Humboldt en 1843, dos años antes de publicar el primer volumen de Cosmos

La publicación de La invención de la naturaleza, de Andrea Wulf, ha dado pie a Sánchez Ron a reflexionar sobre la forma en la que Humboldt influyó en Darwin y Russel Wallace. Defendió la idea de que todo lo que existe en la naturaleza está interconectado.

Este verano leí en inglés un magnífico libro que acaba de publicarse en castellano, La invención de la naturaleza. El nuevo mundo de Alexander von Humboldt (Taurus). Con mano maestra y provista de una documentación excepcional, Andrea Wulf ha reconstruido la biografía de Humboldt (1769-1859). He admirado a este explorador, científico y escritor alemán desde hace mucho tiempo; una de las pequeñas joyas de mi biblioteca son los cuatro tomos de una versión francesa (1855-1859) de su obra más conocida, Kosmos (1845-1858). Ya sólo por los personajes que llegó a conocer, le admiraría. ¿Cuántas personas de su tiempo pudieron relacionarse con luminarias como Goethe, Darwin, Napoleón, los presidentes de Estados Unidos Thomas Jefferson y James Madison, Cuvier, Lamarck, John y William Herschel, Gay-Lussac, Simón Bolívar, Gauss, Lyell, Babbage, Arago o Haeckel? Personajes, además, que, salvo por lo que parece Napoleón, le admiraron profundamente. Andrea Wulf explica muy bien tales relaciones, así como la influencia que Humboldt ejerció en el nacimiento y desarrollo de la ecología, promovida después de su muerte por humboldtianos como Henry Thoreau, George Perkins Marsh y John Muir. La idea, y pruebas en su favor, de que todo lo que existe en la naturaleza está interconectado, de que si abusamos de una parte, otra sufre y con ella el conjunto, fue defendida por Humboldt muy pronto, mientras recorría Latinoamérica (1799-1804). Es conocida la admiración que Charles Darwin sintió por Humboldt, lo mucho que le influyó la lectura de la traducción al inglés de los siete volúmenes en los que éste narró su expedición por Latinoamérica, Personal Narrative (1819-1829), que le acompañaron -junto al primer volumen, el único por entonces publicado, de Principles of Geology (1830) de Charles Lyell- en su viaje de cinco años alrededor del mundo en el Beagle. Por esto es justo que Wulf se ocupe de este episodio, incluyendo la visita que Humboldt hizo a Darwin en 1842. Pero cuando leía esto, pensé si Humboldt habría influido también en Alfred Russel Wallace (1823-1913), el naturalista británico que de manera independiente llegó a, básicamente, la misma idea que Darwin sobre el origen y evolución de las especies.



La idea de que todo lo que existe en la naturaleza está interconectado fue defendida por Humboldt

Ya en 1855, Wallace, que tenía que ganarse la vida vendiendo especímenes que recogía en largos viajes (primero, entre 1848 y 1852, por América, luego, de 1854 a 1862, en el archipiélago malayo) publicó un artículo titulado "Sobre la ley que ha regulado la introducción de nuevas especies", en el que argumentaba que una especie nueva siempre empieza a existir en un área ya ocupada por especies emparentadas, una idea con claras implicaciones evolucionistas, aunque no ofrecía ninguna explicación de cómo se formaban las nuevas especies. Más tarde, en febrero de 1858, mientras soportaba un ataque de fiebre en la isla de Gilolo, Wallace llegó a esencialmente la misma idea de la selección natural que comúnmente se adjudica en exclusiva a Darwin. Y desde otra isla, Ternate, envió a Darwin, que llevaba años desarrollando la misma teoría, el manuscrito que preparó: "Sobre la tendencia de las variedades a alejarse indefinidamente del tipo original". Cuando éste lo recibió, alarmado, consultó inmediatamente con Lyell y con Joseph Dalton Hooker, con el resultado final de que el artículo de Wallace se publicó en 1858 en el Journal of the Proceedings of the Linnean Society, junto con otro (muy breve) preparado rápidamente por Darwin, bajo el título "De la tendencia de las especies a formar variedades, y de la perpetuación de las variedades y especies por medios naturales de selección". Aquel hecho fue afortunado, porque animó a Darwin a publicar por fin sus ideas: el resultado fue El origen de las especies (1859), una obra maestra plena de detalles y reflexiones, que desde luego Wallace no habría sido capaz de producir.



Pero, pese a todo esto, la cuestión de si Humboldt había influido en Wallace me parecía que seguía siendo importante. Busqué en el índice del libro de Wulf, por si se me había escapado alguna mención a Wallace, pero no encontré ni una palabra, así que consulté otro de mis queridos libros, los dos tomos de la autobiografía de Wallace: My Life. A record of events & opinions (1905). Y allí, en la página 232 del primer tomo, encontré el siguiente texto: "En Leicester había una biblioteca muy buena, a la que tenía acceso pagando una pequeña suscripción, y como tenía varias horas para leer todos los días, lo aproveché. Entre los libros que leí allí, y que me influyeron en el futuro, estaba Personal Narrative of Travels in South America de Humboldt, que fue, creo, el que me dio el deseo de visitar los trópicos […] Pero tal vez el libro más importante que leí fue Principles of Population de Malthus, que admiré mucho por su magistral resumen de hechos e inducción lógica a las conclusiones. Fue el primer trabajo que había leído que trataba de problemas de biología filosófica; sus principales enseñanzas quedaron en mí y veinte años después me dieron la largamente deseada llave para llegar al responsable efectivo de la evolución de la especies orgánicas".



Lla cita es definitiva. Humboldt también influyó en Wallace, quien además encontró en la lectura de la obra de Malthus -que sostenía que los recursos alimenticios crecen en proporción aritmética, mientras que las poblaciones de las especies lo hacen en razón geométrica, lo que inevitablemente conduce a una lucha por la supervivencia- el elemento para sustentar una teoría evolucionista. Creo que, por consiguiente, Wallace también habría merecido alguna mención en La invención de la naturaleza. Con ello no pretendo restar importancia a Darwin, sin lugar a dudas superior a Wallace, pero aunque sé que la aportación de éste a la teoría de la evolución de las especies no es desconocida, sí que considero que, en algún sentido, Wallace es uno de esos "perdedores" de la historia, en este caso de la historia de la ciencia. Adviertan, además, otro detalle: Darwin poseía un ejemplar propio de Personal Narrative, y se pagó de su propio bolsillo (perdón, del de su padre) el viaje en el Beagle. Wallace leyó el libro de Humboldt en una biblioteca pública, y para viajar a otros continentes y recolectar datos allí, tuvo que ganarse la vida vendiendo, como dije, especímenes.



Así es el la vida. De todas maneras, ¡gloria a Darwin!, ¡pero también a Wallace!