Puntos de color rojizo hallados en la cueva de Los Murciélagos, en Entrambasaguas (Cantabria). Foto: Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria

Un equipo de investigadores pertenecientes al Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria ha descubierto la existencia de pinturas rupestres desconocidas hasta ahora en cuatro cuevas de la región, con entre 20.000 y 30.000 años de antigüedad, lo que significa que son anteriores a las famosas pinturas de la cueva de Altamira, fechadas hace 15.000-12.000 años. Los hallazgos se sitúan en las cuevas de El Rejo, en el municipio de Val de San Vicente; en la de Los Murciélagos, en Entrambasaguas; en Las Graciosas I y II, en Medio Cudeyo; y en Solviejo, en Voto.



Se trata, en su mayoría, de puntos aislados de color rojo, mientras que otros están dispuestos en hilera, en algún caso formando figuras de animales. Según las estimaciones de los expertos, fueron realizadas por los antiguos moradores de Cantabria en la era premagdaleniense o gravetense.



Comandado por el director del museo, Roberto Ontañón, el equipo ha podido confirmar que las pinturas son rupestres gracias a nuevas técnicas de obtención y análisis de imágenes. Como ha explicado Ontañón a EFE, hace veinte años un espeleólogo avisó a los arqueólogos de la posible existencia de pinturas rupestres en esta zona, pero no existía aún la tecnología necesaria para comprobar su autenticidad.



El equipo lleva trabajando un año en este proyecto puesto en marcha por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de Cantabria y que aún no ha terminado, por lo que no descarta nuevos hallazgos similares en otras cavidades de la región.



Hace unos días, Ontañón presentó también otro hallazgo realizado gracias a las nuevas tecnologías. Se trata de tres figuras de ciervos en el llamado Friso de las Pinturas de la cueva de El Pendo (Escobedo, Camargo), Patrimonio de la Humanidad desde 2008. Aunque este fue descubierto hace veinte años, muchas de las pinturas que contiene apenas son perceptibles para el ojo humano, y ahora han podido ser reinterpretadas con mayor precisión gracias al análisis multiespectral de la luz.



Además, el pasado mes de julio un grupo de espeleólogos realizó otro descubrimiento en la cueva de Aizbitarte IV de Rentería (Guipúzcoa) que ha sorprendido a la comunidad científica, ya que se trata de 15 grabados paleolíticos, una técnica poco empleada por los habitantes prehistóricos de la cornisa cantábrica, realizados hace unos 14.000 años y en estado de conservación excepcional.