Image: Danny Boyle

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Cine

Danny Boyle

"Si usas a Goya en una película tienes la responsabilidad de resultar incómodo"

14 junio, 2013 02:00

Danny Boyle. Foto: EPA

El director estrena en españa 'Trance', un thriller psicológico

Sigue teniendo ese aspecto como de científico despistado que nos recuerda a esos sabios británicos de nuestra infancia que aparecían en programas divulgativos de la BBC. Danny Boyle (Manchester, 1956) debutó de forma fulgurante en 1995 con A tumba abierta y desde entonces ha sido uno de los cineastas europeos más sobresalientes. El éxito de Transpotting lo catapultó a la ultracelebridad y ha encadenado éxitos como La playa (2000), 28 días después (2002), Sunshine (2007) o muy especialmente la oscarizada Slumdog Millionaire (2008) convirtiéndose en uno de los cineastas al mismo tiempo más aclamados y reverenciados por el público. Tras su ceremonia de los juegos olímpicos, ahora presenta Trance, un thriller psicológico protagonizado por un atolondrado joven (James McAvoy) que se ve inmerso en el robo de un cuadro junto a una pandilla de mafiosos desalmados encabezados por un turbio Vincent Cassel. La clave, sin embargo, está en la protagonista, Rosario Dawson, psicóloga especialista en hipnosis que ayudará al desmemoriado McAvoy a recordar dónde dejó el cuadro de marras (de Goya, para más señas) aunque en Trance nada es lo que parece.

Pregunta.- Un cuadro de Goya, Vuelo de brujas, es el arranque de la película, ¿cómo valora al pintor español?
Respuesta.- Anteriormente, en la historia del arte se habían representado mensajes, retratos, todo muy brillante pero superficial. Goya fue el primero en adentrarse en la mente humana y enseñar los sueños y pesadillas. Tenemos que hablar también de La maja desnuda porque fue la primera vez que se representó el vello público. Eso también es parte esencial de la película porque es el secreto que comparten estos amantes. El cuadro también es importante porque el personaje masculino representa al de James McAvoy, él también es una persona un poco ciega, no sabe lo que ocurre a su alrededor, sabe que hay fuerzas oscuras que operan pero no discierne si son caníbales o es un sacrificio. El cuadro se presta a muchas interpretaciones.

P.- ¿Concibe Trance como su viaje al lado oscuro?
R.- Crecí con el cine de los 70 cuando la sexualidad y la violencia, el lado oscuro del mundo era el centro de las películas. Una de las cosas que observo es cómo estas cosas han ido desapareciendo del cine hoy en día. Hay quien dice que la sexualidad ya no se trata porque el porno es tan común que las películas de Hollywood tratan de marcar la diferencia suprimiendo el sexo. Y la violencia es siempre como de dibujos animados, no tiene una trascendencia, en mi película el uso de la violencia tiene un precio. Es importante hacer películas que traten estos temas porque si no solo habrá secuelas eternas de Fast and Furious. Tiene que haber películas independientes que sean accesibles pero más difíciles y más inquietantes, que no sean tan fáciles de digerir.

P.- ¿Quería cambiar de registro tras el éxito de Slumdog Millionaire?
R.- La gente siempre olvida, porque solo recuerda el final, que la primera mitad de Slumdog Millionaire es muy difícil y muy perturbadora, pasan cosas muy horribles. Es lógico porque así es en India. Estoy muy orgulloso de trascender los límites, hay gente que quiere hacer películas que sean cien por cien digeribles pero no es mi caso. En mis películas siempre hay un viaje hacia la luz pero por el camino siempre hay una aventura muy peligrosa. Además, si usas a Goya en una película tienes la responsabilidad de resultar incómodo. Como dijo Philip Roth, la realidad siempre sorprenderá al artista por muy bueno que seas, el periódico del día siguiente siempre puede tener algo que te deja atónito por muy lejos que creas que hayas llegado. Todo ello, lo concibo desde la base de hacer películas que también sean emocionantes y entretenidas.

P.- Por primera vez tiene un personaje femenino como protagonista, ¿era una deuda pendiente?
R.- Es cierto que de las 9 ó 10 películas que he realizado en ninguna hay una mujer liderando el reparto. He trabajado con grandes actrices como KellyMcDonald, Tilda Swinton o Naomi Harris pero nunca fueron el centro del filme. Tengo dos hijas que tienen 20 años que siempre me recuerdan esa laguna. En este caso, la chica aparece a los 20 minutos y aparentemente de una forma secundaria, como una profesional, y poco a poco va tomando todo el protagonismo. Hay un código muy interesante que es la idea de la femme fatal que identificamos con esa mujer escandinava rubia que creó Hitchcock y que ha prevalecido. Pero de hecho es un concepto misógino porque se basa en la idea de que estas mujeres quieren menos que los hombres y solo buscan el dinero. Por eso quería hacer una película en la que ella se comporta como una mujer fatal, cosa que hace, es consciente de su belleza y la utiliza, pero el trasfondo es la violencia. Ella ha afrontado peligros y normalmente las mujeres parece que solo tienen la posibilidad de escaparse cuando están en peligro y ella no hace eso. Si ves la película en orden cronológico verás que realmente la historia trata sobre eso. Lo importante no es un cuadro perdido, sino que trata sobre recuerdos perdidos y cuando obtiene el cuadro es un símbolo de su victoria.

P.- Desde el propio título sugiere un filme caleidoscópico, inspirado en los resortes no lineales de la mente.
R.- Cuando salga el DVD hay una versión de la película cronológica y es muy simple en realidad. Toda película es una construcción artificial que se basa en la voluntad de creer del espectador. La naturaleza del cine es transformar la realidad. Esa estructura está en función del tema principal que es la identidad, y la identidad es algo que se construye a través de los recuerdos. Lo vemos con los enfermos de Alzheimer, una vez que pierden sus recuerdos dejan de ser ellos mismos porque pierden lo más importante que tenemos. Y de esto va el filme, de recuerdos robados, lo que significan y en qué nos convertimos sin ellos. Ese es el reto.

P.- La película trata el asunto del subconsciente, ¿cree que sus películas son un reflejo del suyo?
R.- (Se ríe) Sí lo creo. Hay algo muy interesante con las películas y es que aunque trates una historia inventada por otra persona con personajes que no tienen nada que ver contigo como unos niños que crecen en una barriada de la India, al final el énfasis que pones en las cosas hace que te impliques mucho en ellos como si realmente fuera tu historia. Cuando terminas una película tienes una visión muy racional sobre ella, la analizas, tratas de encontrarle un sentido, pero cuando la haces no piensas así, trabajas de una manera muy orgánica, pensando en la historia pero al mismo tiempo estás implicándote emocionalmente y estás poniendo tus propios valores. Mis películas en realidad son siempre la misma, hay un personaje que se enfrenta a obstáculos imposibles, en este caso una mujer que lucha contra cinco hombres violentos, pero lo consigue.