Cine

Saïd de Llorenç Soler

6 junio, 1999 02:00

Nuria Prims, Noufall Lhafi, Maraoun Mribti y Mercedes Sampietro

Racismo, miedo, xenofobia, violencia. El ingenuo Saïd se gana la vida haciendo pan; nació en Marruecos hace apenas una veintena de años, y parece no aguardar gran cosa de esa realidad luminosa y estancada que lo envuelve. O sí, quién sabe. Violento y contradictorio, Hussein aparece de tiempo en tiempo cargado de caros y extravagantes regalos para todos. Trabaja, Dios sabe de qué, en Barcelona, donde comparte piso con otros compatriotas igualmente derrotados. No le va a costar mucho al influyente Hussein convencerlo para que se marche también a España. Le promete otros mundos, más posibilidades, incluso un destartalado coche rojo de segunda mano como el suyo... le promete, en fin, el paraíso en la tierra. Europa. Cambia tu destino, y no te contentes con las migajas si puedes conseguir un trozo del pastel. Ya descubrirá Saïd en su piel y en sus huesos cuántas mentiras se escondían tras los juramentos de Hussein. Adaptación de la novela homónima de Josep Lorman, "Saïd" es la historia de una injusticia, una encendida injusticia que clama al cielo, una injusticia que resuena todos los días en nuestras calles con ecos ya monótonos de dolor. Aunque valiente y honesta, la película adolece sin embargo de un guión plano y previsible que su director, el veterano documentalista valenciano Llorenç Soler, ha sacrificado para potenciar el tono de denuncia de la historia, un tono de denuncia excesivamente elocuente en ocasiones que lastra el desarrollo de la acción y que dota al filme de cierto didactismo no siempre deseado