Ana Marcos y Alfonso Villanueva: DATA ergo sum, 2018

El Espacio Fundación Telefónica inaugura este miércoles la exposición Más allá de 2001. Odiseas de la inteligencia, en la que propone un recorrido por la inteligencia artificial tomando como punto de partida 2001: Una odisea del espacio, la célebre película de Stanley Kubrick de 1968. La institución, que este mismo mes ha lanzado una mirada entusiasta a una revolución tecnológica imparable con la exposición Nosotros, robots, pone el acento ahora en la sinergia entre arte, ciencia y tecnología. El propósito es mostrar los hitos de las inteligencias humana y artificial a partir de la invención de instrumentos o aparatos en el pasado destacando su desarrollo en el presente y las perspectivas que sugiere el porvenir. Esta exposición coincide también en el tiempo con otra del CCCB sobre el universo creativo de Kubrick.



La muestra, comisariada por la especialista en media art Claudia Giannetti, se estructura en tres ejes temáticos: El despertar de la inteligencia, En el universo de la IA y El futuro de las inteligencias más allá del infinito, que a su vez coinciden con los tres capítulos en que se divide la película de Kubrick: El amanecer del hombre, Misión a Júpiter (en la que actúa HAL 9000), y Júpiter y más allá del infinito. De modo que la exposición establece analogías entre escenas de 2001 acompañadas de documentos, manuscritos originales de Kubrick y una selección de piezas y obras significativas que permiten descubrir la relación entre el ser humano y máquinas "pensantes".



¿Podrá superar la inteligencia artificial a la humana?

Patrick Tresset: Human Study #1

Con 2001, Kubrick presta un homenaje al libro Así habló Zaratustra, de Friedrich Nietzsche, en el que el filósofo alemán pregunta "¿qué es el mono para el ser humano?". La primera sección de la exposición esboza El despertar de la inteligencia humana asociada a la aparición de los primeros instrumentos. Una réplica de la famosa pintura rupestre de las manos de la Cueva del Castillo, en Cantabria, señaliza la evolución hacia una mente consciente y creativa. En referencia a la mítica escena de Kubrick en la que un homínido descubre en un hueso no solo una herramienta, sino también un arma que usa para vencer al adversario, la muestra incluye una réplica del cráneo del Homo Antecesor (ca. 400 mil años) apodado Miguelón, procedente del Museo de la Evolución Humana de Burgos, cuyas fracturas craneales indican una muerte por agresión con arma.



En este apartado, se establece también una relación simbólica entre el árbol de la evolución, el árbol de la sabiduría y la red neuronal humana, que el padre de la neurociencia Ramón y Cajal llamó de una selva de "árboles, con raíces y ramas". Una vinculación que se muestra a través de la metáfora del árbol a lo largo de la historia, representada, entre otros, por un original del 1515 del Arbol Elementalis de Ramón Llull o un facsímil del Origen de las Especies de Darwin, hasta dar el salto a los dibujos originales de las neuronas (1900-1904) de Ramón y Cajal.



Suzanne Dikker y Matthias Oostrick: The Mutual Wave Machine

Una réplica audiovisual del interior de la nave Discovery de la película introduce al espectador en la esfera de HAL 9000 y En el universo de la IA. Esta segunda sección indaga a través de varias preguntas entrelazadas con escenas de la película el potencial de las "máquinas" pensantes para la resolución de problemas, el procesamiento del lenguaje humano, la visión, la aptitud creativa e incluso el control sobre los individuos. También se establecen relaciones entre los inventos precursores de la Inteligencia Artificial, como el original del autómata El Ajedrecista (1920) del inventor español y matemático Torres Quevedo (que jugaba y ganaba partidas de ajedrez sin intervención humana), y ejemplos aplicados de tecnologías actuales de IA en los ámbitos de la comunicación o del arte. Entre ellos, destaca Human Study #1, una instalación robótica que retratará a los visitantes en tiempo real a partir de un análisis visual de su persona.



Por último, la tercera sección de la muestra plantea las tendencias de las investigaciones actuales en el campo de la IA. ¿Podrá superar la inteligencia humana? En especial la teoría de la singularidad, cuestionada por algunos científicos, que propone la convergencia entre la mente biológica y la artificial, lanzando la hipótesis de un ser transhumano con implicaciones éticas y sociales que podrían situarnos en otra etapa de la humanidad. Una de las piezas destacadas de esta sección es Mutual Wave Machine, una instalación interactiva en la que dos visitantes podrán medir su empatía a través de unos cascos de electroencefalografía, que se visualiza a través de audiovisuales. Además, Margaret Boden, Ramón López de Mántaras o Wolfgang Wahlster aportan su visión a través de unas entrevistas.