La fotógrafa y activista Nan Goldin, icono de la contracultura estadounidense, alcanzó un gran prestigio gracias a La balada de la dependencia sexual, obra que consiste en la proyección de sus fotografías, una detrás de otra, sobre el colectivo LGTBI del Nueva York de los 80.

En La belleza y el dolor, la directora Laura Poitras se inspira en ese trabajo para narrar la vida de Goldin, por lo que durante buena parte del metraje atendemos a una sucesión de instantáneas, en su mayor parte retratos y autorretratos de gran fuerza narrativa, mientras la voz de Goldin repasa con enorme honestidad los altibajos de una vida de excesos, drogas y libertad, pero también de compromiso social.

Paralelamente, en tiempo presente y al modo de thriller judicial, Poitras narra la reciente lucha de Goldin contra la multimillonaria familia Sackler, mecenas del arte y responsable de la comercialización de un opiáceo al que la artista se enganchó. Una acción que resuena con su papel como activista durante la epidemia de sida de los 90.

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Aunque si por algo destaca el documental es por ser capaz de establecer la profunda relación de las fotografías de Goldin con el trauma, causado por unos padres a los que siempre consideró responsables del suicidio de su hermana mayor. De ahí surge la emoción, la belleza y el dolor en la obra de una fotógrafa única.