenas de falso documental en las que se disecciona la historia del jazz.
Enfermo e insomne, el pianista estaba inmerso en una precaria gira por Europa en busca del reconocimiento que había perdido en Estados Unidos
Dividida en dos partes, la película también relata el tortuoso viaje por carretera de Jarrett, junto a un peculiar periodista (Michael Chernus) –cuyo papel recuerda al protagonista de Casi famosos (2000) –y su productor (Alexander Scheer), rumbo al concierto que cambió su carrera.
Enfermo e insomne, el pianista estaba inmerso en una precaria gira por Europa en busca del reconocimiento que había perdido en Estados Unidos.
Vera Brandes interpretada por Mala Emde en un Fotograma de 'Köln 75'
Llegó a Colonia con la espalda destrozada y el ánimo por los suelos, pero exigió tocar con su habitual Bösendorfer Imperial. Fue Vera Brandes quien, ya que no podía proporcionarle ese instrumento, le propuso el reto de su vida: improvisar de verdad, sin saber cómo sonaría cada tecla de aquel otro piano desafinado.
“Tal vez yo no sepa nada sobre la vida, pero tengo mucha experiencia tratando con hombres narcisistas”, asegura ella en la película. Jarrett, capaz de escuchar hasta el sonido de los pensamientos, aceptó. El resto es historia.
