Paul Schrader presenta en la Seminci su última película, The Canyons
El director, que acaba de recibir la Espiga de Honor de la Seminci de Valladolid, presenta 'The Canyons'
-¿Cuánto se parece el Los Ángeles frívolo y desalmado de su película a la realidad?
-No creo que trate sobre Los Ángeles. Es un retrato de lo que yo llamo la "hooked up generation" (generación del folleteo), es una generación que se relaciona por las redes sociales y que se acuestan los unos con los otros a través de internet. Es un hecho muy representativo que esos jóvenes están haciendo una película pero ni siquiera parecen muy interesados en el cine. Tampoco creo que estén disfrutando mucho toda esa actividad sexual.
-¿Ese desinterés que muestran por el cine aun dedicándose a él es una crítica que quiere hacerle a la industria?
-Hay que tener en cuenta que este es un guión de Bret Easton Ellis y eso lo marca todo de una manera muy importante. Los personajes de Bret nunca son realistas, son representaciones de un cierto arquetipo. Nunca pretendimos hacer una película realista como tampoco American Psycho es una novela realista. Estos personajes representan de una manera simbólica a unos chavales que, además de crecer con las redes sociales, han tenido un acceso total a la pornografía desde una edad muy temprana.
-¿Cree que ese bombardeo de pornografía ha sido muy negativo?
-Positivo desde luego no ha sido.
-The Canyons no tiene en ningún momento una línea argumental clara. ¿Quería transmitir más una sensación o un estado de ánimo que contar una historia en el sentido tradicional?
-¡Sí hay una historia y una trama! Hay dos triángulos amorosos que se solapan los unos los otros. Hay un elemento muy de Bret Easton Ellis que es que todo el mundo está enamorado de la persona equivocada. Yo lo veo más como una película suya que mía, él piensa lo contrario. Mi intención siempre fue capturar su voz, otras películas lo han intentado pero sin éxito creo. Por eso hemos hecho la película de una manera tan poco convencional, porque para entrar en ese universo tienes que hacerlo sin partir de los principios de la industria. Estamos hablando de unos personajes muy fríos...
-Retrata, efectivamente, a una sociedad muy dura.
-Insisto en que no es la realidad. Bret escribe los personajes sintomáticos de nuestro tiempo. No es necesariamente realista, tiene algo de realista. Lo que vemos es su mundo.
-¿Cómo fue la colaboración con él?
-No solo escribió el guión conmigo, también trabajamos juntos buscando la financiación. A pesar de las cosas que dice y la imagen que tiene es una persona muy amable y educada. Es alguien muy consciente de su trabajo, muy entregado. Ha sido un largo proceso porque primero teníamos otro proyecto, el proyecto se cayó y nos encontramos sin nada. Esta película la hicimos totalmente por nuestra cuenta y riesgo. Mi planteamiento fue "escribámosla, busquemos la financiación y la hacemos sin más". No teníamos por qué pedir permiso a nadie. Además, me apetecía ver si era posible reunir el dinero a través de las redes sociales.
-¿Y qué tal le ha funcionado el experimento?
-Bueno, conseguimos el dinero, la promocionamos y la distribuimos. Para nosotros ha funcionado pero no creo que este tenga que ser el futuro. Fue mucho más duro de lo que pensaba y no estoy precisamente ansioso de hacerlo otra vez. Enseñamos que es posible, pero no estoy seguro de qué futuro tiene. Para empezar, tienes que renunciar a muchas cosas, tiene que ser una película realista, no puedes tener efectos especiales, escenas de acción, todo el mundo cobra una miseria, los actores se tienen que traer su ropa... Se puede hacer pesado.
-¿Por qué escogió a un actor porno como James Deen?
-Esto fue cosa de Bret, le puso un tweet diciendo que estaba escribiendo un personaje para él y James le contestó que no podía esperar a leerlo. Entonces conocí a James Deen y la verdad es que no estaba seguro de que pudiera funcionar. A medida que lo fui conociendo me dejé convencer. Es un chico curioso. Ha hecho mucho porno y está especializado en hacer de "chico corriente" pero también ha trabajado mucho en el lado oscuro rodando fantasías retorcidas. Es sorprendente que un chico de Pasadena, de buena familia (su padre es científico espacial y su madre es investigadora del cáncer), se haga actor porno, algo que por lo visto ya quería ser desde los ocho años. Vive en una parte de Los Ángeles que se conoce como Porn Valley en la que vive toda la industria y está muy metido en ese mundo. Por lo que sé, no tiene ninguna intención de dejarlo.
-¿Qué piensa usted del mundo del porno?
-(Se ríe mucho) Lo encuentro muy autodestructivo. Pero James parece que está contento y qué le vamos a hacer.
-El New York Times publicó un reportaje muy largo sobre el rodaje de la película en el que Lindsay Lohan era retratada como un absoluto desastre. ¿La volvería a contratar?
-Esa es una buena pregunta. Lindsay Lohan es realmente imposible, vive en una continua crisis y en el caos. Seguimos en contacto de vez en cuando pero honestamente me alegré de salir del mundo de Lindsay después de un largo año metido en él. Ella es una gran actriz, es alguien a quien quieres ver, ilumina la pantalla. Pero, ¿sabes?, incluso cuando hacer algo es lo mejor para ella misma, aun y así es incapaz. Te prometía mil veces que se portaría bien pero después no lo hacía.
-¿Usted tiene dificultades para financiar sus películas?
-Empiezo en enero otra película financiada convencionalmente. Siempre he estado en el límite así que llevo toda la vida buscando fondos y juntando dinero.
-¿Cree que la industria va a cambiar mucho en los próximos años?
-Sí, desde luego, está viviendo un cambio sistémico. Lo que ha sido los últimos cien años no va a continuar. El asunto está en que nadie sabe lo que va a pasar. Pero la idea de dos horas de entretenimiento en una sala oscura llena de público no va a durar mucho más.
-¿Cuándo mira atrás, está contento de lo que ha hecho?
-Siempre he hecho películas controvertidas. Nunca he ganado muchos premios ni he tenido una posición realmente consolidada. Bret me contaba que American Psycho tuvo un alud de críticas negativas, pero la gente sigue leyendo el libro. Con mis películas creo que pasa lo mismo. Sí estoy orgulloso del trabajo realizado.
-¿Qué piensa cuando ve en alguna película a alguien mirándose al espejo y diciendo: "Me estás hablando a mí", como en la escena de Taxi Driver?
-Esto es algo que ya pertenece a la cultura popular, está fuera de mi control. Tuvimos suerte porque hicimos la película correcta en el momento y el lugar correctos.