Adriaen van Stalbent: El geógrafo y el naturalista, finales del siglo XVI

La muestra Cosmos que acoge la Biblioteca Nacional de España tiene el propósito de presentar una visión global sobre el contenido del universo. A través de 200 piezas el científico José Manuel Sánchez Ron ha organizado un recorrido que parte de la frase que abre la serie de televisión de mismo nombre de Carl Sagan: "el Cosmos es lo que fue, es y será alguna vez". Con la idea de dar a conocer las cumbres del pensamiento científico, desde el nacimiento de la astronomía a los recientes avances en astrofísica, la exposición se divide en cuatro secciones: Universo, Tierra, Vida y Tecnología.



En cada una de ellas se pueden ver tapices, manuscritos, cuadros, libros, códices, maquetas, esferas y objetos tecnológicos que ayudan a contextualizar los hitos más importantes. "Esta muestra va de lo más general, que es el receptáculo del universo, a lo más particular a través de piezas necesarias para comprenderlo e investigarlo", explica José Manuel Sánchez Ron. Entre los científicos más notables para contar esta historia el científico recupera a Ptolomeo, Galileo, Kepler y Newton, entre otros, que contribuyen a la comprensión de la estructura del cosmos.



Telescopio de Herschel del Observatorio de Madrid

"De aquí se pasa a la Tierra, un lugar pequeñito dentro del universo donde dominan la geología y la química", anota. En esta sección el académico ha reunido piezas y objetos que hablan de su estructura y dinámica y muestra a algunos de los exploradores que la cartografiaron. Hay minerales, la versión más reciente de la tabla periódica de Dmitri Mendeleiev, "en un contexto que nos recuerda los cuatro elementos clásicos: aire, tierra, agua y fuego", un facsímil de la Carta de Juan de la Cosa, escrita con los datos del descubrimiento de América de mano de Cristobal Colón y las obras de Hames Hutton, Abraham Werner, Charles Lyell y Alfred Wegener.



Y de la tierra surge la vida: la vida vegetal y animal. Y dentro de esta última la de los homínidos. Cómo surge la vida, las condiciones que se dieron para ello, su evolución y las millones de formas que existen y han existido son las protagonistas de esta tercera sección de Cosmos. Todo ello se explica con materiales que vienen del Jardín Botánico, como "láminas producidas tras algunas de las expediciones que patrocinó en el siglo XVIII y principios del XIX la corona española", y del Museo de Ciencias Naturales.



Diagrams of a natural size, de Mr. Waterhouse Hawking

"La Tierra no solo es la vida animal sino cómo se fue descubriendo y reconstruyendo lo que existe, la geografía. Hay mapas, el Beato de Liébana y maquetas de los barcos que se usaron, como una corbeta de la expedición de Malaspina a finales del XVIII", cuenta Sánchez Ron. Aquí no podía faltar El origen de las especies de Darwin, "no está la primera edición pero sí la sexta, que fue la definitiva", ni los diversos descubrimientos, estudio y clasificación de plantas y animales.



Con todo, el siguiente apartado gira en torno "a uno de los grandes productos del humano: la tecnología". Para el científico esta empieza con la escritura, que "ha permitido que construyamos sobre el pasado". Un ladrillo con caligrafía cuneiforme, una pizarra visigoda y diferentes libros en los que aparecen las grafologías china, árabe, latina y griega se suceden en las vitrinas. Y entre ellas destaca la Biblia de Gutemberg cedida por la Universidad de Sevilla.



Códice Madrid, de Leonardo da Vinci

Una de las obras más importantes en la muestra es el Códice Madrid de Leonardo da Vinci, dos volúmenes que "no se exponen con frecuencia en los que imaginó de manera muy realista máquinas y artilugios tecnológicos". A su lado instrumentos de la acción humana para comprender y dominar la naturaleza como un modelo de Ariadne, que se usó para explorar el espacio, o una maqueta del Instituto de Astrobiología de Viking, sonda que aterrizó en Marte en los años 70.



La ciencia ilumina el entendimiento y permite descubrir las leyes que rigen el comportamiento del Universo mientras que el desarrollo tecnológico producido a lo largo de los siglos es fundamental para entender la historia de la humanidad. Por eso, el final de esta muestra es para Sánchez Ron simbólico: es a la vez salida y apertura a un mundo nuevo.



En un vídeo que recoge una carta que Cecilia Payne escribió explicando la discriminación de las mujeres en el terreno científico da paso a imágenes de distinguidas mujeres que "contribuyeron al campo de la neurociencia, la astronomía y las matemáticas". A su lado un robot humanoide que da forma a nuestro futuro (o al presente): "Quiero transmitir la idea de que el visitante sale a un mundo en el que la robotización tendrá un papel muy importante. Un futuro, por otro lado, en el que la mujer en la ciencia, y esperemos que en todo, tendrá una presencia que la Historia hasta el momento le ha negado de manera injusta".



@scamarzana