Penélope Cruz durante la presentación de Volver a nacer en San Sebastián. Foto: El Mundo

Penélope Cruz ha sido la reina del día. La actriz española más universal, como dice el tópico, ha comparecido en San Sebastián con su nueva película con Sergio Castellito tras quella No te muevas que le reportó gloria europea. La película es bastante mala. Partiendo de una trama del más puro estilo culebrón, nos cuenta la historia de Gemma, una italiana enamorada de un fotógrafo americano (Emile Hirsch) ansiosa por tener un hijo y desesperada por ser estéril.



La guerra de Bosnia es el contexto de una historia alambicada y lacrimógena en la que casi nada parece funcionar. En su voluntad por emocionar al espectador, Castellito estira al máximo el melodramatismo hasta prácticamente provocar una involuntaria hilaridad. Penélope Cruz hace lo que puede con un personaje mal definido y asombra que a pesar de su buen acento italiano hable en inglés con un deje absolutamente español. Una oportunidad perdida para la intérprete, que muchos consideraban antes de empezar la favorita para el premio como mejor actriz.



En Zabaltegi se ha presentado Operación E, de Miguel Courtois (Gal) en la que lo más llamativo es ver a Luis Tosar, un actor que siempre cumple, haciendo de colombiano. Basada en una historia real, la película nos cuenta el rocambolesco destino del hijo que Clara Rojas tuvo mientras estaba secuestrada por las FARC.



La película quiere contarnos la distancia entre los poderosos y los humildes, la ingratitud de la sociedad y cómo las "pequeñas" personas no cuentan nada al lado de los grandes intereses y lo consigue a medias. Rodada con eficacia y ritmo pero sin profundidad, lo mejor del filme es un Tosar portentoso que da a su personaje dimensión y humanidad. Demasiado lineal pero impecablemente correcta, Operación E se deja ver y se disfruta pero se queda corta como odisea del hombre común enfrentado al gran tablero de intereses y suciedades de la política.