Rami Malek interpreta a Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody, dirigida por Bryan Singer

Tras muchos obstáculos (cambios de guion, de director, de actor protagonista), con mucha expectación y tibias críticas por su carácter hagiográfico, ha llegado por fin a nuestros cines Bohemian Rhapsody, biopic sobre Queen y Freddie Mercury, el carismático líder de la banda y considerado por todas las listas habidas y por haber como uno de los mejores cantantes, si no el mejor, en la historia de la música popular.



Con una descomunal tesitura y un timbre inigualable, emular la voz de Freddie Mercury es un reto al que solo osan enfrentarse unos pocos imitadores en el mundo. Rami Malek, que saltó a la fama por su papel en la serie Mr. Robot, ha sido el actor encargado de interpretar a Mercury en la película, cumpliendo las expectativas gracias a muchísimas horas de entrenamiento vocal y corporal. Aunque ha recibido un curso intensivo de canto en los estudios Abbey Road, en las partes cantadas del filme lo que hace sobre todo es lipsync y en la mezcla de sonido final priman la voz original de Mercury y la del cantante Marc Martel, cuyo parecido vocal con Mercury le llevó a ser elegido en 2012 para formar parte del tributo a Queen liderado por el baterista original de la banda, Roger Taylor.







Donde no hay trampa ni cartón es en el modo en que Malek ha consgeuido absorber de Freddie Mercury su arrolladora energía, sus gestos y su manera de moverse en el escenario. Para esto, como cuenta en este vídeo del making-of de la película, además de contar con destacados coreógrafos, necesitó una entrenadora de expresión corporal y cientos de horas de ensayo.



Por su parte, los actores que dan vida a los demás miembros de Queen tampoco lo han tenido nada fácil. Como cuentan en este otro vídeo, también han recibido cursos acelerados de batería, bajo y guitarra. Sobre todo Gwylim Lee, que interpreta al que también es considerado uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos, Brian May. Además de su gran parecido con el músico (al que contribuye el cardado de rigor), Lee ha conseguido que en la mayoría de las tomas no haya sido necesario el uso de un doble para los primeros planos de la mano punteando sobre las seis cuerdas. El propio May, que ha sido su tutor, está asombrado con el resultado: "Me veo mirando el montaje y a veces creo que soy yo".